'D¨¦j¨¤ vu' venezolano en la OEA
La canciller argentina erosiona la coherencia de la pol¨ªtica exterior de Macri
Ten¨ªa un aire a repetici¨®n. La prepotencia y la falta de respeto del Gobierno venezolano eran como anta?o. Tambi¨¦n el abuso del tiempo, la maniquea clase de historia, las conspiraciones imaginarias y el insulto presto, ahora al secretario general de la OEA. Todo ello en reuni¨®n del Consejo Permanente. Ya no estaba Chaderton en la mesa, pero la puesta en escena y el script eran como entonces.
Pero entonces el barril de crudo estaba por encima de 100 d¨®lares y la OEA era un ministerio de Hugo Ch¨¢vez. Hoy el petr¨®leo est¨¢ en 40 y en la OEA est¨¢ Luis Almagro, dedicado a revitalizar el hist¨®rico compromiso de la organizaci¨®n con los derechos humanos. Estos mismos principios lo llevaron a reunirse con un grupo de legisladores venezolanos que no pueden legislar, precisamente, impedidos por el Tribunal Supremo de Justicia, ap¨¦ndice del Ejecutivo que invalida toda ley que no sea del gusto del partido de gobierno.
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Ante la falta de separaci¨®n de poderes, entre tantas otras violaciones de derecho, los diputados le solicitaron la aplicaci¨®n del art¨ªculo 20 de la Carta Democr¨¢tica. Almagro les pidi¨® m¨¢s documentaci¨®n y dijo que analizar¨ªa el tema. Ello fue suficiente para que el gobierno de Venezuela requiriera una inmediata reuni¨®n del Consejo Permanente, enviando a su canciller Delcy Rodr¨ªguez en el papel de bully. Llam¨® la atenci¨®n la urgencia de la solicitud, realizada el d¨ªa 3 de mayo, especialmente por no haber dado tiempo a los cancilleres de la regi¨®n a viajar. Solo la argentina Susana Malcorra lo hizo, quien evidentemente contaba con un par de d¨ªas disponibles en su agenda que le posibilitaron emprender el viaje a pesar de la premura.
En la presentaci¨®n de Malcorra tambi¨¦n hubo un cierto d¨¦j¨¤ vu, pero en este caso evocando a Insulza. Al igual que el anterior Secretario General, la canciller argentina se opuso a invocar la Carta Democr¨¢tica, por ser ¡°apresurado¡±, y postul¨® una mediaci¨®n, sin dejar en claro entre quienes. Si es entre la OEA y el gobierno de Venezuela, no ser¨ªa pertinente, pues la OEA es justamente un organismo de mediaci¨®n, el m¨¢s importante del hemisferio. Y si es entre el gobierno y la oposici¨®n, mediar es exactamente la funci¨®n de la Carta Democr¨¢tica, instrumento que al mismo tiempo le exige a los Estados miembros respetar los compromisos internacionales.
La canciller present¨® un argumento circular, una l¨®gica ya fracasada en 2014. Sus palabras suger¨ªan que el problema venezolano es la falta de di¨¢logo entre las partes. Es muy cierto, pero no debe soslayarse que la falta de dialogo es responsabilidad principal del oficialismo, que viola hasta la institucionalidad dise?ada a voluntad en 1999, su propia Constituci¨®n. Pensar en t¨¦rminos sim¨¦tricos entre una oposici¨®n que intenta legislar y un gobierno que controla el aparato jur¨ªdico y coercitivo¡ªy que los usa para bloquear esa legislaci¨®n¡ª es una falacia. Tal cual razonaba Insulza.
En diplomacia lo que se obvia decir tiene tanto significado como aquello que s¨ª se dice
En diplomacia lo que se obvia decir tiene tanto significado como aquello que s¨ª se dice. No puede ser casual que los t¨¦rminos ¡°democracia¡±, ¡°derechos humanos¡± y ¡°presos pol¨ªticos¡± no fueran pronunciados por la canciller argentina, ni una vez. N¨®tese el contraste con la Cumbre de Asunci¨®n de diciembre pasado, cuando en similar escena el presidente Macri le pidi¨® a la misma canciller Rodr¨ªguez la liberaci¨®n de los presos pol¨ªticos, rechazando ¡°la persecuci¨®n pol¨ªtica y la privaci¨®n de la libertad por pensar distinto¡±.
Por ello, la desaz¨®n era generalizada en el sal¨®n Sim¨®n Bol¨ªvar. El alineamiento de la canciller Malcorra con el gobierno de Venezuela qued¨® grabado en los o¨ªdos y en la retina de los all¨ª presentes. Si ello forma parte de la ¡°estrategia electoral¡± de Malcorra en pos de la Secretar¨ªa General de Naciones Unidas, el problema es que erosiona la coherencia de la pol¨ªtica exterior de Mauricio Macri. Por ende, hipoteca su liderazgo regional, forjado alrededor de los derechos humanos en Venezuela y en todo el hemisferio. La sorpresa y decepci¨®n de muchos de los asistentes a la reuni¨®n de la OEA es el espejo de esa realidad.
Si lo dicho¡ªy, sobre todo, lo no dicho¡ªpor Malcorra representa un giro en U en la pol¨ªtica exterior de Macri, el propio presidente deber¨¢ explicarlo a la comunidad internacional. Se trata de su propia credibilidad.
@hectorschamis
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