Nuevo Gobierno o nuevas elecciones
El 20-D puso fin al sistema bipartidista y provoc¨® un escenario en el que los acuerdos con los partidos perif¨¦ricos ya no bastan. Volver a las urnas no es el fin del mundo, sobre todo si los votos son fruto de una mayor deliberaci¨®n
Est¨¢ bastante extendida la opini¨®n de que el tiempo transcurrido desde las elecciones del 20 de diciembre ha venido a dar una mala imagen de nuestra democracia en el exterior y es causa de inquietud en la ciudadan¨ªa. Creo, sin embargo, que ha sido un periodo del que podemos obtener muchas ense?anzas y que, en ese sentido, puede venirnos bien en este momento de cambio en nuestro panorama pol¨ªtico. Concretamente, desde que Pedro S¨¢nchez acept¨® el encargo de formar Gobierno, todos los ciudadanos hemos podido ver, y los analistas comentar, la discusi¨®n, los argumentos, las negociaciones, las reacciones de unos y otros frente a las jugadas del oponente y, por supuesto, la escenificaci¨®n de todo ello en el Parlamento a cargo de sus protagonistas m¨¢s conspicuos. Decir que se trata de ¡°una farsa¡±, ¡°un ejercicio in¨²til¡± e incluso ¡ª?a santo de qu¨¦?¡ª un ejemplo de corrupci¨®n, como se ha permitido nuestro presidente del Gobierno en funciones, me parece un desprop¨®sito, m¨¢xime cuando la descalificaci¨®n viene del que, despu¨¦s de haber recibido en primer lugar el encargo del Rey y haberlo aceptado, tras pensarlo mejor decidi¨® rechazarlo.
Otros art¨ªculos del autor
En contra de la postura del se?or Rajoy creo que todos hemos tenido con este motivo ocasi¨®n de asistir a un debate del mayor inter¨¦s y que los votantes del 20-D habr¨¢n podido apreciar, aunque sea a toro pasado, las consecuencias del voto que, sin tener tal vez entonces conciencia plena de sus efectos, depositaron en las urnas ese d¨ªa. Aquellos comicios, en un momento de crucial importancia para el futuro de nuestra democracia, produjeron un resultado ins¨®lito: acabaron con el sistema bipartidista y dieron lugar a un nuevo escenario donde los acuerdos con los partidos perif¨¦ricos o nacionalistas ya no bastan para formar Gobiernos. Lo cual, por cierto, no es la menor de las ventajas de la nueva situaci¨®n. Pero hay otras, y la principal es que hemos asistido a un ensayo general de pol¨ªtica abierta, a la vista de todos. Por primera vez en mucho tiempo y, desde luego, por primera vez en cuatro a?os, el?Parlamento ha sido el centro de la pol¨ªtica, el foro donde los actores han tenido que salir a dar la cara y donde se ha podido constatar la calidad de verdad y la intenci¨®n real de las propuestas.
En estos d¨ªas, los pol¨ªticos han tenido que afinar mucho lo que pod¨ªan prometer o comprometer y tambi¨¦n, en el ardor de las discusiones y declaraciones, han aflorado los sentimientos y han tenido expresi¨®n los afectos, los rechazos, los talantes autoritarios o comprensivos, los odios y rencores, las ambiciones, los ideales. Hemos podido observar mejor a los que nos van a gobernar escuchando sus discursos, que, en este caso, no eran de mero tr¨¢mite como ocurr¨ªa mientras se gobernaba por decreto, sino con toda la carne en el asador y con el resultado incierto, que es como se ve de verdad lo que vale y lo que no. En resumidas cuentas, hoy tenemos una idea m¨¢s clara, y si tuvi¨¦ramos que votar de nuevo lo har¨ªamos con mejor conocimiento de causa.
Hemos podido observar mejor a los que nos van a gobernar escuchando sus discursos
Por lo dicho, no me parece que tener que volver a las urnas sea el fin del mundo, sobre todo si los votos son consecuencia de una mayor deliberaci¨®n y un mejor examen. Al d¨ªa de hoy, comenzadas ya las esperadas reuniones entre los l¨ªderes de PSOE, Ciudadanos y Podemos, no creo que nadie pueda predecir el desenlace, esto es, nuevo Gobierno ya o nuevas elecciones. Si, como parece m¨¢s probable, ocurriera lo segundo no estar¨¢n de m¨¢s algunas consideraciones con ayuda de la experiencia de estos tres meses ¨²ltimos a los que vengo refiri¨¦ndome. El PSOE y su secretario general salen muy reforzados de este episodio. S¨¢nchez, dado prematuramente por muerto en diciembre, ha demostrado que sabe navegar contra los vientos adversos y que no pretende estar en posesi¨®n de la verdad, pero tambi¨¦n sabe sostener sus posiciones. A diferencia de Rajoy, su actuaci¨®n intentando formar Gobierno ha sido impecable con las instituciones, con los usos democr¨¢ticos y con el electorado. Si, como cabe esperar, el partido le apoya ahora sin fisuras, me parece que mejorar¨ªa notablemente su resultado en relaci¨®n con el obtenido en las urnas en diciembre. Si as¨ª fuera tendr¨ªamos una de las patas que podr¨ªan asegurar la gobernabilidad, cosa que seguramente tendr¨¢ en cuenta el voto moderado de izquierda y, tal vez tambi¨¦n, el m¨¢s alejado del centro.
Ciudadanos, muy mermado en cuanto a sus expectativas en el tramo final de la campa?a pasada, ha recuperado en este trayecto gran parte del terreno perdido, y, seguramente, muchos de los que, tap¨¢ndose la nariz, votaron al PP cuando su instinto y sus principios les ped¨ªan votar Ciudadanos no har¨¢n lo mismo si tienen la oportunidad de rectificar. Ello ser¨ªa una excelente noticia porque querr¨ªa decir que la derecha moderada se decide por fin a abandonar el reducto de la intransigencia, el inmovilismo elevado a la categor¨ªa de estrategia y el dogma como refugio de la ignorancia. Esta ser¨ªa otra de las patas, y no parece que, a partir de ah¨ª, fuera imposible lidiar con un PP que, ahora s¨ª, tendr¨ªa que invitar a Rajoy a que abandone la lucha por seguir en el poder a la que se viene dedicando; hay que decir que no es el ¨²nico. Seg¨²n The Economist, la raz¨®n de que Xi Jinping, presidente del Gobierno chino, no haya cumplido con las promesas que hizo tras su nombramiento es que, como repetidas veces se ha comprobado en la pr¨¢ctica de los reg¨ªmenes no democr¨¢ticos, keeping in power is a full time job, conservar el poder es un ejercicio a tiempo completo.
Por primera vez en mucho tiempo el Parlamento ha sido el centro de la pol¨ªtica
El caso de Rajoy indica que el ejemplo sirve tambi¨¦n para las democracias: nuestro presidente no solo est¨¢ ahora en funciones; lo est¨¢ desde que se inici¨® la legislatura hace cuatro a?os. La conservaci¨®n del poder le ha absorbido de tal manera que no ha podido ocuparse de nada m¨¢s, ni de sus compromisos electorales (no ha cumplido ninguno), ni del problema de Catalu?a, ni de nuestro lugar en Europa. M¨¢s recientemente, y super¨¢ndose a s¨ª mismo, ni siquiera intent¨® cumplir el encargo recibido del jefe del Estado de formar Gobierno, y, para rematar la faena, ha decidido ahora no someterse al control del Parlamento. Al considerar esta trayectoria, uno no sabe qu¨¦ es lo m¨¢s extraordinario, si el aguante del personaje o el de la ciudadan¨ªa que lo ha tenido que soportar.
La realidad esconde siempre algo que no se muestra en la apariencia. El PP saldr¨¢ beneficiado si, con este motivo, acomete en serio su regeneraci¨®n. Esto es lo que deber¨ªan pensar sus fieles votantes tradicionales. Mejor que sus votos deben darle al partido una tregua. Porque, como ha sugerido Rubalcaba, si los ciudadanos amnist¨ªan a Rajoy, los socialistas tendr¨ªan que entenderse con ¨¦l. Y eso s¨ª que podr¨ªa ser el fin del mundo.
Jaime Bot¨ªn es alumno de la Escuela de Filosof¨ªa. Fue presidente de Bankinter entre 1986 y 2002.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.