Caravanas de espermatozoides para hembras promiscuas
Los gametos de tres especies animales se ayudan para nadar m¨¢s r¨¢pido en lugar de competir
Los espermatozoides son, en el imaginario colectivo, el paradigma de la competencia. Usted es, en buena parte, fruto de un espermatozoide que se impuso a los otros 200 millones que hay en la media cucharadita de semen de una eyaculaci¨®n normal. La primera c¨¦lula que llega se queda con el ¨®vulo. Los perdedores, perecen.
Sin embargo, hay tres especies animales en las que esto no funciona as¨ª: el rat¨®n de campo, el rat¨®n de playa y el rat¨®n ciervo. Sus espermatozoides forman trenes de decenas de individuos, como mel¨¦s de rugby, para nadar todos juntos m¨¢s r¨¢pido. Es un comportamiento excepcional en el reino animal, un ejemplo de colaboraci¨®n entre c¨¦lulas supuestamente destinadas a competir con ferocidad entre ellas.
Tres investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC), en Madrid, han buscado estas caravanas del amor en el esperma de 25 especies de roedores europeos, asi¨¢ticos y africanos, pero solo las han detectado en el rat¨®n de campo, el t¨ªpico que se puede encontrar en los bosques y cultivos europeos. El hallazgo, o mejor dicho el no hallazgo, es inesperado. En 2002, el bi¨®logo Harry Moore, de la Universidad de Sheffield (Reino Unido), fue el primero que contempl¨® estupefacto a trav¨¦s de su microscopio la cooperaci¨®n altruista en el esperma del rat¨®n de campo. Su descubrimiento se public¨® en la revista Nature.
Posteriormente, similares trenes de espermatozoides generosos se observaron tambi¨¦n en el rat¨®n ciervo y en el rat¨®n de playa, oriundos de Norteam¨¦rica. Estas especies tienen espermatozoides con ganchos en su cabeza, as¨ª que desde el principio se supuso que todas las especies con ganchos formar¨ªan trenes, pero el nuevo estudio del CSIC desmonta esta teor¨ªa. ¡°Este fen¨®meno es excepcional y solo se ha observado en estas tres especies¡±, subraya el bi¨®logo Eduardo Rold¨¢n, coautor del trabajo, que se publica en la revista especializada Journal of Evolutionary Biology.
Su an¨¢lisis de 25 especies de roedores revela que la mayor¨ªa de ellas, pese a tener gancho, no forma estos trenes altruistas. La funci¨®n espec¨ªfica del gancho sigue siendo, pues, un enigma, aunque en los ratones de campo esta estructura s¨ª facilita la mel¨¦. ¡°El gancho ayuda, los espermatozoides se agarran como en una manifestaci¨®n en la que se camina del brazo¡±, detalla Rold¨¢n.
El origen del fen¨®meno puede ser fruto de la competencia entre machos por hembras promiscuas
La principal hip¨®tesis de los investigadores es que los trenes de espermatozoides son ¡°una novedad evolutiva¡± aparecida en especies en las que las hembras son muy promiscuas y los machos tienen que competir entre s¨ª.
Harry Moore, que no ha participado en el nuevo estudio, plantea otra posibilidad: ¡°que los trenes de espermatozoides fueran comunes en el pasado en las especies de roedores, pero se volvieran innecesarios debido a alguna otra adaptaci¨®n¡± del tracto femenino o del masculino. ¡°Es como la vieja pregunta de si fue primero el huevo o la gallina. En este caso, ?el gancho o los trenes?¡±.
En opini¨®n de Rold¨¢n, entender este fen¨®meno puede dar lugar, por ejemplo, a futuras aplicaciones para evaluar la fertilidad masculina humana. ¡°El an¨¢lisis del esperma de los ratones tambi¨¦n sirve como indicador de la calidad ambiental. Coges animales del campo, por ejemplo de una mina a cielo abierto o de un cultivo con pesticidas, y estudias si est¨¢n afectados por la contaminaci¨®n. Esto ya se hace en los campos de pruebas militares de EE UU, aunque la mayor parte de estas pruebas son secretas¡±, apunta el investigador.
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