Artistazo

Seguramente usted ha o¨ªdo o le¨ªdo en alg¨²n lugar el nombre de Bruegel. As¨ª se escribe en espa?ol, aunque tambi¨¦n Brueghel. Es un pintor flamenco y son famosas sus fiestas campesinas, sus bosques, sus hielos, sus ciegos, su ?caro ca¨ªdo. Es un pintor, adem¨¢s, muy cotizado. Tambi¨¦n tiene grabados fant¨¢sticos de mundos delirantes o pesadillas como las de El Bosco. No obstante, en ocasiones se habr¨¢ topado con un espl¨¦ndido florero o una bella estampa del Para¨ªso lleno de caballos, mariposas, ciervos y ruise?ores con su firma. Menudo l¨ªo, se dice usted. No hay tal l¨ªo, lo que hay son, por lo menos, ocho Bruegel.

El m¨¢s serio y monumental es Pieter el Viejo. Tuvo tres hijos entre los cuales est¨¢n Pieter el Joven y Jan el Viejo, ambos pintores y copistas de la obra del padre. Pero Jan el Viejo tuvo un hijo, Jan el Segundo, que tambi¨¦n se dedic¨® a copiar obras de sus mayores junto a sus propias obras. A su vez, Jan el Segundo tuvo 11 hijos, varios de los cuales, como Jan Pieter, se dedicaron a la pintura, en su caso, de flores. Y Abraham, que pintaba paisajes. Todos ellos colaboraban entre s¨ª y con otros pintores como Rubens y Teniers, que estaba casado con una Bruegel.

Entonces s¨ª que daba gusto hablar de arte porque el artista era lo de menos. Estaba para cobrar y poco m¨¢s. El artista no era un genio, ni un tipo interesante, ni original, ni rebelde, ni ten¨ªa ideas, ni teor¨ªas, o a lo mejor s¨ª, pero a nadie le importaba. Lo importante era la obra y acaso la familia.

Justo lo contrario de lo que sucede en la actualidad que todo est¨¢ perdido de artistas, pero sin obra ni familia. ?Qu¨¦ tristeza, no ver nunca un Duchamp padre, hijo, nieto, sobrino o incluso cu?ado! ?Puerca miseria!