La condena a muerte de Cristina
El albinismo supone la persecuci¨®n y el riesgo para la vida de miles de africanos
El d¨ªa en que acept¨¦ cuidar de Cristina no sab¨ªa nada sobre el albinismo, salvo que es una alteraci¨®n gen¨¦tica que se traduce en falta total de melanina. En un principio s¨®lo ten¨ªa que recogerla en el aeropuerto y llevarla al hospital Gregorio Mara?¨®n porque otras personas se encargar¨ªan del resto. Pero ocurri¨® que me qued¨¦ con ella ese d¨ªa y nos dieron el alta nueve meses m¨¢s tarde. Cristina ven¨ªa a Espa?a a morir con dignidad: era lo que le hab¨ªa dicho su padre antes de salir de Mozambique. Ten¨ªa 15 a?os. Cuando tiempo m¨¢s tarde le pregunt¨¦ por lo qu¨¦ hab¨ªa sentido en esos momentos me contest¨®: ¡°N?o ¨¦ bem tem que morrer com muito sofrimento [No est¨¢ bien tener que morir con mucho sufrimiento]¡± . Sobre el albinismo, y sobre la discriminaci¨®n y el acoso que sufren en pa¨ªses como Mozambique o Malawi, donde Amnist¨ªa Internacional acaba de denunciar una nueva tragedia m¨¢s con la muerte de una beb¨¦ de dos a?os, me enter¨¦ m¨¢s tarde.
Cristina es ¡ª?s¨ª, es y no era!¡ª, albina y pronto descubr¨ª que ella frente al sol est¨¢ totalmente desprotegida. Lleg¨® a Espa?a con un c¨¢ncer de piel en la cabeza en estado muy avanzado, tras siete a?os de evoluci¨®n sin haber podido recibir terapia y con un grado muy alto de dolor. Contra todo pron¨®stico, despu¨¦s de un terrible sufrimiento por su parte y gracias a meses de denodados esfuerzos de incontables profesionales que lucharon por ella, Cristina se salv¨®. Hoy tiene 23 a?os y dos familias, una en Espa?a y otra en su pa¨ªs. En julio tendr¨¢ un beb¨¦: un ni?o que se llamar¨¢ Afonsinho y que ojal¨¢ no sea albino.
Sin embargo, aunque nazca con albinismo, al menos, Alfonsinho ser¨¢ un ni?o muy querido y cuidado, y no correr¨¢ todos los peligros a los que se exponen tantos albinos al nacer, como infanticidio, abandono o discriminaci¨®n. Aun as¨ª, tampoco podr¨¢ gozar de una vida normal como cualquier otro ni?o negro de su entorno, ya que mucha gente lo considerar¨¢ diferente. Y es que para unos, las personas con albinismo son esp¨ªritus; para otros, seres infrahumanos. Numerosas supersticiones y mitos rodean a este tipo de alteraci¨®n gen¨¦tica: hay gente que considera que traen buena suerte y, por lo tanto, utilizan partes de sus cuerpos en determinados remedios; otros opinan todo lo contrario: que traen mala fortuna y por lo tanto pueden ser condenados a un posible asesinato o persecuci¨®n.
Para unos, las personas con albinismo son esp¨ªritus; para otros, seres infrahumanos
As¨ª lo denuncia Amnist¨ªa Internacional, que el pasado 3 de abril advert¨ªa de la desaparici¨®n en Malawi de una beb¨¦ de dos a?os, Whitney Chilumpha y cuyos restos, finalmente, han aparecido Balantha Hill, en el distrito de Kasungu, pocos d¨ªas m¨¢s tarde. Desgraciadamente, este caso no es algo aislado. Como esta beb¨¦, el peque?o Harry Mokoshini, ni?o albino de nueve a?os del pueblo de Moto, en el distrito de Machinga, fue secuestrado la noche del 26 de febrero por un grupo de hombres sin identificar que irrumpieron violentamente en su hogar. Una semana despu¨¦s fue hallada su cabeza en un barrio vecino.
En Malawi, Amnist¨ªa Internacional tiene constancia de al menos 12 personas con albinismo que han sido asesinadas y otras cinco secuestradas sin que su paradero sea conozca en Malawi desde diciembre de 2014. S¨®lo en 2015, se recibieron informes sobre otros 45 delitos contra personas con albinismo, incluidos intentos de secuestro y allanamientos de tumbas en busca de huesos de cad¨¢veres de personas con albinismo.
Inseguros en sus propias familias
D¨ªas mas tarde de que Amnist¨ªa Internacional denunciara el caso de Harry, detuvieron a los presuntos culpables, entre ellos, un t¨ªo del ni?o. Y es que a menudo son los propios familiares los que participan en la venta y muerte de las personas albinas para entregar partes de su cuerpo en el mercado. Esto se traduce en una inseguridad total, de manera que las personas albinas ven su libertad de movimiento restringida, las familias sacan del colegio a los menores y con frecuencia tienen que emigrar a las ciudades, puesto que las zonas rurales se vuelven mucho m¨¢s peligrosas.
Son muy pocas las sentencias contra responsables de delitos contra personas albinas, y, cuando las hay, suelen ser desproporcionadamente leves porque los mismos responsables del sistema de justicia a menudo consideran a las personas albinas infrahumanas.
Despu¨¦s de todo el tiempo que pas¨¦ con Cristina asistiendo a su sufrimiento, mi v¨ªnculo con ella hoy d¨ªa es el de madre e hija, porque as¨ª lo sentimos y es lo ¨²nico que cuenta. Su madre biol¨®gica y yo nos queremos, respetamos y ayudamos. Cris vive en Mozambique pero nos whatsappeamos a diario. Por fin el a?o pasado, ocho despu¨¦s de su llegada a Espa?a, fue dada de alta en oncolog¨ªa. Permanecen otros problemas de salud, pero celebramos la vida y todo lo dem¨¢s nos parece menos importante. ?Significa eso que podemos estar tranquilas? Desgraciadamente, la respuesta es no. Hasta que los gobiernos de todos los pa¨ªses donde las personas con albinismo sufren persecuci¨®n no hagan especiales esfuerzos por educar a la poblaci¨®n para evitar supersticiones que se traducen en muertes y se ponga fin a la impunidad que sufren sus asesinos, no podremos estar tranquilas.
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