'Botched': el 'reality' de mu?ecos rotos de la cirug¨ªa est¨¦tica
Silicona descolgada, labios a punto de explotar, rinoplastias llevadas al l¨ªmite... Lo ¨²ltimo en la televisi¨®n es arreglar (ante una c¨¢mara) lo que otro cirujano dej¨® hecho un desastre
En un pa¨ªs como EE UU en el que el nivel de destrozos de la cirug¨ªa est¨¦tica es proporcional al elevado n¨²mero de operaciones que se hacen, no es de extra?ar que existan m¨¦dicos dedicados a reconstruir lo que otros han dejado hecho un desastre. Y, como en EE UU todo tiene cabida, estas pr¨¢cticas m¨¦dicas tienen? hasta su propio espacio de televisi¨®n: Botched.
La cadena E!, responsable de haber llevado al ¨¦xito a la familia m¨¢s medi¨¢tica del ¨²ltimo lustro gracias a Keeping Up With The Kardashians, es el lugar en el que este programa, que va bastante m¨¢s all¨¢ que los realities que muestran como alguien cambia su aspecto, ha encontrado su lugar. Con un gran despliegue de im¨¢genes difuminadas y una pareja de doctores, Dubrow y Nassif, la tem¨¢tica es tan sencilla como arreglar senos que nunca debieron aumentarse hasta determinados l¨ªmites o corregir inyecciones con materiales de dudosa procedencia en labios o las nalgas. Desde 2014 lleva esta inquietante pareja de facultativos dedicados a reconstruir lo que otros mal hicieron.
Senos horriblemente aumentados, s¨ª, pero tambi¨¦n pacientes extremos como una mujer a la que las rinoplastias la dejaron pr¨¢cticamente sin nariz o freaks medi¨¢ticos como el chaval que se someti¨® a operaciones por valor de 70.000 euros para parecerse a Justin Bieber. Toby Sheldon termin¨® muerto en un Motel de carretera para espanto de los que segu¨ªan sus andanzas en tabloides y redes sociales, pero el programa poco tuvo que ver ante una persona que se dej¨® los ahorros de toda una vida para no reconocerse frente al espejo. ?l fue la excepci¨®n.
Botched es un programa luminoso. Ahora que prepara una nueva entrega, compuesta por un m¨¢ximo de ocho cap¨ªtulos, hay que recordar a la pareja de conejitas de Playboy, Kristina y Klarissa Shannon, que acudieron para corregir el descuelgue de un pecho de varios kilos de peso a pesar de seguir viviendo en un mundo mayoritariamente rosa y de mantener un per¨ªmetro tor¨¢cico del tama?o de una plaza de toros. En ning¨²n lugar sobre la faz de la tierra, con el permiso de Miami, podr¨ªa tener un programa como este m¨¢s sentido que en Los ?ngeles donde el aspecto f¨ªsico prima absolutamente sobre cualquier otra parcela de la vida.
A pesar de ser una emisi¨®n expl¨ªcita en la que las operaciones se ven (o disfrutan, all¨¢ cada cual con sus filias) los resultados suelen conseguir la felicidad de los participantes. As¨ª lo demuestra el hecho de las reuniones que se suelen emitir despu¨¦s de las temporadas en las que los participantes acuden a contar c¨®mo se desarrolla su nueva vida, despu¨¦s de que las manos de Dubrow o Nassif hayan solucionado el desaguisado que los hac¨ªa infelices. No hay moralina en el programa, cada uno acude libremente y son los doctores quienes ante la c¨¢mara dicen si el problema tiene o no soluci¨®n, pero en ning¨²n caso juzgan las operaciones ni el haberlas hecho en condiciones lamentables por ahorrarse unos d¨®lares.
Su ¨¦xito, minoritario en EE UU -pero demoledor- para una cadena de cable, hace que m¨¢s de un mill¨®n de personas vean el programa y se basa, muy probablemente, en el morbo de la cirug¨ªa y la sangre. Pero tambi¨¦n influye que algunos participantes sean celebridades de un realities, modelos de revista er¨®tica o actorcillos de medio pelo (de los que muchas veces ni siquiera tendr¨ªan frase en CSI). En ocasiones hay participantes an¨®nimos, cierto, pero la inmensa mayor¨ªa son juguetes rotos de la televisi¨®n, novios de o alg¨²n otro cargo similar.
Quiz¨¢s por ello, Espa?a, donde esos personajes se multiplican al amparo de realities de poca monta, ser¨ªa la parada perfecta si el programa decidiera vender sus derechos alrededor del mundo. Nunca un cambio de imagen gracias al bistur¨ª hab¨ªa dado tanto que hablar como en su d¨ªa lo hizo el de Loly ?lvarez (Cr¨®nicas Marcianas) o m¨¢s recientemente Ylenia Padilla (Gandia Shore). ?
?No ser¨ªa el momento ideal de tirar de agenda y llamar a Yola Berrocal, Malena Gracia o Sonia Monroy para que se miren los retoques que ya van cumpliendo a?os? Ni el Patito Feo ni la versi¨®n espa?ola de Cambio Radical fueron grandes rompeaud¨ªmetros, pero las viejas glorias, la decadencia y los juguetes rotos siempre han aumentado el morbo de la televidentes.
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