Acabar con la tuberculosis, un reto ambicioso pero no imposible
?No deber¨ªa ser una prioridad para las autoridades sanitarias internacionales y los gobiernos de todos los pa¨ªses terminar con la enfermedad infecciosa m¨¢s mortal?
?Te imaginas que tu ciudad se quedase desierta en un a?o? ?Te imaginas que todos los habitantes de una capital como Barcelona desaparecieran al a?o por culpa de una enfermedad perfectamente curable? Algo as¨ª pasa cada a?o en el mundo, donde mueren 1,5 millones de personas por la tuberculosis. Sorprendentemente, siendo la enfermedad infecciosa que m¨¢s mata, es tambi¨¦n una de las m¨¢s rentables para invertir ¡ªpor cada d¨®lar invertido se estiman 85 en beneficios¡ª. Si se ha conseguido eliminar la viruela de la faz de la Tierra y abrazamos iniciativas de eliminaci¨®n para otras enfermedades infecciosas (como la polio, el sarampi¨®n o la malaria), ?por qu¨¦ no hacemos lo mismo con la tuberculosis??No deber¨ªa ser una prioridad para las autoridades sanitarias internacionales y los gobiernos de todos los pa¨ªses?
Sabemos que la tuberculosis es una de las enfermedades humanas m¨¢s terribles que se conocen y que lleva con nosotros desde tiempos inmemoriales. Su presencia ha acompa?ado a la humanidad y se ha reflejado en novelas, pel¨ªculas, ¨®peras y hasta en el folclore popular y en los tangos. Es una enfermedad universal que afecta a todos los pa¨ªses, especialmente a aquellos m¨¢s pobres. En los ¨²ltimos a?os ha crecido el n¨²mero de casos de tuberculosis resistente a los f¨¢rmacos m¨¢s utilizados, lo cual hace que los pacientes tengan que tomar tratamientos mucho m¨¢s prolongados y t¨®xicos, amenazando los logros obtenidos hasta la fecha en el control de la enfermedad. Adem¨¢s, se cree que un tercio de los casos nunca llega a diagnosticarse. Sin embargo, y a pesar de estos desaf¨ªos, muchos pa¨ªses end¨¦micos de tuberculosis han experimentado notables descensos en el n¨²mero de casos y en mortalidad por tuberculosis, hasta el punto que ha dejado de ser un problema de salud p¨²blica. A nivel global, la mortalidad se ha reducido en un 47% desde 1990. En Espa?a, los casos de tuberculosis se han reducido casi a la mitad desde el a?o 2000.
Por otro lado, para eliminar la tuberculosis, tenemos que evitar que nuevas personas se infecten. Se cree que un tercio de la poblaci¨®n mundial est¨¢ infectada por el bacilo que causa la tuberculosis, aunque solo un 10% desarrollar¨¢ la enfermedad a lo largo de su vida. Esto quiere decir que la eliminaci¨®n, seg¨²n la definici¨®n cl¨¢sica de desaparici¨®n total de la enfermedad de una regi¨®n, se antoja complicada, por lo menos en unos horizontes similares a los que se plantean para otras enfermedades. En el caso de la tuberculosis, se ha establecido ¡ªno sin cierto debate¡ª que la barrera para considerar ¡°eliminaci¨®n¡± se establezca en menos de un caso por mill¨®n de habitantes al a?o en el mundo. Es decir, que conseguir¨ªamos la eliminaci¨®n de la enfermedad con 7.400 casos anuales si la poblaci¨®n no contin¨²a expandi¨¦ndose.
?Con qu¨¦ herramientas contamos?
Tenemos varias herramientas para hacer frente a la tuberculosis, todas ellas imperfectas. En primer lugar, tenemos una vacuna, la BCG, que a pesar de ser la m¨¢s utilizada en el mundo no protege contra las formas pulmonares en adultos, las m¨¢s frecuentes, por lo que se cree que apenas tiene impacto en la reducci¨®n de casos.
Disponemos de herramientas diagn¨®sticas ¨²tiles, pero algunas (las moleculares) son demasiado caras para su implementaci¨®n en los pa¨ªses m¨¢s pobres y otras (los cultivos) tardan mucho en dar resultados. Muchas tuberculosis, aun as¨ª, no se confirman por laboratorio, con lo que diagnosticarla y decidir iniciar tratamiento es casi siempre un reto.
Existen tratamientos efectivos, aunque demasiado largos (seis meses generalmente, pero pueden ser dos a?os si es tuberculosis multirresistente) para que adherencia a los mismos no sea siempre un desaf¨ªo.
Por otro lado hay estrategias de b¨²squeda activa y cribado de contactos que han hecho reducir la tuberculosis considerablemente en algunos pa¨ªses. La prevenci¨®n farmacol¨®gica en aquellos pacientes infectados, si bien ha demostrado su capacidad preventiva, tiene retos importantes de adherencia y su eficacia ha sido cuestionada en contextos de alta transmisi¨®n.
Objetivos ambiciosos, pero no imposibles
La OMS se ha fijado como meta post 2015 el reducir las muertes por tuberculosis en un 95% y la incidencia de nuevos casos en un 90% entre 2015 y 2035, lo que corresponder¨ªa a menos de 10 casos de enfermedad por 100.000 habitantes y a?o, la barrera de considerar a la tuberculosis un problema serio de salud p¨²blica. Para lograrlo tendremos que aumentar la tasa de descenso anual observada en los ¨²ltimos a?os de un 1,5% a alrededor del 15%. Asimismo, para 33 pa¨ªses que han conseguido ya esta meta, se aspira a tener menos de un caso por 100.000 habitantes en 2035 y la eliminaci¨®n de la enfermedad en el a?o 2050. ?Ambicioso? S¨ª. ?Imposible? No.
La financiaci¨®n actual, ya sea para programas de control de la enfermedad o para investigaci¨®n, no es suficiente si queremos lograr esas metas. Se estima que ser¨ªa necesaria una inversi¨®n de 2.700 millones de d¨®lares anuales para ello. Sin un compromiso pol¨ªtico y financiero a escala global y sin nuevas herramientas que contribuyan a acelerar la reducci¨®n de casos y muertes, la eliminaci¨®n de la tuberculosis ser¨¢ un mero sue?o.
Alberto Garc¨ªa-Basteiro es investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) en el Centro de Investigaci¨®n en Salud de Manhi?a (CISM), Mozambique.
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