?Qu¨¦ fue del humorista m¨¢s joven de la televisi¨®n de los 90?
La estrella infantil Rub¨¦n Ram¨ªrez sali¨® en 'Farmacia de guardia' y con Nieves Herrero o Luis del Olmo. Pero su fama se trunc¨®. Y ahora lo cuenta todo en la obra 'El ni?o de la tele¡¯
Aquellos que rozan o ya est¨¢n entrados en la treintena recordar¨¢n a un cr¨ªo que all¨¢ por finales de los noventa se col¨® en la peque?a pantalla imitando a personalidades como Carmen Sevilla, Felipe Gonz¨¢lez o Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. El chaval se llamaba Rub¨¦n Ram¨ªrez, y durante aquellos fructuosos a?os se code¨® con Luis del Olmo, Paz Padilla, Antonio Mercero o Vicente Escriv¨¢ cuando la TDT era una simple utop¨ªa y los canales de televisi¨®n pod¨ªan contarse con la palma de una mano.
De los 9 a los 14 a?os Ram¨ªrez vivi¨® en un puente a¨¦reo perpetuo, pero paulatinamente el tel¨¦fono dej¨® de sonar y, con ¨¦l, toda aspiraci¨®n de poder vivir de las imitaciones y el humor de ah¨ª en adelante. Dos d¨¦cadas despu¨¦s de aquello nuestro protagonista se dedica a rega?adientes al negocio familiar: la carpinter¨ªa. No obstante, ahora se le acaba de presentar una oportunidad espl¨¦ndida para redimirse del ostracismo medi¨¢tico y volver a reencontrarse, aunque s¨®lo sean unas semanas, con el p¨²blico.
La historia personal de Rub¨¦n es el foco de atenci¨®n de El ni?o de la tele, una obra teatral dirigida por Marc Gonz¨¢lez de la Varga de la compa?¨ªa Pentateatre que, desde este jueves 7 de abril hasta el 2 de mayo, podr¨¢ verse en la barcelonesa sala Flyhard. A caballo entre el mon¨®logo, el biopic y el documental, la pieza repasa las vivencias de este ni?o prodigio del humor y c¨®mo acab¨® cayendo en el olvido. Aunque, tal como nos cuenta de la Varga, ¡°este es en realidad el relato de una generaci¨®n perdida que ha visto como todos sus sue?os de juventud se han visto despedazados y sigue adelante de la mejor manera que puede para ganarse el pan¡±.
¡°Siempre hab¨ªa tenido muy interiorizado de casa que la fama es un juego que tal como empieza acaba. El que yo me tome mi vida art¨ªstica con humor es lo que hace posible ahora esto. Mi ca¨ªda al fracaso me la tomo con gracia, ya que de no ser as¨ª no me prestar¨ªa en cada funci¨®n a esta especie de psicoterapia constante durante una hora y veinte minutos¡±, dice al respecto Ram¨ªrez, distanci¨¢ndose de esa etiqueta de mu?eco roto que a primeras podr¨ªa llegar a pensarse que abraza. ¡°No hay un discurso victimista, m¨¢s bien al contrario. El objetivo de esta obra es, primero de todo, que todos nos lo pasemos bien. Segundo: pensar que a¨²n sirvo para algo m¨¢s que s¨®lo ser carpintero. En tercer lugar, re¨ªrme de m¨ª y todo el mundo de la far¨¢ndula. Y, por ¨²ltimo, demostrar a la gente que eso que se hace con los ni?os es muy gracioso cuando te va bien, pero no tanto cuando las cosas se tuercen¡±, apostilla.
Cuando apenas alzaba un palmo del suelo Rub¨¦n escuchaba las cintas de casete que su padre grababa de la secci¨®n de imitaciones El Jard¨ªn de los Bons¨¢is del programa Protagonistas de Luis del Olmo. Se las estudiaba a conciencia, tanto que al poco tiempo fue capaz de emular aquellos personajes con una gracia natural sorprendente para alguien de apenas nueve a?os. Un buen d¨ªa, acompa?ado de su progenitor y su primo mayor, se present¨® en el estudio del magazine radiof¨®nico de madrugada, llamando la atenci¨®n (como es l¨®gico) del comunicador. ¡°En una pausa de publicidad a las tantas de la ma?ana del Olmo se extra?¨® de ver a un cr¨ªo y directamente me pregunt¨® qu¨¦ hac¨ªa ah¨ª y si quer¨ªa ser periodista. Le habl¨¦ como Johan Cruyff y le dije que sab¨ªa imitar a famosos, as¨ª que me propuso salir en antena. Era un ni?o improvisando sobre la marcha diversas voces, sin gui¨®n, algo muy raro en realidad¡±, rememora sobre aquel d¨ªa que le cambi¨® la vida radicalmente.
Las televisiones, como consecuencia de aquella intervenci¨®n, empezaron a llamar en masa a la radio preguntando qui¨¦n era ese peque?o. Incluido Antonio Mercero, el creador de Farmacia de Guardia, que le propuso aparecer en la serie unos d¨ªas m¨¢s tarde. De esta forma la bola se fue haciendo m¨¢s y m¨¢s grande: intervino en ?ste es mi Barrio de Vicente Escriv¨¢ compartiendo plano con Jos¨¦ Sacrist¨¢n, Javier C¨¢mara, Alberto San Juan o Melanie Olivares; apareci¨® junto a Nieves Herrero en Cita con la Vida y Bert¨ªn Osborne en Esos Locos Bajitos, y hasta se fue de gira con Paz Padilla por todos los teatros habidos y por haber de nuestra geograf¨ªa, entre much¨ªsimas otras cosas.
¡°Tanto mi padre como yo nos lo tomamos como un juego, pero el juego se fue de las manos. Lo que en un principio eran actuaciones para pasarlo bien acab¨® siendo una responsabilidad. Mi padre me preguntaba si me apetec¨ªa hacer tal o cual cosa, y a muchas cosas dije que no porque no me apetec¨ªa o porque mis padres directamente no lo consideraban bien, como cuando me quer¨ªan contratar en Esta Noche Cruzamos el Mississippi para hacer lo que a?os m¨¢s tarde har¨ªa Carlos Latre en Cr¨®nicas Marcianas¡±, evoca Ram¨ªrez. Y, de pronto, el ni?o prodigio de las voces ajenas ya no era tan ni?o y empez¨® a conocer a una edad prematura el significado de la palabra fracaso.
"Por contrato no pod¨ªa jugar al f¨²tbol por si me romp¨ªa una pierna"
Despu¨¦s de trabarse en un rodaje de la serie Mediterr¨¢neo le pusieron de patitas a la calle, los guiones dejaron de llegar a su casa y hasta le dijeron que no pod¨ªa protagonizar la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de Manolito Gafotas porque no estaba lo suficientemente gordo para encarnar el personaje. ¡°Hubo un c¨²mulo de cosas que llevaron a esa situaci¨®n. No guardo rencor ni nada por el estilo, en absoluto. Insisto que me lo tom¨¦ todo como un juego, aunque en un momento dado tambi¨¦n ped¨ªa una vida normal. Sin ir m¨¢s lejos, por contrato no pod¨ªa jugar al f¨²tbol por si me romp¨ªa una pierna. Tuve una infancia diferente. S¨ª, no pude hacer todo lo que hacen los ni?os normales, pero por otro lado tuve la oportunidad de vivir cosas que no todo el mundo tiene oportunidad de vivir¡±, cuenta sobre aquella ¨¦poca pret¨¦rita que sabe que dif¨ªcilmente va a volver a darse.
Entonces, ?a qu¨¦ aspira ahora que nuevamente va a subirse a un escenario para, precisamente, hacer balance de su extinta vida televisiva? ¡°Todo lo que sea no estar en la carpinter¨ªa me va bien. Mis padres han visto c¨®mo va el mundo del espect¨¢culo y, lo que ellos quieren, es protegerme. Les cuesta entender que no quiero dedicarme al negocio familiar, pero debo luchar por lo m¨ªo. Esto me sirve para salir del bucle de mi destino de carpintero: mi destino es el que yo quiero que sea. Lo ¨²nico que pretendo con esto es hacer disfrutar y re¨ªr al p¨²blico, adem¨¢s de ser otra vez ese payaso que tanto me gusta ser¡±, confiesa. Qu¨¦ vuelva a hablarse de ¨¦l veinte a?os despu¨¦s de su extinci¨®n medi¨¢tica, por lo pronto, es ya todo un logro.
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