Trump
Este salvador del mundo va camino de presidir EE UU
Me sorprende la tranquilidad con la que el mundo asiste a la posibilidad ¡ªcada vez menos irreal¡ª de que un individuo como Donald Trump pueda llegar a presidir la primera potencia mundial. Si nos asusta que el ISIS pueda controlar un pa¨ªs como Siria o Irak o que los talibanes paquistan¨ªes se hagan con el arsenal at¨®mico que el pa¨ªs posee (el ¨²nico de los musulmanes), m¨¢s nos deber¨ªa asustar la irresistible carrera hacia la presidencia de Estados Unidos de un hombre que dice cosas como que los inmigrantes de M¨¦xico son todos unos corruptos, delincuentes y violadores o que la pol¨ªtica exterior de un pa¨ªs son sus intereses, no sus ideales.
Donald Trump empez¨® como un personaje de reality show al que nadie tomaba en serio, un millonario neoyorquino aburrido como tantos de contar su dinero y sus propiedades y que buscaba en la pol¨ªtica las emociones que su inmensa riqueza ya no le proporciona, pero poco a poco ha ido creciendo a base de m¨ªtines populistas y de insultos a sus competidores dentro de su partido, el Republicano, cuya candidatura para las elecciones presidenciales de Estados Unidos est¨¢ a punto de ganar. Nada nuevo ni sorprendente en un pa¨ªs acostumbrado a la aparici¨®n de personajes atrabiliarios y hasta esperp¨¦nticos como el actor Arnold Schwarzeneger o la fundamentalista y antiabortista Sarah Palin, con una peque?a diferencia: que Trump puede llegar al poder dadas las circunstancias pol¨ªticas que est¨¢ viviendo su pa¨ªs: los efectos de una crisis econ¨®mica que a¨²n perdura y que ha afectado por vez primera a las clases medias, el terrorismo isl¨¢mico yihadista, que no remite y que obsesiona a la poblaci¨®n, y el hartazgo de los estadounidenses por las diferentes guerras que sus soldados est¨¢n librando directa o indirectamente en todo el planeta. Esas mismas circunstancias fueron las que propiciaron la llegada al poder en otros pa¨ªses de personajes de cuyos nombres mejor no es acordarse ahora.
Este salvador del mundo, que ¨¦l circunscribe a su pa¨ªs, esos Estados Unidos que por las ganas rodear¨ªa de una alambrada como ha dicho que har¨¢ con M¨¦xico para acabar con la inmigraci¨®n, que posee casinos y hoteles en medio planeta, que considera que sus mujeres (se ha divorciado de dos) no pueden seguir su ritmo porque ¨¦l ama mucho lo que hace, que considera que China tiene la culpa de la recesi¨®n de Am¨¦rica y promete emplear mano dura con ella y que es autor de un libro de pensamiento titulado Piensa grande y patea traseros en los negocios y en la vida, lleva camino de alcanzar la presidencia de una naci¨®n que es la principal del mundo, lo que tendr¨ªa que darnos miedo. Todo eso y su peinado.
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