Nueva York contra Roman Abram¨®vich

El mercado inmobiliario en la ciudad de Nueva York es un hueso duro de roer hasta para el emprendedor m¨¢s curtido o la celebridad m¨¢s influyente. Roman Abram¨®vich, que lleva a?os tratando de tener su propia mansi¨®n en el Upper East Side, se topa ahora con el rechazo de la agencia local que se encarga de proteger el patrimonio de la ciudad de los rascacielos, que le acaba de parar los planes para unir varias casas situadas en la calle 75.

El bloqueo a la obra se produce al a?o de que el oligarca ruso comprara los tres edificios de cinco plantas en una operaci¨®n valorada en 69 millones de euros. Eso sin contar lo que cuesta unirlas, como quiere su mujer Dasha Zhukova, para convertirlas en una de las mansiones m¨¢s grandes en Manhattan. El ambicioso proyecto del patr¨®n del Chelsea est¨¢ ahora en el aire.

La Comisi¨®n para la Preservaci¨®n de Monumentos Hist¨®ricos acaba de rechazar el plan para transformar las tres estructuras del bloque. La ciudad de Nueva York no acepta que eche abajo tres edificios, dos dise?ados por el arquitecto William Mowbray y el tercero de la ¨¦poca de Henry Polhemus. La ciudad los considera un patrimonio que debe ser protegido.

La demolici¨®n de las fachadas y el interior, por tanto, no est¨¢ justificada ni permitida. ¡°Ser¨ªa como borrar una parte de la historia de la ciudad¡±, indicaron los responsables de la agencia de preservaci¨®n al diario brit¨¢nico The Telegraph. Eso va a obligar a Abram¨®vich a modificar todo el dise?o y a renunciar a algunas ideas, como la de crear un jard¨ªn voladizo.

El ruso no es ajeno tampoco a estas batallas inmobiliarias. Le llev¨® tres a?os conseguir la autorizaci¨®n para la mansi¨®n de 140 millones que tiene en Londres, en una de las calles m¨¢s caras de la capital brit¨¢nica. El dise?o para la de Nueva York, de hecho, es casi id¨¦ntico al de Cheney Walk.

Ahora debe presentar una nueva propuesta que respete los requerimientos de la ciudad. ¡°Solo esperamos que a partir de ahora el nuevo due?o tenga la sensibilidad hacia estas tres casas hist¨®ricas y hacia todo el bloque¡±, le piden los responsables del consejo hist¨®rico del distrito en el Upper East Side, que consideran que la obra propuesta es llevar el consumismo a su m¨¢xima expresi¨®n. Consideran, adem¨¢s, que no se puede poner la ¡°uniformidad por encima de la autenticidad¡±.

El empresario ruso ya trat¨® antes de meterse en este proyecto de hacerse con la propiedad del Berwind, situado en la calle 64 con la QuintaAvenida y que fue propiedad del magnate brit¨¢nico Howard Ronson. Ah¨ª tuvo que lidiar con la oposici¨®n de la viuda, que se enroc¨® y decidi¨® no vender la propiedad pese a los 75 millones de d¨®lares que le puso sobre la mesa. Es un edificio ¨²nico.