Escuela
?Qu¨¦ es lo que hay que aprender? Pues aprender a aprender, a ser cr¨ªticos con lo que pretenden ense?arnos
Siempre o¨ª repetir que la ense?anza debe ser ¡°cr¨ªtica¡±. Nada de memoria, nada de llenar la cabeza de datos (?se encuentran en Internet!), nada de que el maestro hable desde la tarima y los dem¨¢s callen tomando apuntes, nada de asignaturas sin relaci¨®n con la vida cotidiana (?como las matem¨¢ticas, la historia o la gram¨¢tica?) y nada de dar por hecho que uno sabe y los dem¨¢s no. ?Cr¨ªtica ante todo! ?El aprendizaje debe ser cr¨ªtico, si me apuran m¨¢s cr¨ªtico que aprendizaje! ?Qu¨¦ es lo que hay que aprender? Pues aprender a aprender, a ser cr¨ªticos con lo que pretenden ense?arnos. Cuando el maestro anticuado profiere como irrefutable cualquier t¨®pico viejuno, v. gr. ¡°Par¨ªs es la capital de Francia¡±, el alumno debe propinarle un certero ¡°?Eso lo dir¨¢s t¨²!¡±. Seguro que le desconcierta¡
Abrac¨¦ d¨®cilmente esta rebeld¨ªa, hasta darme cuenta de que los cr¨ªticos m¨¢s contundentes son quienes mejor han aprendido aquello de lo que se habla: por pl¨¢cido que sea su talante, los que saben aritm¨¦tica no aguantan a los que dicen que dos y dos son cinco. Y tienen sus razones. Son precisamente esas razones las que deben ense?arse en la escuela, porque con ellas vendr¨¢ por a?adidura el esp¨ªritu cr¨ªtico, que no es simple af¨¢n de contradicci¨®n. Dos libros recientes, La conjura de los ignorantes (ed. Pasos Perdidos), de Ricardo Moreno Castillo, y Contra la nueva educaci¨®n (ed. Plataforma Actual), de Alberto Royo, defienden esta asombrosa doctrina, la de siempre, y con ella el esfuerzo estudioso, el orden en el aula y el magisterio de los profesores, que no deben ser meros colegas l¨²dicos ni animadores emocionales de la comuna escolar. Y lo hacen de modo muy divertido: quien ma?ana ocupe la cartera de Educaci¨®n har¨¢ bien en leerles.
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