Mi dron corre m¨¢s que el tuyo

Cual cu¨¢drigas del siglo XXI, los drones ya no sirven solo para grabar im¨¢genes espectaculares o incordiar a los vecinos. Ahora tambi¨¦n participan en carreras en las que alcanzan hasta 100 kil¨®metros por hora volando a una altura de entre 5 y 10 metros. Estos aparatos compiten entre s¨ª en las llamadas carreras FPV (First person view, visi¨®n en primera persona). Las m¨¢quinas no funcionan de manera aut¨®noma: son controladas con mandos de radiocontrol a distancia por pilotos que llevan unas gafas especiales, similares a las de realidad virtual, con las que siguen en directo las im¨¢genes registradas por una c¨¢mara montada en el aparato.

En el ¨²ltimo a?o, esta disciplina ha pasado de ser un simple hobby a alcanzar la denominaci¨®n de deporte con competici¨®n oficial. Al menos en EE UU, donde se ha fundado la International Drone Racing Association [Asociaci¨®n Internacional de Carreras de Drones], que ya cuenta con m¨¢s de medio millar de pilotos registrados. Esta organizaci¨®n ha creado una serie de normas, y su sello aporta oficialidad a cualquier competici¨®n que se celebre en suelo norteamericano. En su web hay incluso un ranking de pilotos, seg¨²n sus resultados en las distintas pruebas.

En YouTube existen multitud de v¨ªdeos de FPV. Vi¨¦ndolos se tiene la misma sensaci¨®n que al disfrutar de la escena de las motos de El retorno del Jedi, o la famosa carrera de vainas de La amenaza fantasma; los artilugios compiten entre s¨ª y deben hacer complicados giros, evitar ¨¢rboles, entrar por ca?er¨ªas o por el centro de una pared a trav¨¦s de un angosto agujero.

Richard Vinuesa, cofundador de ERSA (European Rotor Sports Association) y director t¨¦cnico de la feria Expodr¨®nica, que se celebrar¨¢ en Zaragoza en septiembre, fue el promotor de una de las primeras competiciones celebradas en nuestro pa¨ªs. El a?o pasado, 14 pilotos compitieron en una exhibici¨®n con un trazado de 300 metros en el que ten¨ªan que dar tres vueltas. Ahora trabaja para organizar el Open Internacional que se disputar¨¢ en Madrid los pr¨®ximos 2 y 3 de julio, la primera competici¨®n oficial de nuestro pa¨ªs. Servir¨¢ para "clasificar a pilotos para un evento en Hawai y predeterminar¨¢ tambi¨¦n una clasificaci¨®n directa a una final europea que tendr¨¢ lugar en Espa?a". Pero el gran a?o de esta disciplina puede ser el que viene ya que, como apunta Vinuesa, "se est¨¢ trabajando para que en 2017 se instauren las bases oficiales para campeonatos regionales y nacionales".

El empresario explica que los premios en las competiciones de FPV "suelen ser dinero en met¨¢lico y obsequios de los patrocinadores. Las cantidades pueden alcanzar los 250.000 d¨®lares para el ganador, como en el Grand Prix de Dub¨¢i". Esta prueba, que se celebr¨® a mediados de marzo, reuni¨® a 300 pilotos y se convirti¨® en el evento m¨¢s importante en la historia de este incipiente deporte. Al menos en lo econ¨®mico, ya que se reparti¨® un mill¨®n de d¨®lares en premios.

Uno de los pilotos que compiti¨® en este certamen fue Daniel Pach¨®n (Dani Pacha es su alias de competici¨®n), ganador de la prueba celebrada en Expodr¨®nica el a?o pasado. Tras once a?os como aeromodelista, este extreme?o de 28 a?os conoci¨® el a?o pasado el mundo de las carreras FPV a trav¨¦s de YouTube. "Suele haber golpes entre los drones o contra los elementos del trazado. Al igual que en la F¨®rmula 1, cada circuito tiene su dise?o ¨²nico", explica.

Un descampado puede servir para competir. Tambi¨¦n una f¨¢brica abandonada. O el cauce de un r¨ªo. Pacha aclara que solo hay una limitaci¨®n: "Lo m¨¢s correcto es que no vuelen m¨¢s de ocho naves, para evitar interferencias en el radiocontrol. Hay que tener en cuenta que, a m¨¢s de un kil¨®metro de distancia, pierdes la conexi¨®n con el aparato". "Para una carrera no se suele llevar un equipo, pero en la competici¨®n de Dub¨¢i los organizadores permitieron que cada piloto llevase a su t¨¦cnico, el ¨²nico que puede tocar el aparato una vez haya echado a volar", apunta Pacha. Parece que el deporte en el que se mira la FPV es la F¨®rmula 1, incluso en el repostaje o en la sustituci¨®n de ruedas. "En Dub¨¢i nos obligan a realizar un cambio de bater¨ªa en medio de la competici¨®n", asegura el piloto.

De momento, la FPV en Espa?a es un hobby avanzado que dista de la incipiente profesionalizaci¨®n que se vive en EE UU. Para Richard Vinuesa, "la salida del amateurismo se lograr¨¢ el a?o que viene. Y puede que entonces d¨¦ pasos para convertirse en algo parecido a la F¨®rmula 1". Hasta entonces, si veis un grupo de chavales con gafas parecidas a las de de realidad virtual moviendo un mando como locos mientras una jaur¨ªa de m¨¢quinas los sobrevuela, no os asust¨¦is: est¨¢n practicando un deporte.