Los esp¨ªritus de las siete puertas de Tetu¨¢n
La importancia de los m¨¢rgenes. Lo m¨¢s jugoso y profundo del mundo se cuenta en los m¨¢rgenes, dec¨ªa el brillante Sebald. Y del Magreb, los bordes: m¨¢rgenes de m¨¢rgenes. Tetu¨¢n es una de esas ciudades fuera de todos los circuitos, que una vez fue capital del Protectorado Espa?ol, que impregn¨® su ¨¢rabe -ya mestizo bereber- con palabras del espa?ol. Mediterr¨¢nea, muy cerca de la bohemia T¨¢nger, o el patio trasero de T¨¢nger, y vecina de Ceuta, all¨ª est¨¢ la ya emblem¨¢tica Escuela de Bellas Artes, de donde sali¨® un personaje enigm¨¢tico y talentoso al que llaman 'el Marcel Duchamp marroqu¨ª', porque llev¨® a varias generaciones a salirse de la tela e interactuar con el espacio. ?l es Faouzi Laatiris (naci¨® en 1958) y trabaja siempre en Martil, la peque?a villa tur¨ªstica mediterr¨¢nea pegada a Tetu¨¢n.
En 1993 cre¨® el atelier 'Volumen e instalaci¨®n' y ahora le han dado 'carta blanca' desde el Museo Mohammed V de Arte Moderno y Contempor¨¢neo de Rabat. Con el 'cheque en blanco', ¨¦l ha decidido compartir espacio y repartir espacio entre sus alumnos destacados de tres generaciones. Vol¨²menes fugitivos se llama la muestra colectiva que concibieron para 'invadir' el museo con sus obras, y que estar¨¢ habilitada al p¨²blico durante todo el 2016, hasta el 30 de diciembre.
Telas como parte del todo, tantos paisajes ahora aglutinados, a partir de trozos encontrados en Mauritania, seg¨²n Mohamed Arejdal.
Laatiris concibi¨® el espacio como alegor¨ªa de la medina de Tetu¨¢n, con siete puertas de entrada, que dan paso a los trabajos de Mohamed Arejdal, Mustapha Akrim, Khalid El-Bastrioui, Safaa Erruas, Mohssin Harraki, Faouzi Laatiris, Etayeb Nadif, Mohammed Larbi Rahhali, Younes Rahmoun y Batoul S'himi. A ellos y a sus representaciones del ciudadano, de su cuerpo y sus funciones.
Dec¨ªamos "enigm¨¢tico", porque pese a ser el protagonista (o quiz¨¢ justamente por ello) de la invasi¨®n a la capital del Reino, Laatiris dej¨® la silla vac¨ªa durante la conferencia de presentaci¨®n de Vol¨²menes... Dej¨® las explicaciones por cuenta del historiador franco-iran¨ª Morad Montazami, comisario de esta muestra y comisario de la Tate Modern Gallery de Londres para Medio Oriente y el Magreb: "La de Tetu¨¢n es la primera Escuela de Artes pl¨¢sticas en la Historia de Marruecos y tiene esa conexi¨®n tan particular con Espa?a y el Mediterr¨¢neo. Ejerce una influencia muy fuerte a trav¨¦s de varias generaciones de profesores. Pero, a pesar de esta riqueza, la historia de esta escuela y el anclaje tetuan¨¦s han seguido a la sombra en el panorama nacional, y especialmente a la sombra de T¨¢nger, que ofrece el relato de toda la mitolog¨ªa de las vanguardias literarias, los beatniks, etc¨¦tera. A nivel nacional, despu¨¦s de Casablanca, Rabat y Marrakech, Tetu¨¢n contin¨²a siendo un lugar a la vez dentro y fuera del Magreb. Eso me ha interesado much¨ªsimo. Ese deseo que ten¨ªa, al descubrir la Escuela, fue el de encontrar un lugar en el discurso nacional y reequilibrar el v¨ªnculo entre la historia oficial, central y la historia marginal, fronteriza. En ese contexto, encontr¨¦ a Faaouzi, un personaje asombroso" .
'El mundo bajo presi¨®n', y el juego de sombras de ese mundo estresado, seg¨²n Batoul S'Himi.
Cuenta Montazami que Laatiris estuvo hasta ¨²ltima hora de la noche anterior a la conferencia resolviendo detalles de su instalaci¨®n de la s¨¦ptima puerta -un espacio que se parece a una capilla barroca con iconograf¨ªa isl¨¢mica, y poblado de ¨¢ngeles y figuras esot¨¦ricas de la tradici¨®n musulmana como son los djins. Los djins son personajes simb¨®licos religiosos presentes en el Cor¨¢n, una suerte de esp¨ªritus que acompa?an a la gente en su vida cotidiana y en sus ritos, pero sobre los que se evita hablar muy abiertamente. De nuevo, lejos de lo can¨®nico, Laatiris convoca lo sagrado y lo profano. "A trav¨¦s del trabajo de Faouzi, y el uso que les da a los personajes, he sentido que hay algo incorrecto en la presencia de los djins. Est¨¢n ligados a la superstici¨®n y tienen un matiz metaf¨ªsico", comenta el comisario.
El mar y la astronom¨ªa s¨ª est¨¢n muy presentes, y se 'dicen' a viva voz en el espacio, al cabo de la primera puerta: New Horizon es el trabajo de Mohamed Larbi Rahhali, quien explica que, un d¨ªa, la Tierra se parar¨¢ y comenzar¨¢ a girar en sentido contrario, y al tiempo que hace humor deja clara la advertencia clim¨¢tica y est¨¦tica (sus atrapasue?os y sus sonajeros van a avisarnos del acontecimiento). Tambi¨¦n est¨¢n los olores de Marruecos en una instalaci¨®n ef¨ªmera hecha de henna, az¨²car y pimientos; mientras las vestimentas y las herramientas del 'Museo de los obreros' de Mustapha Akrim dan cuenta del cuerpo social y sus funciones, tanto como las pilas de bancos de lustrabotas que evocan el paisaje habitual de la ma?ana en cualquier ciudad marroqu¨ª, a cargo de El-Bastrioui.
Los 'djins' de la s¨¦ptima puerta de Faouizi Laatiris.
Ruinas que se leen, una alfombra a medias terminada y el homenaje al olivo y al t¨¦, a trav¨¦s de materiales pobres (algo as¨ª como el arte povera al sur del Mediterr¨¢neo), lo org¨¢nico y lo din¨¢mico que convocan los laberintos de la medina. Y la celebraci¨®n de Tetu¨¢n, su anclaje en ?frica. Culmina Montazami: "Es dif¨ªcil, Tetu¨¢n es muy particular. Hay un esp¨ªritu tetuan¨¦s que la gente cultiva, hecho de diferentes culturas. Hubo una gran comunidad jud¨ªa, est¨¢ Espa?a. Es una ciudad muy hist¨®rica. La historia est¨¢ presente. Y hay maneras de hacer, de decir, su relaci¨®n con Espa?a, el colegio espa?ol, el idioma. Al mismo tiempo, parece un poco encerrada en s¨ª misma. Tetu¨¢n evoca el silencio: el silencio es bello, noble, es puro. Pero en ese silencio yo siento el repliegue sobre s¨ª misma". Y el blanco, tambi¨¦n est¨¢ el blanco que encandila, y el lienzo que hay que traspasar. El volumen.
Instalaci¨®n de Mohssin Harraki.
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