R¨ªo de Janeiro lucha por una educaci¨®n p¨²blica de calidad
M¨¢s de 70 escuelas estatales han sido ocupadas por estudiantes de secundaria que reclaman mejoras y mayor poder de decisi¨®n
Igual que si fuesen centinelas romanos, los alumnos custodian la entrada a sus colegios tanto de d¨ªa como de noche. Un simple candado les a¨ªsla del mundo y protege de visitas indeseadas. Desde hace varias semanas no saben muy bien si son ni?os, adultos, estudiantes, okupas o cocineros. Ya han descubierto que son mucho m¨¢s polifac¨¦ticos de lo que pensaban. La mejor baza de Brasil para consolidarse como un pa¨ªs desarrollado, m¨¢s all¨¢ del ensue?o de los pr¨®ximos Juegos Ol¨ªmpicos, lleva por nombre educaci¨®n p¨²blica y est¨¢ en huelga desde hace meses.
Tras un final de 2015 convulso, con ocupaciones estudiantiles en Sao Paulo y Goi¨¢s contra el cierre de 93 escuelas estatales y una tentativa de privatizaci¨®n, respectivamente; adem¨¢s de las recientes ocupaciones en la capital paulista ¡ªen protesta por el caso Esc¨¢ndalo de la merienda¡ª son los alumnos del estado de R¨ªo de Janeiro los que ahora gritan "basta". Basta de clases con m¨¢s de 40 alumnos, sin aire acondicionado, con contenidos m¨ªnimos y profesores mal pagados. Los alumnos del colegio Prefeito Mendes de Moraes, zona norte de R¨ªo, fueron los primeros en tomar su centro el pasado 21 de marzo. A d¨ªa de hoy, ya son m¨¢s de 70 las escuelas ocupadas.
¡°Los alumnos despertamos y estamos luchando tanto por nosotros como por nuestros profesores, y viceversa. Si no nos escucharon cuando salimos a las calles ahora van a o¨ªrnos¡±, explica la estudiante Camila Lima, okupa de los colegios p¨²blicos Caic Tiradentes y Reverendo Clarence. Dos colegios en uno, con turnos diferenciados de ma?ana y de tarde, consecuencia del traslado forzoso del Caic Tiradentes por la construcci¨®n de una Unidad de Polic¨ªa Pacificadora (UPP) en el barrio de Caju.
Abrazados por el Morro da Provid¨ºncia, estos estudiantes sin clases han convertido su escuela en un fort¨ªn en el que todos cooperan y participan en las tareas de mantenimiento: pintan paredes, cocinan, catalogan libros en desuso, movilizan donaciones de alimentos y organizan clases magistrales y debates sobre temas que siempre les fueron negados. Talleres que hablan de filosof¨ªa, clown, fotograf¨ªa o que recuperan ra¨ªces africanas como la danza jongo.
¡°No se trata del aire acondicionado igual que entonces no se trataba del incremento de 20 centavos ¡ªen referencia a las masivas protestas del a?o 2013 por un transporte p¨²blico gratuito¡ª esto simplemente ha sido la gota que ha colmado el vaso¡±, matiza en una charla el intelectual y antrop¨®logo brasile?o Eduardo Viveiros de Castro. Sentado en una silla escolar, como un igual ante el resto de alumnos, Viveiros se muestra convencido del derecho a una educaci¨®n m¨¢s aut¨®noma y humana: ¡°Autonom¨ªa entendida como la posibilidad de crear zonas libres de la soberan¨ªa del Estado¡±.
Autonom¨ªa para una ense?anza de car¨¢cter cr¨ªtico en la que se cuestione el punto de vista hegem¨®nico y, adem¨¢s, en la que el alumno tenga un poder de decisi¨®n mucho mayor sobre qu¨¦ quiere aprender y c¨®mo le gustar¨ªa hacerlo. Una educaci¨®n que devuelva el valor que se merecen asignaturas como Sociolog¨ªa o Filosof¨ªa, e integre el indigenismo y la herencia africana como piezas fundamentales de la historia brasile?a.
¡°Yo estudi¨¦ un Brasil perdido entre salvajes y descubierto por la civilizaci¨®n salvadora cuando sabemos que fue invadido y conquistado¡±, debaten tambi¨¦n en el colegio ocupado IEPIC de Niter¨®i mientras acompa?an una charla sobre el movimiento zapatista. Igual que en el resto de escuelas, la indignaci¨®n va m¨¢s all¨¢ de la precariedad de infraestructuras o la ausencia de docentes.
Aprender conviviendo
Mientras sus reivindicaciones no son escuchadas, estos alumnos de secundaria aprenden a pasos agigantados todo aquello que no aparece en los libros: compa?erismo, empat¨ªa, trabajo en equipo, etc. ¡°Todo el mundo colabora en un sistema rotativo. Si llega un representante del Gobierno hablar¨¢ con quienes conformen la comisi¨®n de comunicaci¨®n y pensar¨¢: ¡®?Qu¨¦ bien!, ya s¨¦ qui¨¦n es el l¨ªder¡¯; pero la pr¨®xima semana esa persona estar¨¢ barriendo el suelo o cortando patatas¡±, explica Welhiton, alumno del IEPIC.
Un movimiento que califican de ¡°horizontal¡± en el que nadie est¨¢ por encima de nadie y que tampoco hace diferencias por sexo: ¡°Nuestro pensamiento es vernos unos a otros como personas y no por lo que uno viste o de quien gusta. Todos luchamos por una causa com¨²n y si existe divisi¨®n entre nosotros, todo ser¨¢ en vano¡±, argumenta Camila Lima. ¡°Unos hacemos de almohada a los otros¡±, corrobora su compa?ero Lucas en referencia a c¨®mo pasan las noches.
Sin embargo, aunque dormir en el colegio pueda parecer una aventura digna de vivirse, la experiencia no est¨¢ exenta de riesgo debido a las zonas deprimidas que ocupan muchas de estas escuelas estatales y a la violencia policial que desangra R¨ªo de Janeiro. ¡°Mi madre no est¨¢ a favor de que duerma aqu¨ª. Piensa que en cualquier momento van a entrar los militares armados queriendo tomar la escuela y van disparar a mansalva¡± ¡ªse justifica Allyson Florencio del Caic Tiradentes¡ª ¡°pero ya he dormido dos veces¡±, a?ade orgulloso.
Los alumnos despertamos y estamos luchando tanto por nosotros como por nuestros profesores Camila Lima, estudiante
¡°En esta ocupaci¨®n todo el mundo est¨¢ dando lo m¨¢ximo de s¨ª y aprendiendo a ver a su compa?ero con mejores ojos, a convivir. Cuando esto acabe, con todas o la mayor¨ªa de nuestras pautas atendidas, vamos a salir de aqu¨ª no solo con la felicidad de haber luchado por nuestros derechos, sino tambi¨¦n con una realidad conquistada completamente diferente¡±, sintetiza la estudiante Ingrid Cardoso (EIPIC).
Hasta la fecha, la persistencia de estos j¨®venes ha provocado la dimisi¨®n del secretario de Estado de Educaci¨®n, Ant?nio Neto, despu¨¦s de que la semana pasada varios alumnos del colegio Prefeito Mendes de Moraes fuesen agredidos por miembros del Movimiento Desocupa; acci¨®n que supuso el punto y final de la ocupaci¨®n m¨¢s longeva. Tambi¨¦n, algunas de sus peticiones ya han sido escuchadas como el fin de la prueba de evaluaci¨®n estatal Saerj a partir de 2017¡ªla cual seg¨²n los alumnos solo beneficia a las escuelas con mejores resultados¡ª o la elecci¨®n directa de director.
?Educaci¨®n para qui¨¦n?
Falta de libros de texto, ausencia de profesores de F¨ªsica o Biolog¨ªa, laboratorios que nunca fueron usados, ventiladores obstruidos¡ son solo algunos de los obst¨¢culos que anticipan una odisea mucho mayor: la de alcanzar el nivel educativo necesario para superar el Enem y acceder a una universidad p¨²blica federal. Son muchos los j¨®venes que se quedan por el camino ante la ausencia de esa educaci¨®n de calidad que hoy reclaman a todo pulm¨®n y que constituye su derecho.
Para paliar esa brutal diferencia entre quienes estudian secundaria en un colegio p¨²blico, y quienes pueden permitirse uno privado, existen desde hace m¨¢s de un siglo Cursos Pre-vestibulares Populares que ayudan a aquellos con menos recursos a prepararse la prueba de acceso a la universidad (Vestibular o Enem) de una forma gratuita. Cursos espec¨ªficos para negros, personas carentes de recursos o miembros del colectivo LGTB en los que se abordan temas como racismo, desigualdad o discriminaci¨®n social.
En definitiva, la lucha de estos j¨®venes se engloba en una batalla mucho mayor que lleva por bandera la igualdad de condiciones en la educaci¨®n secundaria brasile?a. El anhelo de que, una vez m¨¢s, sea David quien derrote a Goliat; y aquellos que se ve¨ªan predestinados a trabajar como electricistas o barrenderos puedan serlo si as¨ª lo desean, pero tambi¨¦n puedan aspirar a ser cirujanos, psic¨®logos o abogados.
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