Mam¨¢, t¨ªo, d¨¦jame vivir
Quince a?os acaba de cumplir mi amor y lamento comunicaros que s¨ª, en efecto, los problemas crecen
Lapidadme viva: no le di teta a mi hija. Bueno, s¨ª, un poco. Lo intent¨¦ durante cuatro eternas semanas y media con sus d¨ªas en vilo y sus noches en vela. Hasta que el llanto sin consuelo de madre e hija, las grietas s¨ªsmicas en los pezones de la nodriza y, sobre todo, el aspecto de lagartija deshidratada de la neonata llevaron a la pediatra a prescribirnos valeriana en vena a la grande y biberones de dos litros a la chica. Desde entonces, mi cr¨ªa fue una lechoncilla feliz, y yo empec¨¦ a sentirme una progenitora de la especie humana y no una vaca frisona con poca leche y encima mala. La venganza de la mam¨ªfera despechada, no obstante, ha sido terrible. Se ve que me la ha estado guardando todos estos a?os y, a su debido tiempo, me la est¨¢ devolviendo con intereses y un pavazo salvaje.
Quince a?os acaba de cumplir mi amor, como en el cl¨¢sico del D¨²o Din¨¢mico, y lamento comunicaros, hermanas y hermanos en la fe de la paternidad responsable, que s¨ª, en efecto, los problemas crecen. En alg¨²n momento entre los 12 y los 13 abriles, entre el ¨²ltimo verano de Primaria y el primero de la ESO, mi adorable bebota mut¨® en cardo borriquero y no solo pincha, y corta, e irrita, sino que adem¨¢s brama, rebuzna y ladra que da gusto. Lo m¨¢s bonito que sale por su boca en las contad¨ªsimas ocasiones en las que se digna a contestar a los cari?os, requerimientos, ¨®rdenes o s¨²plicas de la mujer que le dio la vida son lindezas tales como ¡°pesada¡±, ¡°hist¨¦rica¡±, o, el culmen de la evoluci¨®n del lenguaje inclusivo sin discriminaci¨®n por motivos de g¨¦nero gramatical ni del otro: ¡°d¨¦jame vivir, mam¨¢, t¨ªo¡±.
No te coge el m¨®vil ni a tiros. Whatsapp es ese sitio donde ella est¨¢ siempre en l¨ªnea y t¨² jam¨¢s recibes no ya respuesta ¨Cilusa- sino ni siquiera la confirmaci¨®n de que la sangre de tu sangre se ha rebajado a leer los mensajes de su santa madre. Ella est¨¢ comiendo. Ella est¨¢ viendo la tele. Ella est¨¢ mirando Instagram. Ella est¨¢ reunida con sus ¨ªntimas. Ella est¨¢ haciendo momos y mand¨¢ndoselos por Snapchat. Ella est¨¢ a lo suyo, plasta, as¨²melo de una vez por todas. A ver si te entra en el chopazo (frente), que t¨² tienes que estar alerta para ella las 24 horas porque para eso la has parido sin su consentimiento previo, pero que ella est¨¢ para todo quisque menos para su vieja, hist¨¦rica, pesada, mam¨¢, t¨ªo.
En fin, Santo Jobs, dame paciencia. Dicen los psic¨®logos evolutivos y mis compa?eros de curro que ya han pasado por este calvario que lo del pavo severo, el digital y el otro, es una incapacidad paterno-filial transitoria, que luego vuelven y adem¨¢s te ponen por las nubes. Pues una cosa os voy a decir, comadres y compadres. A la mejor, para cuando vuelva la m¨ªa, la del pavazo salvaje soy yo, que digo yo que las madres de regular calibre, buen caf¨¦ y nuestra poquita de mala leche tambi¨¦n tenemos derecho a la vida inteligente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.