Ret¨®rica y realidad en Cuba

A pesar de la ret¨®rica continuista empleada este fin de semana por Ra¨²l Castro en la apertura del Congreso del Partido Comunista, el presidente cubano debe ser consciente de que las cosas no van a seguir igual en la isla. El r¨¦gimen no necesita ¡°actualizaciones¡±, como ha prometido el mandatario, sino modificaciones profundas que garanticen, por un lado, un r¨¦gimen m¨ªnimo de libertades individuales y colectivas y, por otra parte, un marco econ¨®mico realista y viable que permita elevar significativamente el nivel de vida de los cubanos.

En esta perspectiva, la reforma constitucional anunciada puede ser una oportunidad para encauzar una evoluci¨®n aperturista ordenada del r¨¦gimen. Y el refer¨¦ndum prometido, en vez de ser un tr¨¢mite de adhesi¨®n al poder, deber¨ªa suponer el espaldarazo social a un proceso pol¨ªtico nacido desde el interior de la isla y no fruto de injerencias externas. Lo contrario ¡ªes decir, una reforma meramente cosm¨¦tica¡ª representar¨ªa un nuevo encastillamiento del sistema que, 56 a?os despu¨¦s de su llegada al poder, sigue ligado a la presencia f¨ªsica de los hermanos Fidel (89 a?os) y Ra¨²l (85 a?os) Castro.

La normalizaci¨®n de relaciones con Estados Unidos y con numerosos pa¨ªses desarrollados abre una perspectiva nueva de cambio para la vida cotidiana y las perspectivas de futuro de los cubanos. Lleva raz¨®n Castro cuando insiste en la necesidad de que Washington levante definitivamente el embargo. Su permanencia solo es explicable por el embrollo en el que se encuentra la pol¨ªtica interior de EE?UU, con un Congreso hostil al presidente y una precampa?a electoral en la que el mensaje populista est¨¢ teniendo amplia resonancia. Pero el embargo ¡ªque va siendo suavizado en la medida de lo legalmente posible¡ª no puede ser una excusa m¨¢s para justificar el inmovilismo. Cuba se encuentra ante una oportunidad ¨²nica; no debe desaprovecharla.