Cultivando la finca humana
Por Marco Coscione
Seg¨²n el pedagogo hondure?o Jos¨¦ El¨ªas S¨¢nchez la clave para lograr una agricultura saludable y sostenible es empezar por cultivar la ¡°finca humana¡±: el cerebro (es decir la conciencia y el pensamiento), el coraz¨®n (el alma) y las manos (el cuerpo). ?l sol¨ªa decir que si la mente del agricultor es un desierto, su finca tambi¨¦n lo ser¨¢, subrayando la conexi¨®n muy profunda entre el despertar de las conciencias, la educaci¨®n, la integralidad entre seres humanos y naturaleza, y la fertilidad de la tierra.
Hace poco llegamos a Honduras cruzando la frontera con El Salvador por la zona monta?osa de Perqu¨ªn: los pinos y el resto de la vegetaci¨®n nos recuerdan mucho a los paisajes de monta?a europeos. Estamos visitando varias organizaciones de peque?os productores de comercio justo con un grupo de activistas del movimiento, provenientes de la ciudad y la universidad por el comercio justo de Saarbr¨¹cken (Alemania). Un viaje que resultar¨¢ muy interesante, construyendo puentes entre Centroam¨¦rica y Europa, para el impulso de dos campa?as de incidencia que el movimiento desarrolla a nivel global.
Nos quedamos en Marcala tres d¨ªas, literalmente consentidos por la gran familia de COMSA (Caf¨¦ Org¨¢nico Marcala), organizaci¨®n de comercio justo entre las m¨¢s reconocidas de la regi¨®n por su excelente caf¨¦ org¨¢nico y Fairtrade. Despu¨¦s de la primera merienda y la primera cena con sus integrantes, nos damos cuenta de algo: nunca nos ofrecieron refrescos, no vimos coca cola o una sprite, solo caf¨¦, agua, jugos naturales, vino o cerveza; algo de verdad at¨ªpico para la regi¨®n, donde el consumo de bebidas azucaradas es muy difundido, provocando muchos problemas de salud entre su poblaci¨®n.
Le preguntamos a Rodolfo Pe?alba, Gerente General de COMSA, si es una casualidad o no, y su respuesta nos abre completamente un mundo, que poco a poco descubrimos al conversar con algunos productores de la organizaci¨®n: ?No es casual, es un pol¨ªtica bien clara de COMSA; educamos a nuestros socios, sus familias y la comunidad de Marcala a tomar h¨¢bitos alimenticios saludables, a reflexionar sobre lo que compran y consumen, lo que comen o toman?. En este caso, no fomentan el consumo de los productos con alto contenido de az¨²car refinado; por el contrario, fomentan la revalorizaci¨®n de la panela proveniente de un proceso natural y no industrial de la ca?a de az¨²car. Pero no solamente esto: las propuestas de cambio de h¨¢bitos de sus socios y familias forman parte de la filosof¨ªa de la organizaci¨®n, desde la producci¨®n org¨¢nica y agroecol¨®gica, hasta las dietas diarias, pasando por un proceso educativo distinto, que se construya desde la realidad de las comunidades rurales y sus desaf¨ªos, desde las relaciones entre los seres humanos y la tierra, y desde la sabidur¨ªa de todos, ¡°viejos¡± y j¨®venes. En COMSA tambi¨¦n cultivan la ¡°finca humana¡±.
?Un amigo sueco?, comenta Rodolfo ?un d¨ªa nos hizo reflexionar profundamente. Nos pregunt¨®: ?Qu¨¦ han hecho durante los ¨²ltimos cien a?os? Cortar caf¨¦¡ y, ?qu¨¦ van a hacer durante los pr¨®ximos cien a?os? ?Van a seguir cortando caf¨¦? Una de esas preguntas que desmonta mitos y estructuras. Ahora entendemos que nosotros, adem¨¢s de ser parte de un modelo econ¨®mico global injusto, obedecemos a patrones de conducta que debemos cambiar. Debemos mirar m¨¢s hacia largo plazo: seguramente seguiremos con el caf¨¦, pero de manera diferente. Primero con m¨¢s responsabilidad ambiental, en este aspecto estamos avanzando pero a¨²n hay mucho camino por recorrer. Segundo, industrializando e independizando nuestros procesos y empezando a diversificar las actividades; por ejemplo, abriendo cafeter¨ªas en Tegucigalpa, desarrollando las capacidades de nuestros j¨®venes en barismo y servicios al cliente, con la misma calidad del producto de exportaci¨®n.
Sin embargo, para eso necesitamos trabajar a fondo con nuestros hijos. Por esta raz¨®n, la importancia del trabajo en educaci¨®n; queremos ni?os con mayores capacidades, j¨®venes con una visi¨®n m¨¢s amplia del desarrollo, y tambi¨¦n adultos con un concepto m¨¢s claro de la honestidad, de la responsabilidad. Nuestra responsabilidad va mucho m¨¢s all¨¢ de las fronteras de COMSA, pensamos en el pa¨ªs y en el mundo; y creemos que nuestra metodolog¨ªa de trabajo, la finca humana, puede ser compartida con muchas m¨¢s personas en muchos pa¨ªses?.
El trabajo en las parcelas, nos comenta Rodolfo, ?empieza con la selecci¨®n de las semillas, el cuidado del semillero, del vivero, la plantaci¨®n, etc.; en este sentido, la finca humana empieza con los ni?os, es ah¨ª que tenemos que trabajar con los miembros de COMSA y en la comunidad. Nuestros hijos son los verdaderos aliados para el futuro, debemos alimentar sus cerebros con informaciones importantes, con pr¨¢cticas saludables, deportes, m¨²sica, ciencias, arte, agricultura, amor, respeto, autoestima?.
Adem¨¢s de los est¨¢ndares en protecci¨®n infantil, comenta Rodolfo, ?los actores involucrados en el comercio justo pueden hacer mucho para el desarrollo de capacidades de los ni?os, promoviendo una visi¨®n del ni?o como alguien que s¨ª puede, que s¨ª es parte activa de la familia y no algo in¨²til, que no sabe, que no entiende. Y empezar a ver el ni?o m¨¢s all¨¢ del sistema educativo convencional que, lamentablemente, no nos aporta?. Sabias palabras¡
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