La revoluci¨®n digital est¨¢ aqu¨ª

En una sociedad que vive permanentemente conectada, Internet se ha convertido en un instrumento imprescindible para el desarrollo econ¨®mico y social. Empresas y organizaciones tienen ante s¨ª el reto de no perder el tren de la revoluci¨®n digital y poner las bases para adaptarse a una transformaci¨®n que afecta a todos los ¨¢mbitos: desde la ciencia y la industria a la educaci¨®n, pasando por la sanidad y la pol¨ªtica, como han puesto de manifiesto las decenas de ponentes que estuvieron esta semana en RETINA, el foro tecnol¨®gico organizado por EL PA?S.

Este nuevo ecosistema digital genera cambios de extraordinaria magnitud que inciden ya o van a incidir directamente en la vida de las personas. Si los pron¨®sticos de los expertos no fallan, en un futuro no muy lejano los coches se conducir¨¢n solos, las impresoras 3D fabricar¨¢n todo tipo de pr¨®tesis humanas y los robots asumir¨¢n los trabajos pesados. Se puede entender que la sociedad digital destruya ciertos empleos, pero tambi¨¦n es cierto que crea otros nuevos y, al tiempo, obliga a muchos sectores productivos a reinventarse y adaptarse a las demandas de los consumidores online.

Existe el consenso generalizado de que en la sociedad 4.0 los datos ser¨¢n tan importantes como lo es hoy el petr¨®leo. En el entorno del big data, saber capturar, almacenar, interpretar y gestionar el rastro que los usuarios van dejando, cuando acceden a Google y suben una foto a Facebook, dar¨¢ una formidable ventaja competitiva. Los datos ser¨¢n la materia prima sobre la cual pivotar¨¢ una parte importante de la econom¨ªa.

Para que la sociedad de la informaci¨®n y del conocimiento funcione son necesarias una educaci¨®n y una cultura acordes a las pr¨¢cticas digitales. Solo as¨ª se conseguir¨¢ superar la brecha tecnol¨®gica que todav¨ªa divide a quienes han abrazado con firmeza la innovaci¨®n y la creatividad y quienes viven todav¨ªa en modo anal¨®gico.