Avellaneda
Hay personajes de la historia cuya aportaci¨®n a ella fue involuntaria y hasta malvada, pero que sin ellos no ser¨ªa igual
De Avellaneda se ha escrito mucho, pero se sabe poco m¨¢s all¨¢ de su condici¨®n de impostor, autor de una segunda parte ap¨®crifa del Quijote que oblig¨® a Miguel de Cervantes a escribir una verdadera, para muchas personas la mejor de su inmortal obra. Mart¨ªn de Riquer, el gran medievalista y cervantista catal¨¢n, sostiene que pudo ser el aragon¨¦s Jer¨®nimo de Pasamonte, compa?ero de milicia y aventuras y colega en el oficio de las letras de Cervantes y escarnecido por ¨¦ste, dada su honda enemistad, en un pasaje del Quijote, aquel en el que el hidalgo y Sancho se encuentran en un camino manchego con unos presidiarios que, condenados a remar en las galeras del rey por sus cr¨ªmenes, conducen encadenados unos guardianes, y de los que el principal criminal, que incluso se jacta de ello, se llama Gin¨¦s de Pasamonte. Lo cual llevar¨ªa al escarnecido a vengarse de Cervantes escribiendo una segunda parte falsa del Quijote en la que, aparte de vilipendiar el libro, se aprovech¨® de su fama y de su popularidad.
Fuera quien fuera y como haya sido la historia, lo cierto es que Avellaneda (Alonso Fern¨¢ndez de Avellaneda, natural de la villa de Tordesillas, seg¨²n su propia afirmaci¨®n), indirectamente, ayud¨® a que acabara siendo como fue una de las obras cumbres de la literatura universal, y, sin embargo, tanto los aniversarios de ¨¦sta como del de Cervantes est¨¢n pasando sin que nadie se lo reconozca. Ocurre con muchos personajes de la historia cuya aportaci¨®n a ella fue involuntaria y hasta malvada, pero que sin ellos no ser¨ªa igual. ?Existir¨ªa la religi¨®n cristiana sin Pilatos, el hombre que orden¨® crucificar a Cristo? ?Y sin Judas Iscariote, el ap¨®stol al que todos los creyentes vilipendian y desprecian por traidor? ?Y la actual Europa, c¨®mo ser¨ªa sin las invasiones ¨¢rabes? ?Y Am¨¦rica y ?frica sin las europeas? ?C¨®mo ser¨ªa Espa?a en la actualidad sin la Guerra Civil o sin el golpe de Estado fallido de Tejero que contribuy¨® a unir a los partidos pol¨ªticos para salvar una democracia que se tambaleaba peligrosamente?
No dir¨¦ yo que personajes abominables y prescindibles de nuestra historia contribuyeron a la mejora de ¨¦sta, pero s¨ª que sin ellos no ser¨ªa igual y que, en algunos casos, hicieron un bien al mundo sin pretenderlo, siquiera sea por aquello que dice la sabidur¨ªa casera de que no hay mal que por bien no venga. En el campo de las artes, sobre todo, la aportaci¨®n de ciertos personajes mezquinos y rencorosos y los propios enfrentamientos entre escritores y artistas, tan habituales como hilarantes contemplados a la luz del tiempo, han sido tan importantes a veces como las de los creadores que de verdad cambiaron aqu¨¦llas. Y eso hay que reconoc¨¦rselo.
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