Un cachete a tiempo... tiene los efectos opuestos a los que buscas
Un metaestudio con m¨¢s de 160.000 menores durante 50 a?os alerta de que los azotes causan problemas psicol¨®gicos y peor comportamiento
Aunque el castigo f¨ªsico est¨¢ cada vez peor visto, o incluso prohibido en muchos pa¨ªses, sigue siendo un tema que suscita pol¨¦mica entre muchos padres que consideran que su regulaci¨®n supone entrometerse en su forma de educar. Una nueva investigaci¨®n, publicada en el Journal of Family Psychology, apuntala los argumentos de los opuestos a esta pr¨¢ctica al concluir que los azotes tienen el resultado opuesto al que buscan los padres. El metaestudio, que analiza los datos recogidos en un periodo de 50 a?os en 75 investigaciones con una muestra de 160.000 ni?os, concluye que los cachetes est¨¢n asociados a una mayor probabilidad de desarrollar conductas desafiantes hacia los progenitores, de exhibir comportamientos antisociales y de sufrir problemas psicol¨®gicos, entre otros. Para el an¨¢lisis, se desech¨® el abuso f¨ªsico grave. ¡°Los azotes no solo duelen cuando se dan, sino que su efecto es prolongado en el tiempo¡±, aseguran los autores del estudio, de las universidades de Texas (Austin) y de Michigan.
De acuerdo con UNICEF, m¨¢s del 60% de los ni?os del planeta reciben alg¨²n tipo de castigo f¨ªsico. Y la manera m¨¢s com¨²n de hacerlo es d¨¢ndoles un azote en el culo o en las extremidades. Cerca de 50 pa¨ªses en el mundo han prohibido este comportamiento, pero todav¨ªa queda mucho trabajo por hacer. En 2015, Francia fue amonestada por el Consejo de Europa por no prohibir claramente todas las formas de castigo corporal a los ni?os, contrariamente a la mayor¨ªa de sus pa¨ªses vecinos. Espa?a los veta desde el a?o 2007. Uno de los que no los proh¨ªbe es Estados Unidos que se ve esta conducta como algo aceptable, aunque el dato de aceptaci¨®n ha disminuido considerablemente, de un 84% en 1986 a un 70% en 2012. ¡°La idea de pegar a un hijo para corregir una mala conducta siempre ha despertado un mix de teor¨ªas, entre ¨¦ticas, religiosas y humanas¡±, explica Elizabeth Gershoff, autora principal de la publicaci¨®n, de la Universidad de Texas, en un comunicado.
¡°Estudios anteriores hab¨ªan definido abofetear a un ni?o como castigo f¨ªsico, incluyendo acoso y abuso excesivo; en este caso se ha definido exclusivamente como un acto en el que pegamos al ni?o en el culo, brazos o piernas con la mano abierta¡±, agrega. Los investigadores analizaron un total de 75 informes, 39 de ellos nunca hab¨ªan sido evaluados con anterioridad, y la muestra total fue de 160.927 menores. ¡°El 99% de los resultados asociaba los azotes con un resultado perjudicial para el peque?o¡±, contin¨²a la investigaci¨®n. Entre estos perjuicios est¨¢n la baja autoestima; el car¨¢cter introvertido; diversos problemas de salud mental; tendencia a relaciones negativas padre/hijo; deterioro de las habilidades cognitivas, y un mayor riesgo de padecer abuso f¨ªsico por parte de sus progenitores.
¡°Los azotes tienen el resultado opuesto a lo que los padres buscan al d¨¢rselos¡±, explican los expertos. Adem¨¢s, los autores concluyeron que, aunque es necesaria m¨¢s investigaci¨®n al respecto, ¡°los padres y pol¨ªticos deber¨ªan examinar los resultados cuidadosamente, ya que lo que s¨ª sabemos es que los azotes no hacen ning¨²n bien a los peque?os, al contrario son m¨¢s bien perjudiciales, lo que no podemos determinar es cu¨¢nto¡±, a?aden. Los autores creen que ¡°sus conclusiones pueden ayudar a los padres a optar por otros m¨¦todos de disciplina y a conocer todos los riesgos de azotar con la mano abierta a sus hijos¡±.
En el mismo sentido, la Asociaci¨®n Americana de Pediatr¨ªa, aparte de alertar de los riesgos anteriormente citados, da varios consejos para ¡°aplicar la disciplina de una forma correcta¡±, seg¨²n indica en su p¨¢gina web:
1. P¨®ngase en el lugar de su hijo. Usted deber¨ªa ser consciente de sus l¨ªmites. Tal vez lo que usted entiende como mala conducta, puede ser, simplemente, que el peque?o no entienda la diferencia entre bien o mal o no pueda hacer lo que usted le demanda.
2. Piense antes de actuar. Si necesita respirar cinco segundos, h¨¢galo. Luego act¨²e y cuando siente una regla sea consecuente y c¨²mplala hasta el final.
3. No ceda. Si su peque?o llora en el supermercado porque quiere caramelos, no se los d¨¦ para parar el llanto, aunque sea fuerte. Si no, la proxima vez su hijo actuar¨¢ de la misma manera. Que no nos pueda el cansancio.
4. Cree rituales que los peque?os entiendan. A los ni?os les facilita mucho saber lo que va a ocurrir despu¨¦s. Si saben que hay una hora de tele, no se deber¨ªa superar ese tiempo nunca. "Romper la rutina hace que muchas veces los ni?os se aprovechen y nos pongan a prueba", aseguran los expertos.
5. Preste atenci¨®n a los sentimientos de su hijo. Intente buscar patrones que se repitan y as¨ª ser¨¢ capaz de reconocer lo que le dice su hijo y actuar en consecuencia.
6. Aprenda de sus errores. ¡°Si no consigue controlar bien una situaci¨®n, no se preocupe por ello¡±, aseguran desde el organismo. ¡°Intente pensar como lo habr¨ªa hecho de otra manera y trate de hacerlo mejor la pr¨®xima vez¡±.
7. Pida perd¨®n. Si siente que se ha equivocado, disc¨²lpese. Hacerlo mejorar¨¢ la relaci¨®n con su peque?o y crea un modelo de actuaci¨®n.
Por ¨²ltimo, no se olvide de premiar los ¨¦xitos de su hijo. Es tan importante o m¨¢s que reprender sus malos comportamientos.
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