Hepatitis C: los pa¨ªses ricos se atragantan con su propia medicina
La docilidad frente a las farmac¨¦uticas se mezcla con la falta de imaginaci¨®n de los Gobiernos para dar con un f¨¢rmaco m¨¢s econ¨®mico que el actual
Entre 130 y 150 millones de personas viven hoy con hepatitis C (VHC), una infecci¨®n hep¨¢tica que en su versi¨®n cr¨®nica puede desembocar en una cirrosis y en la muerte. Aunque siete de cada diez enfermos se encuentran en pa¨ªses en desarrollo, la enfermedad golpea con dureza a econom¨ªas ricas del planeta como Espa?a, donde los enfermos de hepatitis C se cuentan por cientos de miles. Se estima que la mortalidad global derivada del VHC est¨¢ por encima de las 500.000 personas al a?o, la mayor parte de las cu¨¢les muere sin haber recibido ning¨²n tipo de tratamiento eficaz.
Esto podr¨ªa cambiar a partir de ahora, con la revolucionaria introducci¨®n de nuevos antivirales de acci¨®n directa, como el Sofosbuvir. La eficacia curativa de estos tratamientos se mueve en un rango de entre el 70% y el 90% para los genotipos m¨¢s prevalentes, que adem¨¢s aportan ventajas indudables en la reducci¨®n de efectos secundarios y en la comodidad y duraci¨®n de la administraci¨®n. La nueva generaci¨®n de f¨¢rmacos constituye una esperanza tangible de supervivencia y calidad de vida para los pacientes que puedan acceder a ellos, solo comparable a lo que supuso el descubrimiento de los antiretrovirales contra el VIH/SIDA en los a?os noventa.
Lamentablemente, se trata de una minor¨ªa.
Aunque el diagn¨®stico de la enfermedad, el coste de la infraestructura de tratamiento y la falta de profesionales capacitados constituyen un problema en muchos pa¨ªses, la barrera principal al tratamiento esta? en el elevado coste de los medicamentos, cuyos precios se establecen de forma diferenciada de acuerdo a las negociaciones que cada Gobierno realiza con la compa?¨ªa poseedora del producto patentado, en este caso la farmac¨¦utica Gilead. El precio de salida establecido por esta empresa en los Estados Unidos fue de 84.000 d¨®lares por tratamiento (unos 1.000 d¨®lares por p¨ªldora). Un representante del principal gestor p¨²blico de medicamentos en EEUU declaro? que solo el coste de cubrir a esos precios a los beneficiarios de Medicaid y a los internos de prisiones alcanzar¨ªa los 55.000 millones de d¨®lares, ¡°un impuesto sobre el conjunto de los americanos¡±.
Aunque la opacidad constituye una marca de agua de este sector, se estima que Espan?a negoci¨® un coste de 25.000 euros por paciente y tratamiento, lo que llev¨® en un principio a las autoridades sanitarias a establecer criterios restrictivos para su administraci¨®n. Francia, Reino Unido y Alemania pagan cantidades por paciente hasta dos veces ma?s altas y cubren a la totalidad de los afectados, aunque la prevalencia del VHC es mucho ma?s baja que en otros pa¨ªses mediterr¨¢neos o en los de Europa del Este. El hecho de que los miembros de la UE se mostrasen incapaces de negociar de manera coordinada precios m¨¢s ventajosos explica en parte estos costes exorbitantes.
Mapa mundial con los diferentes precios del tratamiento de la hepatitis C / IS Global
Las dificultades de los pacientes y los sistemas sanitarios para sufragar el coste de los medicamentos contrastan con los beneficios sin precedentes que la empresa Gilead ha obtenido de una innovaci¨®n desarrollada originalmente a partir de mol¨¦culas creadas en laboratorios p¨²blicos. Es una l¨®gica directamente ligada al monopolio que garantiza la regulaci¨®n sobre la propiedad intelectual. Mientras las ventas globales de Sofosbuvir habr¨ªan superado los 10.000 millones de d¨®lares solo en 2014 (2.000 m¨¢s de lo que pago? originalmente por ¨¦l), un estudio de la Universidad de Liverpool demostr¨®? que el medicamento podr¨ªa ser producido por tan solo 101 d¨®lares para un curso de tratamiento de tres meses. El rango estimado del coste de producci¨®n esta? entre 68 y 136 d¨®lares por un tratamiento de 12 semanas.
Sobre la base de estos n¨²meros, no hace falta ser un activista radical para darse cuenta de que la pol¨ªtica de precios de Gilead no se limita a recuperar la inversi¨®n con beneficios razonables, sino que busca exprimir las oportunidades de negocio que le ofrece su ventajosa posici¨®n de mercado, aunque esto se produzca a costa de los pacientes. La estrategia parece comprensible desde el punto de vista de sus accionistas, pero encaja mal con la regulaci¨®n justa de un bien p¨²blico como el de los medicamentos.
?Qu¨¦ alternativas tienen los pacientes pobres y los sistemas de salud ante esta situaci¨®n? En primer lugar, existe la posibilidad de pagar el precio que se logre negociar con las compa?¨ªas. Esta es la salida m¨¢s habitual hasta ahora. Dejando a un lado las consideraciones ¨¦ticas, pagar durante poco tiempo un medicamento muy caro puede resultar m¨¢s ventajoso que pagar durante mucho tiempo el tratamiento anual de pacientes cr¨®nicos, no necesariamente tan barato. Este argumento ha sido repetido de forma insistente por los propietarios de la patente y coloca a pacientes y Estados ante una encrucijada imposible. Los criterios de asignaci¨®n aplicados en pa¨ªses como Espa?a resultan ¨¦ticamente cuestionables y pol¨ªticamente explosivos.
La primera intuici¨®n de India puede haber animado otros Estados a lograr su propia victoria legal en este campo
Una segunda posibilidad es el camino que hab¨ªa elegido India, que hace poco m¨¢s de un a?o anuncio? su negativa a conceder la patente de Sovaldi por no ser una mol¨¦cula innovadora. Esta decisi¨®n hubiese abierto la posibilidad a la producci¨®n y exportaci¨®n de tratamientos gen¨¦ricos a un precio por paciente de entre 100 y 200 d¨®lares cada tres meses. Desafortunadamente, la iniciativa de India fue combatida con u?as y dientes por la compa?¨ªa, que ya hab¨ªa establecido firmes medidas para evitar la ¡°desviaci¨®n¡± de medicamentos a los pa¨ªses de rentas m¨¢s altas. Hace dos semanas el Gobierno revoc¨® su decisi¨®n, concediendo la patente a la compa?¨ªa Gilead. Si los recursos legales de las organizaciones sociales no logran evitarlo, esto impedir¨¢ a las empresas nacionales de gen¨¦ricos producir Sofosbuvir para su distribuci¨®n en pa¨ªses de ingreso medio con altas tasas de enfermos de hepatitis C.
No todo ha sido en balde, sin embargo. La primera intuici¨®n de India puede haber animado otros Estados a lograr su propia victoria legal en este campo. En un movimiento sin precedentes en la UE, la ONG francesa M¨¦dicos del Mundo presento? en febrero de 2015 ante la Oficina Europea de Patentes una oposici¨®n al registro de una de las patentes de Sofosbuvir. Su argumento es que, a pesar del avance terap¨¦utico innegable del medicamento, la mol¨¦cula misma no es patentable porque esta? basada en t¨¦cnicas ya existentes en el campo farmac¨¦utico.
Finalmente, los pacientes pobres de pa¨ªses de ingreso bajo y medio podr¨ªan encontrar una respuesta en la distribuci¨®n de tratamientos baratos producidos gracias a las excepciones a la patente o a la cesi¨®n de derechos. En Bangladesh, por ejemplo, la farmac¨¦utica local Incepta Pharmaceuticals Ltd. ya esta? produciendo una versi¨®n gen¨¦rica de Sovaldi a un precio por debajo de los 900 d¨®lares, que es la mejor oferta que ha realizado hasta ahora la propietaria de la patente.
Distribuci¨®n mundial de los enfermos de hepatitis C en funci¨®n de la riqueza del pa¨ªs / IS Global
Tambi¨¦n despierta inter¨¦s la Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDi, por sus siglas en ingl¨¦s), cuyos responsables anunciaron hace pocas semanas un acuerdo con el fabricante egipcio Pharco Pharmaceuticals para desarrollar un tratamiento contra todos los subtipos de la hepatitis C a partir de una combinaci¨®n terap¨¦utica de dos medicamentos ¡ªRavidasvir y Sofosbuvir¡ª, que ser¨¢ vendida a un precio de menos de 300 d¨®lares por paciente. De confirmarse la eficacia del combinado, que se encuentra en la ¨²ltima fase de los ensayos cl¨ªnicos, este acuerdo podr¨ªa tener consecuencias tect¨®nicas en el acceso de millones de pacientes pobres a los tratamientos.
El de la hepatitis C es solo uno de los frentes en la guerra global por el acceso a los medicamentos esenciales y el derecho a la salud. Se trata de una guerra en la que los pa¨ªses ricos han combinado la docilidad frente las compa?¨ªas farmac¨¦uticas con una asombrosa falta de imaginaci¨®n para concebir modelos alternativos. El hecho de que sus propias poblaciones empiecen a ser v¨ªctimas de las limitaciones del modelo ayudar¨¢ sin duda a cambiar esta actitud y facilitar¨¢ que se busquen formas de alinear las prioridades de la innovaci¨®n con las del inter¨¦s p¨²blico m¨¢s amplio.
La nueva publicaci¨®n de ISGLOBAL Hepatitis C: el nuevo campo de batalla por el acceso a medicamentos est¨¢ disponible aqu¨ª. Forma parte de nuestra l¨ªnea de trabajo en innovaci¨®n y acceso a medicamentos.
Gonzalo Fanjul y Elena Villanueva son el director y la coordinadora de An¨¢lisis del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.