Un taburete para repensar el dise?o

Ana Mir y Emili Padr¨®s formaron parte del grupo de dise?adores posol¨ªmpicos que, en la resaca de la ¨¦poca dorada del dise?o espa?ol (entonces con Barcelona como referente), tuvieron que reinventarse profesionalmente. Al terminar estudios de posgrado en la escuela londinense de Central Saint Martins, donde se conocieron, ambos decidieron establecerse en Barcelona y para 1996, cuando fundaron el estudio de dise?o que a¨²na sus nombres -Emiliana-, los cat¨¢logos de las productoras de muebles estaban plagados de sillas y l¨¢mparas y se estaba poniendo en crisis el exceso de dise?o. As¨ª, la generaci¨®n de estos dos proyectistas opt¨® por trabajar m¨¢s con las ideas que con las formas. M¨¢s con los conceptos que con los materiales. Mir firm¨® un gel para lavarse sin agua y Padr¨®s unas zapatillas que se cargaban de electricidad al caminar. Esa energ¨ªa hac¨ªa que el zapato pudiera luego utilizarse como l¨¢mpara.

Safe: Design Takes on Risk o Design and the Elastic Mind fueron algunas de las muestras que expusieron estas ideas y las de sus compa?eros de generaci¨®n -Mart¨ªn Az¨²a firm¨® un prototipo de una casa plegable que se pod¨ªa llevar en un bolsillo- en museos como el MoMA de Nueva York.

As¨ª, con un curr¨ªculo plagado de ideas transformadoras y gan¨¢ndose la vida a salto de mata -como profesores, haciendo equilibrios entre comisariar exposiciones y aparecer en ellas- lleg¨® el momento de ganarse la vida. Muchos de sus proyectos, como la iluminaci¨®n de la azotea de la Pedrera o la de Navidad del Paseo de Gracia barcelon¨¦s, tendieron un puente entre la creatividad de Emiliana y su materializaci¨®n en un proyecto. Por eso, hoy, su primera incursi¨®n como productores -es decir como fabricantes y empresarios-, adem¨¢s de como dise?adores, casi parece ley de vida. Es un signo de madurez que hayan apostado por un objeto aparentemente fuera del tiempo de gran sencillez y sin embargo, compleja fabricaci¨®n semiartesanal.

El taburete Naoshima, esa primera pieza de autoproducci¨®n, acaba de ser reconocido con un Red Dot, el premio que destaca los mejores dise?os del mundo desde 1950. Y es, efectivamente, una pieza con mayor vocaci¨®n de cl¨¢sico que ganas de hacer la revoluci¨®n. Construido a partir de cuatro piezas id¨¦nticas de madera de roble contrachapada, curvada y opcionalmente te?ida, es un objeto visualmente din¨¢mico y ligero. Y, sin embargo, esconde una factura semiartesanal cuidadosa y compleja.

Aunque dise?ado y fabricado en Barcelona, tiene nombre de ciudad japonesa y, en realidad, rinde culto a la est¨¦tica austera perfeccionista de la tradici¨®n nipona. Mir y Padr¨®s lo definen como un objeto resistente y las pruebas de resistencia europeas lo certifican como apto para uso general severo. Los dise?adores describen tambi¨¦n su nueva propuesta como un producto "tranquilo". Tranquilamente, sin aspavientos ni revoluciones, este taburete, en realidad, da cuenta de la resistencia de los propios autores, que de reinventar el mundo han pasado a concentrar su energ¨ªa en una pieza que acompa?a y uno no se cansa de mirar.