?Pacto o nueva ley educativa?
Se dan las condiciones para que las fuerzas pol¨ªticas alcancen un acuerdo que sea el punto de partida de una reforma duradera
Han transcurrido m¨¢s de cien d¨ªas desde las ¨²ltimas elecciones y se ha constatado que tejer alianzas para poner en marcha la legislatura no est¨¢ siendo una tarea sencilla. Lo ocurrido hasta la fecha no parece un precedente alentador de cara a los muy elevados prop¨®sitos que figuran en los programas electorales de los partidos representados en el Congreso. En cualquier caso, una de las propuestas que comparten todos es la necesidad de un ¡°pacto por la educaci¨®n¡±. As¨ª aparece en los programas con los que PP, PSOE y Ciudadanos concurrieron a las elecciones. Tambi¨¦n en el de Podemos se hace referencia a ¡°poner fin a la inestabilidad del sistema educativo espa?ol¡± para el que se han aprobado 7 leyes en 33 a?os.
Los partidos responden as¨ª a una fuerte demanda social por alcanzar un acuerdo estable en un ¨¢mbito que desde el siglo XIX ha sido recurrente campo de divisi¨®n pol¨ªtica y social. En esto tampoco somos una excepci¨®n. En Estados Unidos, Francia, Suecia o Gran Breta?a los debates sobre Educaci¨®n han sido igual de apasionados. Es cierto que en nuestro caso el peso de la religi¨®n o las lenguas propias han restringido espacio a otros elementos de mucha mayor enjundia y repercusi¨®n.
Bobbio estableci¨® el eje libertad-igualdad como la marca de diferencia entre izquierda y derecha y la educaci¨®n es un ¨¢rea muy sensible a esta cuesti¨®n. A pesar de ello, el primer pacto educativo en democracia que fue la Constituci¨®n de 1978 consigui¨®, como en otras materias, un equilibrio en la redacci¨®n de su art¨ªculo 27. De hecho, en l¨ªneas generales, Espa?a es de los pa¨ªses en los que m¨¢s amplia es la capacidad de elecci¨®n de las familias sobre el modelo de educaci¨®n que quieren para sus hijos y la equidad es una de las caracter¨ªsticas m¨¢s sobresalientes de nuestro sistema educativo. No es fruto del azar que Espa?a tenga un porcentaje de escolarizaci¨®n a partir de los 3 a?os superior al 95%, un dato que refleja un esfuerzo sostenido por parte de todas las administraciones en un tramo no obligatorio pero que, como se recoge en todos los estudios, es clave para amortiguar el condicionamiento previo que supone el nivel sociocultural de la familia.
Tambi¨¦n en el tramo 0-3 Espa?a presenta unos niveles muy avanzados de escolarizaci¨®n, superiores al 50%. De hecho, la escolarizaci¨®n temprana es uno de los indicadores que ya hemos cumplido de la Estrategia 2020 que aprob¨® la UE en 2010 para impulsar el crecimiento y la modernizaci¨®n. Es cierto que junto a ello, cuestiones como son el reducido n¨²mero de alumnos excelentes y el nivel medio de los alumnos espa?oles en relaci¨®n a otros europeos, una tasa de abandono escolar en el entorno del 19% que casi duplica la de la UE, o el paulatino descenso que refleja el ¨²ltimo informe de la CRUE en el n¨²mero de universitarios en los estudios de ciencias e ingenier¨ªas ¨Ccon un problema a?adido de una brecha de g¨¦nero- son materias que requieren ser afrontadas desde el acuerdo y la determinaci¨®n.
Espa?a es de los pa¨ªses en los que m¨¢s amplia es la capacidad de elecci¨®n de las familias sobre el modelo de educaci¨®n
Los docentes son, sin duda, el elemento clave del sistema educativo. Las medidas que se han venido adoptando desde 2010 como consecuencia de la crisis econ¨®mica han incrementado el n¨²mero de alumnos por profesor y por aula, aunque hemos seguido en la media de la UE. Pero la calidad del profesorado depende tambi¨¦n de su bagaje previo, su formaci¨®n en la universidad, su per¨ªodo de pr¨¢cticas y su formaci¨®n continua, cuestiones que han estado desatendidas en el debate p¨²blico, sobre las que es necesario trabajar a fondo con las universidades y hacer no pocas modificaciones. El Libro Blanco elaborado por Jos¨¦ Antonio Marina a propuesta del Ministerio de Educaci¨®n recoge propuestas, como ese ¡°MIR¡± que figura en no pocos de los programas electorales. Quiz¨¢s no es s¨®lo la estructura del MIR lo que hacen que tengamos un sistema sanitario de referencia mundial. Elementos intangibles como la valoraci¨®n social juegan un papel determinante.
De hecho, otro de los desaf¨ªos pendientes es c¨®mo reconocer a los buenos profesores dada la profunda heterogeneidad y variedad de circunstancias de los centros educativos. Cualquiera que conozca un centro educativo sabe de la realidad plural y compleja que supone su gesti¨®n tanto en el aspecto organizativo como en el econ¨®mico y humano. Se han venido produciendo avances pero parece inaplazable abordar a fondo la profesionalizaci¨®n de la funci¨®n directiva as¨ª como la autonom¨ªa de esos centros escolares y el papel de las familias. Uno de los elementos que PISA ha incorporado al sistema educativo es todo lo concerniente a la evaluaci¨®n. Qui¨¦n debe evaluar, qu¨¦, c¨®mo y a qui¨¦n se debe evaluar, qu¨¦ consecuencias debe tener y qui¨¦n tiene derecho a conocer esa informaci¨®n est¨¢n pendientes de un acuerdo.
Todo ello, adem¨¢s, en un momento de transici¨®n a un mundo digital que est¨¢ suponiendo la mayor transformaci¨®n desde la universalizaci¨®n de la ense?anza. De hecho mientras los pol¨ªticos, para llegar a sus pactos, se regalan libros de papel ya hay impresoras 3-D en no pocos centros educativos y cada vez son m¨¢s los que utilizan soportes digitales en lugar del tradicional libro de texto.
Los Pactos contra el Terrorismo suponen una buena hoja de ruta para la reforma educativa
La modernizaci¨®n de la FP, las becas, la repetici¨®n de los alumnos o avanzar en la incorporaci¨®n del ingl¨¦s como segunda lengua son algunos elementos que requerir¨¢n ser tratados. Adem¨¢s, sin olvidar lo concerniente a la inclusi¨®n, porque nuestra sociedad no se puede permitir dejar a nadie atr¨¢s. No son pocos ni sencillos los temas sobre los que se debe dialogar en uno de los ¨¢mbitos donde sin duda nos jugamos el futuro. Y todo ello sin entrar en una realidad propia como es la Universidad, o en materias como la religi¨®n y las lenguas cooficiales que quiz¨¢s convenga remitir a acuerdos de una naturaleza diferente para evitar que afecten al conjunto.
Cuando las fuerzas pol¨ªticas han querido llegar a pactos, lo han conseguido, por muy alejados que pudieran estar. El modelo de los Pactos contra el Terrorismo supone una buena hoja de ruta. El Pacto no como punto final sino como punto de partida en el que se acuerdan los principios que unen y los desaf¨ªos que se comparten para, a continuaci¨®n, desarrollarlos con el mismo esp¨ªritu de consenso y entendimiento. Es cierto que todo ello sobre una realidad muy contestada, la LOMCE. La inercia de la divisi¨®n y el enfrentamiento en materia de educaci¨®n es muy fuerte pero la sociedad demanda un acuerdo estable. Un acuerdo para m¨¢s de una legislatura y m¨¢s de un cambio de Gobierno. Por vez primera desde 1978 hay una predisposici¨®n al mismo. No se necesitan l¨ªderes distintos de los actuales para conseguirlo.
Pablo Hisp¨¢n Iglesias de Ussel fue director General de Mejora de la Calidad de la Ense?anza en la Comunidad de Madrid y es profesor en la Universidad San Pablo-Ceu.
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