Por qu¨¦ la leche materna no se puede sustituir por nada
La leche humana contiene m¨¢s de doscientos az¨²cares distintos, cuatro veces el de la leche de vaca, que ayudan a que el ni?o desarrolle su sistema inmune
A simple vista, la leche materna puede parecer un alimento m¨¢s, especialmente nutritivo, quiz¨¢, o mejor adaptado a las necesidades del beb¨¦, pero poco m¨¢s. Sin embargo, la percepci¨®n es err¨®nea. Durante millones de a?os de evoluci¨®n, ese l¨ªquido se ha perfeccionado para convertirse, adem¨¢s de en un alimento fundamental, en una v¨ªa de comunicaci¨®n por el que la madre transmite a su hijo herramientas cr¨ªticas para su supervivencia. Dar el pecho reduce la mortalidad infantil y las infecciones, y se ha relacionado con un menor riesgo de obesidad. Y los beneficios para la salud tambi¨¦n alcanzan a la madre, a quien la lactancia protege frente al c¨¢ncer de mama.
La importancia de la leche materna en el desarrollo humano la convierte en un interesante elemento de estudio, pero su complejidad hace que los cient¨ªficos a¨²n no hayan sido capaces de desentra?ar sus secretos. ¡°La leche materna es tan compleja y tan rica en factores bioactivos (prote¨ªnas que estimulan el sistema inmune, prote¨ªnas antimicrobianas, anticuerpos¡) que no se puede sustituir con ninguna versi¨®n artificial¡±, explica Thierry Hennet, investigador del Instituto de Fisiolog¨ªa de la Universidad de Zurich (Suiza). Hennet, que acaba de publicar una revisi¨®n sobre los esfuerzos para comprender este producto en la revista Trends in Biochemical Sciences, a?ade que la ¡°producci¨®n de una f¨®rmula infantil que incluya todos los constituyentes de la leche materna ser¨ªa tan cara que nadie podr¨ªa permit¨ªrsela¡±.
El periodo fundamental de la lactancia es el primer mes, cuando ayuda a formar el sistema inmune del beb¨¦
La leche que produce la madre va cambiando para adaptarse al desarrollo del beb¨¦. Por un lado, var¨ªa la cantidad. Al principio, cada pecho produce, de media, 450 gramos de leche diarios. Quince meses despu¨¦s, dependiendo de la frecuencia con que se d¨¦ de mamar, la producci¨®n diaria puede alcanzar los 200 gramos. Adem¨¢s, cambia la composici¨®n. Una de las funciones b¨¢sicas de la leche materna es construir el sistema inmune del beb¨¦. Esta tarea ya se hab¨ªa descrito en 1903 y se vincul¨® a la presencia de anticuerpos en la leche. Ahora se sabe tambi¨¦n que la cantidad de anticuerpos maternos es mucho mayor durante el primer mes de vida del beb¨¦. Despu¨¦s, cuando el peque?o ya ha empezado a construir sus propias defensas, el porcentaje de anticuerpos de la madre en la leche cae un 90%.
La complejidad a la que se refiere Hennet se puede asociar a las m¨¢s de 200 diferentes mol¨¦culas de az¨²car que se encuentran en la leche humana, muy por encima de las alrededor de 50 que se pueden encontrar en la leche de vaca. Aunque a¨²n no se conoce con precisi¨®n la labor de estos az¨²cares, se cree que una de sus funciones consiste en alimentar las bacterias que deben colonizar el intestino del beb¨¦, que nace sin estos microorganismos que determinar¨¢n buena parte de su salud futura.
Todos estos beneficios para la salud del ni?o han hecho que la Organizaci¨®n Mundial de la Salud recomiende que el beb¨¦ se alimente del pecho de su madre durante sus primeros seis meses de vida, y despu¨¦s durante al menos un a?o m¨¢s como complemento de la comida s¨®lida. ¡°A partir de ah¨ª, si se quiere y se puede continuar, mejor¡±, apunta Nadia Garc¨ªa Lara, responsable del banco regional de leche materna del Hospital 12 de octubre en Madrid.
Las leches maternas sint¨¦ticas han mejorado, pero no han logrado reproducir la complejidad de la original
¡°Desde el punto de vista cient¨ªfico, la superioridad de la lactancia materna es abrumadora, pero entre los 50 y los 90 hubo una fuerte influencia de la industria l¨¢ctea, que promocion¨® las leches artificiales¡±, cuenta Garc¨ªa Lara. ¡°Otro tema es que, pese a todos los beneficios que conocemos, que se ampl¨ªan cuando se prolonga la lactancia, la lactancia materna es muy dif¨ªcil y requiere mucho apoyo por parte de la sociedad¡±, contin¨²a. ¡°Aunque se est¨¢n mejorando las leches artificiales, y se logre sintetizar muchos de sus componentes, su valor se encuentra en la composici¨®n global, en la interacci¨®n de sus componentes, e incluso en la gen¨¦tica y la flora microbiana de la madre¡±, a?ade.
Pese a reflejar la acumulaci¨®n de pruebas sobre los beneficios de la lactancia, el art¨ªculo de Hennet tambi¨¦n llama la atenci¨®n sobre algunos riesgos. Algunos contaminantes presentes en el ambiente se pueden acumular en el tejido del pecho de las mujeres y transmitirse a los ni?os. ¡°Se han descrito correlaciones positivas entre algunos ftalatos [unos compuestos qu¨ªmicos empleados en pl¨¢sticos y textiles] en la leche materna y niveles alterados de hormonas sexuales en beb¨¦s de tres meses¡±, indica Hennet. En opini¨®n del investigador de la Universidad de Zurich, el trabajo de los cient¨ªficos para controlar este riesgo consiste en identificar los contaminantes para eliminarlos en los procesos industriales y as¨ª del ambiente y de nuestros organismos.
Hennet concluye su trabajo reconociendo que, independientemente de las virtudes biol¨®gicas de la lactancia, no es una labor de los cient¨ªficos decidir hasta cu¨¢ndo debe una madre dar el pecho. Esas decisiones, afirma, "le corresponden a las familias".
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