Aduriz: ¡°En gastronom¨ªa lo ex¨®tico est¨¢ en la distancia¡±
Los sabores, aromas y texturas m¨¢s recurrentes en los platos de la ni?ez cristalizan en cada uno de nosotros, configurando un recurso acogedor y placentero, cargado de seguridad, sobre el que hacemos pivotar todo nuevo alimento que vamos descubriendo a lo largo de la vida y que evaluamos por comparaci¨®n. No es raro toparse con personas que entienden que la tradici¨®n, la cocina propia, es sin¨®nimo de principio o norma incontestable y, por tanto, un ¨¢mbito con rango de ley; eso s¨ª, con unas fronteras tan amplias o ce?idas como el n¨²mero de recetas que se tengan en la memoria. Tambi¨¦n es com¨²n suponer que las motivaciones que han dibujado nuestra cotidianidad son extrapolables a otra realidad, a la que puntualmente damos un voto de confianza aventur¨¢ndonos a probarla. De este modo, estamos dispuestos a degustar las especialidades de nuestra comunidad vecina, pero seg¨²n nos vamos alejando de la gastronom¨ªa m¨¢s cercana, la cautela se acrecienta hasta llegar al recelo y la aprensi¨®n. Por ejemplo, no es lo mismo para un manchego o un catal¨¢n comerse unos longueirones o unas escupi?as en Galicia que un plato de Leberkn?del?de Baviera ¨Cbolas de pasta confeccionadas con h¨ªgado¨C o un kitfo?et¨ªope, preparado con carne cruda de ternera picada, marinada con especias y mantequilla clarificada. A m¨¢s kil¨®metros, m¨¢s escr¨²pulos, a pesar de que el exotismo no tiene que ver con la distancia, sino con el conocimiento.
No es la primera vez que, detallando los platos probados en Marruecos, Egipto, T¨²nez, Israel o Dub¨¢i, la persona que nos escucha esboza un gesto aprensivo. Sin embargo, en nuestro entorno juzgamos como propias y cercanas las alb¨®ndigas, los escabeches, el pescado enharinado y frito. Tambi¨¦n los platos con frutos secos ¨Cdesde las picadas que finalizan muchos guisos hasta las espinacas a la catalana¨C y los alm¨ªbares, el dulce de membrillo, la tarta de Santiago, el arroz con leche, los panellets?de pi?ones, los dulces de almendra como los mazapanes, o los sorbetes, todos ellos platos t¨ªpicos de la cocina espa?ola de ascendencia ¨¢rabe o jud¨ªa. Es decir, que fueron incorporados a nuestra gastronom¨ªa en un momento determinado de la historia.
Eso por no hablar de las elaboraciones derivadas de la adafina, la olla que los jud¨ªos cocinaban a fuego lento en la noche del viernes para tenerla lista el s¨¢bado (sabbat),?y de donde provienen el cocido madrile?o u otras recetas que incluyen garbanzos entre sus componentes. Por cierto, ?en su casa se sigue comiendo este puchero los s¨¢bados?
Por otro lado, la costumbre de rehogar la pasta antes de agregarle caldo, a diferencia de la tradici¨®n italiana de hervirla directamente en agua, tambi¨¦n es influencia ¨¢rabe. La fideu¨¢, del ¨¢rabe fidawsh,?recuerda el legado de los jud¨ªos y ¨¢rabes que durante siglos vivieron en Espa?a, como se?ala la escritora sefard¨ª Claudia Roden en su libro The Food of Spain?o los autores Rosa Tovar y Monique Fuller en su obra Tres mil a?os de cocina espa?ola. Es muy posible que nos parezca ins¨®lito que uno de los platos m¨¢s consumidos por los franceses sea el cusc¨²s, pero asumamos que lo que a nosotros nos puede parecer extra?o, chocante y extravagante, ex¨®tico en definitiva, no lo es tanto por una cuesti¨®n de distancia medida en kil¨®metros como por el trayecto que discurre entre el saber y el no saber.
Salmonete con crema de patata
Ingredientes
Para 4 personas
- 2 salmonetes.
Para la mantequilla
- 60 gramos de mantequilla
- Cabeza y raspa de salmonete
Para la crema de patata
- 200 gramos de patatas ratte
- 10 gramos de sal
- 40 gramos de mantequilla de salmonete
- 50 gramos de leche entera
- H¨ªgados de salmonete
- Piment¨®n dulce
Instrucciones
1. Los salmonetes
Desescamarlos y eviscerarlos cuidadosamente reservando los hígados. Retirar los lomos y quitar las espinas con unas pinzas. Reservar también la cabeza con la raspa y la cola.
2. ?La mantequilla de salmonete
Fundirla en una sartén junto con las raspas y la cabeza y tostarlas. Después, confitar durante 20 minutos. Pasar la mantequilla por un colador fino. Reservar en nevera.
3. La crema de patata
Cocer las patatas a fuego lento, sin quitar la piel, en agua con sal (un gramo por litro) hasta que estén tiernas (unos 20 minutos aproximadamente). Colarlas, dejarlas templar y pelarlas. Pasar las patatas calientes por el pasapurés.
Servir la crema en un cazo y secarlo a fuego suave durante unos minutos sin dejar de remover. Agregarle la mantequilla de salmonete fría cortada en dados. Incorporarla poco a poco con ayuda de unas varillas y, sin parar de mover, echar la leche con una pizca de sal, a punto de ebullición en hilo fino.
Incorporar los hígados salteados al puré. También el pimentón. Reservar con papel de cocina transparente en contacto con el puré para evitar la formación de pieles almidonosas.
Marcar los lomos con una pizca de sal en una sartén bien caliente por la parte de la piel procurando no romperla. Calentar la crema de patata. Servirla caliente en el plato. Terminar con el lomo de salmonete y espolvorear pimentón sobre el puré.
Calor¨ªas: El salmonete contiene 117 kilocalor¨ªas por 100 gramos. Est¨¢ libre de hidratos de carbono.
Grasas: Es un pescado que aporta ¨¢cidos grasos poliinsaturados omega 3 y prote¨ªnas.
Minerales: Las cantidades de f¨®sforo, potasio y magnesio son importantes. Tambi¨¦n es rico en yodo.
Vitaminas: Destacan las del grupo B, como la B1, B2 y B3, y tambi¨¦n su contenido en vitamina D.
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