Desfachatez

Estamos hartos de o¨ªr a gente que se proclama progresista pero que jam¨¢s se ha comprometido a nada m¨¢s audaz que la curda de fin de a?o. O que al mostrar sus simpat¨ªas cree que quien mejor representa el progreso es el gravoso estegosauro y no el peque?o pero tenaz roedor. Supongo que cada cual tiene su prueba del algod¨®n, que no enga?a, para distinguir los aut¨¦nticos quilates de la bisuter¨ªa. La m¨ªa es la actitud ante el largo calvario del terrorismo vasco y sus secuelas. Quienes teniendo la ocasi¨®n hist¨®rica de enfrentarse a un totalitarismo criminal prefirieron verlas venir, suspirar encogi¨¦ndose de hombros que ¡°entre unos y otros¡­¡± o decir que esas cosas se arreglan con voluntad de di¨¢logo, tienen de progresistas lo que yo de arzobispo. Por no hablar de los que sostuvieron que la culpa era de los espa?olistas partidarios del bulo de la transici¨®n democr¨¢tica o los que simpatizaban con los abertzalesporque al menos eran ¡°de izquierdas¡±. Y tambi¨¦n los que desaprobaban cualquier tipo de violencia, como si no hubiera m¨¢s que una y a ti te encontr¨¦ en la calle¡­

Con buena voluntad (o sea, tom¨¢ndole por tonto) podr¨ªa aceptar que Pablo Iglesias creyese que Otegi es hoy un hombre de paz si antes le hubi¨¦semos visto en las manifestaciones antiterroristas, en lugar de colegueando en las herriko tabernas. Pero no fue as¨ª: tan pol¨ªticos como eran ¨¦l y los suyos desde peque?itos, por tradici¨®n familiar, nunca encontraron momento para comprometerse en la denuncia activa de ETA. No estuvieron entonces contra el terrorismo, sino ahora a favor de dejar de utilizarlo porque ya no hace falta. A la vista est¨¢, colgado en la memoria de las redes. Y millones de ciudadanos les votan y se consideran progresistas¡­