¡°Necesitamos que se frene al macabro de Nkurunziza¡±
El activista pro derechos humanos burund¨¦s asegura que su pa¨ªs est¨¢ al borde de una nueva guerra civil
¡°Burundi est¨¢ en v¨ªsperas de una guerra civil. Est¨¢n emergiendo grupos armados en todo el pa¨ªs, y cuando eso sucede podemos esperar lo peor¡±, alertaba el pasado 24 de febrero Richard Nimubona, miembro de la Asociaci¨®n burundesa para la Defensa y la Promoci¨®n de los Derechos Humanos y de los presos (APRODH). En una conferencia en el Centro Cultural la Corrala, organizada por Amnist¨ªa Internacional y el Grupo de Estudios Africanos de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, el activista burund¨¦s se?al¨® que la crisis pol¨ªtica que vive Burundi se ha recrudecido severamente en los ¨²ltimos meseses y se ha visto alimentada con componentes ¨¦tnicos que podr¨ªan desestabilizar de nuevo la regi¨®n de los Grandes Lagos.
Nimubona, que trabaja como abogado desde 2009 con el activista Pierre Claver Mbonimpa, presidente de APRODH, denunci¨® que viven una persecuci¨®n. ¡°Ni nosotros ni nuestros familiares, estamos seguros en Burundi. Nuestra vida est¨¢ en riesgo all¨ª¡±, dijo haciendo referencia al intento de asesinato que Mbonimpa sufri¨® el pasado agosto, o a los asesinatos del yerno y del hijo del presidente de APRODH el pasado noviembre.
¡°Antes de la crisis, los derechos humanos ya hab¨ªan sido restringidos. Empezamos a asesorar a personas que sufr¨ªan abusos y a investigar sobre qui¨¦n los comet¨ªa y por qu¨¦. Pero desde el 25 de abril de 2015 la situaci¨®n empeor¨® mucho. Hoy, es tal el peligro, que hemos tenido que cesar nuestro trabajo en el pa¨ªs¡±, cuenta a Planeta Futuro el activista, exiliado junto a Mbonimpa en B¨¦lgica.
Desde el pasado mes de abril, Burundi vive la peor crisis pol¨ªtica desde el fin de la guerra civil, en 2005. ¡°Los Acuerdos de Arusha, que se firmaron gracias al esfuerzo del entonces presidente tanzano Julius Nyerere y del sudafricano Nelson Mandela, sentaron las bases para una Asamblea Nacional de transici¨®n. Pero ya en 2007 empieza una crisis de gobernanza que deriva en violencia en las elecciones de 2010 y que termina por la violaci¨®n de los acuerdos en las elecciones de 2015¡±, seg¨²n explica Carmen Mormeneo, miembro del equipo de ?frica Subsahariana de Amnist¨ªa Internacional Espa?a.
¡°Se quiere etnitizar el conflicto, pero todos sabemos que no se trata de hutus contra tutsis¡±
Desde entonces, toda muestra de rechazo hacia el tercer mandato de Nkurunziza o cualquier intenci¨®n de denunciar las irregularidades cometidas por el Ej¨¦rcito han sido reprimidas con dureza. Por la polic¨ªa, pero tambi¨¦n por las facciones de la Imbonerakure, que es el ala juvenil del partido en el poder, el CNDD-FDD o Consejo Nacional para la Defensa de la Democracia-Fuerzas para la Defensa de la Democracia. ¡°Entre el 26 de abril de 2015 y el 18 de febrero de 2016, APRODH ha registrado al menos 690 asesinatos extrajudiciales en el pa¨ªs¡±, alertaba Nimubona. A lo que Mormeneo a?ad¨ªa: ¡°Desde septiembre los cad¨¢veres aparecen en la cuneta d¨ªa tras d¨ªa¡±.
Nkurunziza ha llevado a cabo en los ¨²ltimos meses una aut¨¦ntica ¡°caza de brujas¡± para silenciar las voces contrarias a su r¨¦gimen. Rechazando cualquier misi¨®n de paz, el Gobierno ha sometido a una campa?a de intimidaci¨®n, censura y violencia f¨ªsica a periodistas, activistas o defensores de los derechos humanos ¡°desleales¡± a las fuerzas en el poder. ¡°APRODH ya no puede investigar la violaci¨®n de derechos humanos en el pa¨ªs, con lo cu¨¢l el Gbierno puede atribuir a los rebeldes las matanzas y persecuciones, y no tiene que rendir cuentas a nadie¡±, se lamenta Nimubona.
La violencia ejercida por el aparato estatal, sobre todo despu¨¦s del intento fallido de golpe de estado por parte de miembros del ej¨¦rcito en mayo, ha provocado la formaci¨®n de grupos armados rebeldes por parte de algunos militares disidentes, como el FOREBU, grupo liderado por el golpista Godefroid Nyombare. El pasado 10 de diciembre, en respuesta al asalto de rebeldes a tres comisar¨ªas de polic¨ªa, Bujumbura sufri¨® los ataques m¨¢s sangrientos desde el estallido del conflicto. Amnist¨ªa Internacional sacaba a la luz a finales de enero de este a?o unas im¨¢genes que muestran la existencia de cinco posibles fosas comunes que podr¨ªan albergar los cuerpos de decenas de personas asesinadas por los militares burundeses durante ese jueves negro. ¡°La situaci¨®n est¨¢ al borde de la guerra civil¡±, repiti¨® Nimubona tanto en privado como durante la conferencia.
A pesar de que tanto tutsis como hutus ¡ªla etnia a la que pertenece el presidente¡ª se oponen al pol¨¦mico tercer mandato, las ri?as ¨¦tnicas parecen haberse instrumentalizado. ¡°Se quiere etnitizar el conflicto, pero todos sabemos que no se trata de hutus contra tutsis, sino de un conflicto pol¨ªtico. Hay barrios tradicionalmente m¨¢s contestatarios, donde s¨ª hay una mayor¨ªa de tutsis. Pero la oposici¨®n est¨¢ llena de hutus que est¨¢n en contra de Nkurunziza¡±, defendi¨® Nimubona despu¨¦s de que Mormeneo explicara las ra¨ªces coloniales del etnicismo, que aboc¨® Ruanda al brutal genocidio de 1994.
La internacionalizaci¨®n del conflicto
¡°Las fuerzas del gobierno est¨¢n matando, secuestrando, torturando y deteniendo arbitrariamente a decenas de personas a un ritmo alarmante¡±, denunciaba un reciente informe de Human Rights Watch. Ante las investigaciones de la organizaci¨®n internacional, el gobierno de Burundi public¨® un tuit donde acusaba al Observatorio de trabajar con Ruanda y la oposici¨®n para desestabilizar el Estado. Las relaciones entre Burundi y Ruanda, pa¨ªs en el que se encuentran parte de los 240.000 refugiados burundeses que huyen del conflicto, se han deteriorado mucho en los ¨²ltimos meses. Mientras Kagame ha condenado las medidas represivas de Nkurunziza, el gobierno burund¨¦s ha acusado repetidamente a Ruanda de injerencia y de financiar a las milicias rebeldes.
Sin embargo, a pesar de la magnitud y el cariz que est¨¢ tomando el conflicto, la Uni¨®n Africana dio recientemente marcha atr¨¢s al env¨ªo de 5.000 efectivos para la protecci¨®n de la sociedad civil. ¡°La Uni¨®n Africana v¨¦ como un problema en la intervenci¨®n militar en Burundi. Si no respeta el tercer mandato de Nkurunziza, entonces tendr¨¢ que intervenir en Uganda, en Ruanda o en Zimbabue, donde Museveni, Kagame o Mugabe llevan d¨¦cadas en el poder¡±, sostuvo Nimubona.
Un d¨ªa despu¨¦s de que el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, se reuniera con Nkurunziza y miembros de la oposici¨®n para mediar en el conflicto e impulsar un di¨¢logo inclusivo para el cese de la violencia, el abogado de APRODH se mostraba pesimista. ¡°Nkurunziza dijo que liberar¨ªa a 2.000 presos y que facilitar¨ªa un discurso inclusivo. Pero los presos que liberar¨¢ no ser¨¢n ni miembros de la oposici¨®n, ni personas que se manifestaron pac¨ªficamente, y por supuesto, el discurso no ser¨¢ inclusivo porque la disidencia est¨¢ en el exilio, la han asesinado, o est¨¢ en prisi¨®n¡±.
¡°Necesitamos que Naciones Unidas se deje de discursos y haga presi¨®n de verdad para poder frenar al macabro de Nkurunziza¡±, demandaba a puerta cerrada el defensor de los derechos humanos. ¡°Si no se act¨²a r¨¢pido, se puede repetir lo que se produjo en Ruanda. Ya hay se?ales evidentes que indican que puede haber un genocidio contra tutsis y contra todo hutu contrario al tercer mandato del presidente. Este es claramente un conflicto pol¨ªtico-¨¦tnico y precisa urgentemente de la intervenci¨®n de la comunidad internacional¡±.
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