La extinci¨®n del hobbit de Flores coincide con la llegada humana
Una nueva dataci¨®n de los restos del 'Homo floresiensis' indica que vivi¨® solo hasta hace unos 50.000 a?os, cuando los humanos modernos se expandieron por la regi¨®n
La hobbit de la isla de Flores, en Indonesia, no lleg¨® a convivir con los humanos, o quiz¨¢ lo hizo, para su desgracia, durante un breve periodo antes de desaparecer para siempre. Estas son dos de las posibilidades que se plantean tras la noticia que hoy se publica en la revista Nature. Los parientes de aquella humana que dej¨® su cr¨¢neo en la cueva de Liang Bua no sobrevivieron hasta hace 12.000 a?os, como suger¨ªa la dataci¨®n de los restos hecha cuando se descubrieron.
La antigua fecha implicaba que aquella especie de un metro de altura y cr¨¢neo diminuto, pero una sorprendente capacidad para crear sofisticadas herramientas, habit¨® Flores decenas de miles de a?os despu¨¦s de que los humanos modernos comenzasen a colonizar los archipi¨¦lagos del ?ndico. Ahora, un grupo internacional de investigadores, despu¨¦s de siete a?os de excavaciones y de an¨¢lisis de los estratos de nuevas partes de la cueva, estiman que, a la vista de los restos descubiertos hasta ahora, aquellos peque?os humanos solo ocuparon Liang Bua hasta hace 50.000 a?os.
Algunos investigadores consideran que el hombre de flores es un humano enfermo
Desde que en 2004 se anunci¨® al mundo el descubrimiento de un nuevo pariente humano llamado Homo floresiensis, el hobbit, como lo bautiz¨® el geocronologista Bert Roberts, ha provocado algunos de los debates m¨¢s interesantes sobre evoluci¨®n humana del ¨²ltimo siglo. En un lado, aquellos que opinan que se trata de una especie de ancestros de los Homo erectus que despu¨¦s, al vivir en una isla, hab¨ªan evolucionado hasta convertirse en unos hom¨ªnidos de menor tama?o, pero muy inteligentes a la vista de los ¨²tiles encontrados junto a ellos. En el otro, aquellos que ve¨ªan en aquel cr¨¢neo min¨²sculo simplemente una especie de humano moderno similar a los pigmeos actuales o incluso un persona con s¨ªndrome de Down.
¡°Este debate en torno al hombre de Flores es inevitable mientras no aparezcan m¨¢s f¨®siles que puedan determinar que se trata de una singularidad evolutiva¡±, afirma Antonio Rosas, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC. ¡°La discusi¨®n me recuerda a la que se dio con los neandertales¡±. Los primeros restos de aquella especie aparecieron en 1856, en una cueva cerca de D¨¹sseldorf, en Alemania. ¡°Entonces como ahora hubo algunos que cre¨ªan que era un nuevo fen¨®meno evolutivo, y otros que lo identificaron como una rareza dentro de nuestra propia especie¡±, contin¨²a. Algunos cient¨ªficos de la ¨¦poca afirmaron que los trozos de cr¨¢neo encontrados eran de un jinete cosaco y otros, como Rudolf Virchow, al que se considera padre de la patolog¨ªa moderna, aseguraron que los huesos pertenec¨ªan a una persona con raquitismo. La aparici¨®n de nuevos restos de neandertal acab¨® con la discusi¨®n.
Seg¨²n el mismo Rosas, el nuevo hallazgo no cambia en lo fundamental el debate, que mantiene su intensidad y su inter¨¦s. Lo que s¨ª se modifica es la posibilidad de una convivencia con humanos modernos. La primera dataci¨®n, tan reciente, daba pie a pensar que los Homo floresiensis pod¨ªan haber convivido con los sapiens. Esta hip¨®tesis coincid¨ªa oportunamente con una antigua leyenda de la isla de Flores que hablaba de unos seres peque?itos y pod¨ªa ser una memoria hist¨®rica de aquella convivencia entre especies humanas. El hecho es que hasta ahora no se han encontrado pruebas de que esa convivencia se produjese.
En Australia, muchos grandes animales desaparecieron con la llegada de los humanos modernos
La nueva dataci¨®n, no obstante, hace coincidir la desaparici¨®n de los hobbits con el avance de los Homo sapiens hacia Ocean¨ªa. En Flores, como en muchas otras islas de ese continente, coincide la llegada de los humanos modernos con la desaparici¨®n de varias especies animales. Buitres, cig¨¹e?as gigantes, elefantes pigmeos e incluso dragones de Komodo desaparecieron tambi¨¦n de Flores hace unos 50.000 a?os. Sin embargo, como recuerda el profesor de la Universidad de Wollongong y coautor del nuevo estudio Bert Roberts, ¡°a¨²n no tenemos pruebas de que hubiese humanos modernos en Flores hace 50.000 a?os¡±. ¡°La evidencia m¨¢s antigua de humanos modernos en Flores es de hace unos 11.000 a?os, pero sabemos que estaban en otras islas de la regi¨®n mucho antes y que llegaron a Australia hace 50.000 a?os¡±, contin¨²a el investigador australiano. ¡°Al menos en Australia, las pruebas apuntan a que los humanos desempe?aron un papel decisivo en la extinci¨®n de animales end¨¦micos gigantes, as¨ª que: ?fue Homo floresiensis otra baja del avance de nuestra especie? Esta es una posibilidad que consideramos seriamente, pero necesitamos pruebas s¨®lidas para demostrarla¡±, concluye.
Thomas Sutikna, autor principal del estudio, tiene claro que la visi¨®n que se tiene sobre estos peque?os seres a¨²n es muy limitada y que supone solo ¡°una peque?a ventana a su historia en Liang Bua, en otros lugares de Flores y, posiblemente, incluso en otras islas¡±. ¡°Necesitamos m¨¢s descubrimientos para completar nuestras lagunas de conocimiento sobre esta enigm¨¢tica especie¡±, se?ala. Rosas est¨¢ de acuerdo y considera probable que dentro de la cueva, ¡°que es muy grande y solo se ha excavado en un ¨¢rea peque?a¡±, es posible que aparezcan m¨¢s restos. Adem¨¢s, ¡°pasado ma?ana se pueden encontrar nuevos restos de Homo floresiensis o de sus antepasados en islas m¨¢s grandes de Indonesia como Borneo o en el continente¡±, a?ade. De estos descubrimientos depender¨¢ que se resuelvan o no los misterios que a¨²n rodean al hobbit de Flores.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.