Cuba debe abrirse a su propio pueblo
Personalidades latinoamericanas convocadas por el Centro para la Apertura y el Desarrollo de Am¨¦rica Latina (CADAL) se manifiestan a favor de la normalizaci¨®n de relaciones entre Estados Unidos y Cuba y reclaman al Gobierno de Ra¨²l Castro que emprenda un verdadero proceso de apertura pol¨ªtica y social
Los abajo firmantes, latinoamericanos y diversos en nuestras adhesiones, profesiones e intereses, pero unidos por una aspiraci¨®n com¨²n de libertad, democracia, equidad y bienestar en todo el hemisferio, nos dirigimos a nuestros conciudadanos y gobiernos, especialmente a los de Cuba, para expresar lo siguiente:
Celebramos el creciente proceso de normalizaci¨®n en las relaciones cubano-estadounidense y la disposici¨®n de otros estados democr¨¢ticos para incrementar su interacci¨®n con las autoridades de La Habana. Vemos en este proceso una oportunidad para estimular una mayor inserci¨®n de Cuba en el mundo y mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos.
A la vez, condenamos la sistem¨¢tica y continuada violaci¨®n de los derechos humanos en la isla; la persistencia de un modelo pol¨ªtico centrado en el control de un partido ¨²nico; la represi¨®n abierta contra quienes se aparten de las l¨ªneas oficiales, y la persistente discriminaci¨®n de los cubanos frente a los extranjeros, en ¨¢mbitos que van desde los derechos econ¨®micos hasta el acceso libre a las comunicaciones y la informaci¨®n.
Ha llegado la hora de un acto de reciprocidad ante el mundo democr¨¢tico, pero, sobre todo, como deber ineludible ante su propio pueblo, el r¨¦gimen encabezado por el Presidente Ra¨²l Castro emprenda un verdadero proceso de apertura pol¨ªtica y social y escuche las iniciativas de cambio de sus ciudadanos, mientras reactiva los t¨ªmidos cambios econ¨®micos anunciados con entusiasmo, pero paralizados en medio de la rigidez, el temor y la burocracia.
Ha llegado la hora de que Cuba se abra a su propio pueblo.
No existe justificaci¨®n alguna para continuar impidiendo que los cubanos hagan valer los derechos y libertades elementales que les pertenecen, y que son ampliamente reconocidos por los instrumentos universales de derechos humanos. Muchos de ellos, parad¨®jicamente, han sido suscritos por su gobierno.
El camino hacia una democracia plena debe emprenderse sin dilaciones. Cada nuevo retraso prolonga las precariedades y limitaciones del pueblo, dificulta las posibilidades de ¨¦xito y eleva los riesgos de conflicto interno. Por esto, es hora de comenzar a abrir el camino, reconociendo, al menos, las siguientes garant¨ªas para todos los cubanos:
- ¡¤ La libertad de expresi¨®n, entendida como el derecho a buscar, recibir y divulgar informaciones, opiniones y otros contenidos, por cualquier medio y sin limitaciones, censura o represiones posteriores.
- ¡¤ La libertad de asociaci¨®n, reuni¨®n y manifestaci¨®n.
- ¡¤ La libertad de movimiento dentro y fuera del territorio nacional.
- ¡¤ El derecho de petici¨®n ante las autoridades y poderes p¨²blicos.
- ¡¤ El derecho a elegir y a ser elegido, en un ambiente de pluralidad, para todos los cargos p¨²blicos.
- ¡¤ El derecho a no ser detenido y encarcelado arbitrariamente, a tener juicios justos ante tribunales independientes y a contar con mecanismos de defensa eficaces.
- ¡¤ El derecho a no ser discriminado en los ¨¢mbitos educativos, laborales o sociales en raz¨®n de las convicciones pol¨ªticas o religiosas, o por cualesquiera otras razones.
- ¡¤ La eliminaci¨®n del control ideol¨®gico sobre la educaci¨®n.
- ¡¤ La libertad de emprender iniciativas profesionales, laborales y empresariales sin restricciones, y de que los cubanos cuenten, al menos, con las mismas posibilidades que se ofrecen a los inversionistas o comerciantes extranjeros. El virtual apartheid econ¨®mico, pero tambi¨¦n social y pol¨ªtico, imperante en la isla contra sus ciudadanos debe desaparecer sin dilaciones.
Ninguno de estos derechos tan elementales, que forman parte de la vida cotidiana en la inmensa mayor¨ªa de nuestros pa¨ªses, pueden ser ejercidos en Cuba. Peor a¨²n. Quienes se atreven a reclamarlos son objeto de represi¨®n abierta y marginaci¨®n sistem¨¢tica.
En su Informe mundial 2016, la organizaci¨®n no gubernamental Human Rights Watch destaca y documenta con varios casos que ¡°en los ¨²ltimos a?os se han incrementado significativamente las detenciones arbitrarias por per¨ªodos breves de defensores de derechos humanos, periodistas independientes y otras personas¡±. Solo entre enero y octubre 2015, la Comisi¨®n Cubana de Derechos Humanos y Reconciliaci¨®n, declarada ilegal por el gobierno, recibi¨® m¨¢s de 6.200 denuncias de detenciones arbitrarias, que se exacerbaron con anterioridad a la visita del Papa Francisco a la isla, en septiembre del mismo a?o.
El informe tambi¨¦n revela la existencia de un n¨²mero de prisioneros pol¨ªticos dif¨ªcil de determinar por la ausencia de informaci¨®n confiable; las golpizas y agresiones callejeras contra manifestantes no gubernamentales, el hacinamiento carcelario; las restricciones casu¨ªsticas para viajar dentro y fuera del territorio cubano; la imposibilidad de formar sindicatos independientes, y la negativa a reconocer la defensa de los derechos humanos como una actividad leg¨ªtima.
La triste conclusi¨®n es que, a pesar de que el mundo y en particular Estados Unidos, cada vez se ha abierto m¨¢s a Cuba, el r¨¦gimen no se ha abierto a su propia poblaci¨®n, que, salvo excepciones de privilegio, permanece sumida en la precariedad, los controles, la falta de oportunidades y la asfixia pol¨ªtica y social. Hay que desmantelar este encierro; hay que eliminar el embargo pol¨ªtico, econ¨®mico y social del r¨¦gimen contra los cubanos.
La responsabilidad directa de poner fin a esta situaci¨®n es de la ¨¦lite que domina a Cuba desde su partido ¨²nico y Estado monol¨ªtico. Sin embargo, se extiende a los gobiernos de Am¨¦rica Latina, hasta ahora actores pasivos e, incluso, c¨®mplices, ante las cr¨®nicas arbitrariedades y la par¨¢lisis del r¨¦gimen.
¡°Nuestra Am¨¦rica¡±, la que proclam¨® el pr¨®cer de la independencia cubana Jos¨¦ Mart¨ª como ideal de unidad latinoamericana, no podr¨¢ ser realidad mientras persista en Cuba un gobierno impermeable ante los derechos ciudadanos, y en su doble cara ante el mundo.
Al proclamar estas inquietudes, expresamos nuestro deseo de que los cubanos puedan construir, en paz y libertad, un nuevo orden democr¨¢tico, pac¨ªfico e inclusivo.
Oscar Arias (Costa Rica), expresidente y Premio Nobel de la Paz en 1987. Laura Chinchilla (Costa Rica), expresidente. Graciela Fern¨¢ndez Meijide (Argentina), fue Secretaria de la Comisi¨®n Nacional sobre la Desaparici¨®n de Personas. Jaime Malamud Goti (Argentina), jurista y uno de los autores intelectuales del juicio a las Juntas Militares en la Argentina. Eduardo Ulibarri (Costa Rica), periodista y ex Embajador ante la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas. Ricardo Gil Lavedra (Argentina), jurista y pol¨ªtico, integr¨® el tribunal que en 1985 conden¨® a las juntas militares de la dictadura argentina. Beatriz Sarlo (Argentina), ensayista y periodista. Carlos H. Acu?a (Argentina), polit¨®logo especialista en Estado y pol¨ªticas p¨²blicas, miembro de organizaciones de derechos humanos en Argentina desde 1977. Roberto Gargarella (Argentina), jurista y soci¨®logo, investigador del CONICET y docente. Jos¨¦ Manuel Quijano (Uruguay), Economista y ex director de la Comisi¨®n Sectorial y de la Secretari?a General del Mercosur. Sergio Fausto (Brasil), polit¨®logo y Superintedente Ejecutivo del Instituto Fernando Henrique Cardoso. Roberto Ampuero (Chile), escritor, columnista, ex Ministro de Cultura y ex Embajador de Chile, vivi¨® en Cuba entre 1974 y 1979. Rodolfo Rodil (Argentina), ex vicepresidente de la C¨¢mara de Diputados de la Naci¨®n. Facundo Guardado (El Salvador), ex integrante del Frente Farabundo Mart¨ª para la Liberaci¨®n Nacional y ex candidato a presidente. Daniel Sabsay (Argentina), profesor Titular de Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Liliana de Riz (Argentina), soci¨®loga e investigadora Superior del CONICET. Luis Alberto Romero (Argentina), historiador, Academia Nacional de la Historia. Mar¨ªa Matilde Ollier (Argentina), polit¨®loga, docente e investigadora. Eduardo Viola (Brasil), profesor titular de relaciones internacionales en la Universidad de Brasilia. H¨¦ctor Schamis (Argentina), polit¨®logo, docente, investigador y columnista. An¨ªbal P¨¦rez Li?¨¢n (Argentina), polit¨®logo, docente e investigador. Vicente Palermo (Argentina), soci¨®logo, escritor e investigador del CONICET. Marcos Novaro (Argentina), soci¨®logo, docente e investigador del CONICET. Alejandro Katz (Argentina), ensayista y editor. Roberto Garc¨ªa Morit¨¢n (Argentina), diplom¨¢tico y ex Vice-Canciller. Fernando Petrella (Argentina), diplom¨¢tico y ex Vice-Canciller. Jorge Edwards (Chile), Escritor y diplom¨¢tico. Osvaldo Guariglia (Argentina), fil¨®sofo e investigador del CONICET. Mar¨ªa S¨¢enz Quesada (Argentina), historiadora, escritora y ex Secretaria de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. Lilia Puig (Argentina), Diputada en el Parlasur y ex Diputada Nacional. Juan Octavio Gauna (Argentina), jurista y pol¨ªtico, ex Procurador General de la Naci¨®n y Diputado Nacional. Fernando Pedrosa (Argentina), historiador, docente e investigador. Raquel Gamus (Venezuela), antrop¨®loga, polit¨®loga y periodista. Patricio Navia (Chile), polit¨®logo, docente e investigador. Adolfo Garc¨¦ (Uruguay), Polit¨®logo, docente e investigador. Daniel Muchnik (Argentina), periodista, historiador y escritor. Carlos Gervasoni (Argentina), polit¨®logo, docente e investigador. Armando Chaguaceda (Cuba), polit¨®logo, docente e investigador. Daniel P¨¦rez (Argentina), dise?ador y pintor, public¨® un testimonio sobre la intervenci¨®n militar cubana en Am¨¦rica Latina durante los a?os '60 y '70. Jessica Valentini (Argentina), abogada y ex Defensora del Pueblo en la ciudad de C¨®rdoba. Sabrina Ajmechet (Argentina), soci¨®loga, docente e investigadora. Jorge El¨ªas (Argentina), periodista, escritor e investigador. Alejandro Oropeza (Venezuela), polit¨®logo, docente e investigador. Francisco Quintana (Argentina), abogado y legislador de la Ciudad Aut¨®noma de Buenos Aires. Luis Gregorich (Argentina), periodista y escritor. Manuel Mora y Araujo (Argentina), soci¨®logo y consultor en comunicaci¨®n y opini¨®n p¨²blica. Marta Velarde (Argentina), abogada y ex Diputada Nacional. Carlos Facal (Argentina), abogado y ex presidente de la Fundaci¨®n Poder Ciudadano. Andr¨¦s Ca?iz¨¢lez (Venezuela), periodista, docente e investigador. Eduardo Amadeo (Argentina), Diputado Nacional, diplom¨¢tico, economista y ex Ministro de Desarrollo Social. Gabriel Palumbo (Argentina), soci¨®logo, docente e investigador. C¨¦sar Ricaurte (Ecuador), Periodista y activista por la libertad de prensa y expresi¨®n. Nicol¨¢s Jos¨¦ Isola (Argentina), doctor en Ciencias Sociales y columnista de opini¨®n en varios medios. Romeo P¨¦rez Ant¨®n (Uruguay), polit¨®logo, docente e investigador. Ignacio Labaqui (Argentina), polit¨®logo, docente e investigador. Aleardo Lar¨ªa (Argentina), abogado y periodista, exiliado pol¨ªtico durante la dictadura militar argentina. Antonio Camou (Argentina), Soci¨®logo, docente e investigador. Javier Valdez C¨¢rdenas (M¨¦xico), periodista. Alejandro P¨¢ez Varela (M¨¦xico), periodista. Rolando Rodr¨ªguez (Panam¨¢), Periodista. Mar¨ªa Sirvent (M¨¦xico), activista de Derechos Humanos. Jos¨¦ Rub¨¦n Zamora (Guatemala), periodista. RAFAEL ROJAS (Cuba), historiador, docente e investigador. Leandro Querido (Argentina), polit¨®logo, docente y titular de la ONG Transparencia electoral. Fernando Ruiz (Argentina), polit¨®logo, docente e investigador. Mart¨ªn Landi (Argentina), polit¨®logo y activista en libertad de expresi¨®n. Hugo Mach¨ªn (Uruguay), periodista y ex preso pol¨ªtico durante la dictadura militar en Uruguay. Rogelio Alaniz (Argentina), periodista.
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