Olfato, gusto y emoci¨®n
Desde que falleci¨® su esposa, Tom¨¢s no hab¨ªa encontrado ni el ¨¢nimo ni el coraje para preparar raviolis, la receta que mejor sab¨ªa hacer. Memoriz¨® c¨®mo se hac¨ªa la masa cuando era estudiante y se vio obligado a aprender a cocinar. El relleno de carne y queso lo fue modificando con el tiempo, a partir de una receta que sac¨® de un libro de cocina. Con los a?os, fue quitando algunos ingredientes, a?adiendo otros, redondeando a su gusto una f¨®rmula con la que recib¨ªa a los amigos y con la que conquist¨® a su mujer la primera vez que entr¨® en su casa. Preparar este plato italiano se convirti¨® en todo un ritual durante su matrimonio. Ella le ayudaba a cerrar los raviolis mientras ¨¦l distribu¨ªa el relleno sobre la masa estirada. Cu¨¢ntas sonrisas, an¨¦cdotas y complicidades nacieron de aquella rutina tantas veces ritualizada, preludio de una velada prometedora, de largas sobremesas donde no faltaban las botellas de vino descorchadas y escanciadas. Pero hac¨ªa ya un a?o que Ver¨®nica se hab¨ªa ido, s¨²bitamente, sin ep¨ªlogo ni tiempo para repasar lo vivido o planificar la eternidad. Un accidente de tr¨¢fico, absurdo como lo suelen ser todos, se la llev¨® una tarde de oto?o. Desde entonces, Tom¨¢s no hab¨ªa vuelto a ser capaz de amasar la harina ni acercar a la llama del fuego la cazuela con agua y sal para cocer la pasta.
Conoci¨® a Beatrice a trav¨¦s de un amigo. M¨¢s all¨¢ del peso de la pena, encontr¨® en ella la complicidad de otro esp¨ªritu hu¨¦rfano de compa?¨ªa. El pasado de Beatrice era f¨¦rtil en a?os y vivencias, lo que dotaba a sus conversaciones de la consistencia, melancol¨ªa y dulzura que tambi¨¦n proyectaba su mirada. A Tom¨¢s le gustaba compartir tiempo con ella, lo que le ayud¨® a tejer en pocas semanas un firme v¨ªnculo con esta mujer. Aquella noche la cit¨® en casa y, para sorpresa de ambos, la recibi¨® con raviolis. Pasaron la noche juntos. A la ma?ana siguiente, ¨¦l le pidi¨® que dejaran de verse por un tiempo. Era demasiado pronto para entablar una nueva relaci¨®n. Con indisimulado gesto de decepci¨®n, ella lo acept¨® resignada y se fue hacia su casa, mientras el insomnio de Tom¨¢s desvelaba, adem¨¢s de su sue?o, su aflicci¨®n, atorment¨¢ndolo con los recuerdos desatados por los raviolis.
Esta historia real alude al v¨ªnculo existente entre las situaciones vividas, emocionalmente importantes, y su relaci¨®n con los impulsos que registran nuestros sentidos. El olfato y el gusto, de car¨¢cter qu¨ªmico, son asombrosamente afectivos. Un sabor, una fragancia abren los resortes de los recuerdos m¨¢s remotos al enlazarse expl¨ªcitamente con el hipocampo, la parte del enc¨¦falo donde se encuentra el centro de la memoria a largo plazo. As¨ª, el aroma de la hierba cortada, de la jara o de una crema solar nos puede transportar directamente a la ni?ez y el bocado de un guiso a un acontecimiento vivido a?os atr¨¢s. La cocina es territorio de asociaciones afectivas, un camino directo hacia los recuerdos trenzado de sentimientos. Por eso a Tom¨¢s le cost¨® tanto controlar las emociones desatadas por esos raviolis que siempre hab¨ªa compartido con su esposa fallecida y que ahora lo hac¨ªa con Beatrice. Sabores, olores, recuerdos y respuestas emocionales, una red de v¨ªnculos sin duda fascinante, todo un universo de posibilidades. Para la neurociencia y para la gastronom¨ªa.
Verdel al vapor
Ingredientes
Para 4 personas
- Cuatro verdeles medianos
- Una endivia
Para la marinada
- 40 gramos de jengibre fresco
- Medio aj¨ª amarillo
- 2 dientes de ajo
- Un lim¨®n
- 4 cucharadas de salsa de soja
- 4 de aceite de oliva
- 4 de vino blanco
Para el ali?o
- Aceite de oliva
- Perejil picado
Instrucciones
1. Para la marinada
Rallar el jengibre fresco, los dientes de ajo, medio ají amarillo y la cáscara del limón con un rallador fino. Agregar el aceite de oliva y remover con una cuchara hasta formar una pasta uniforme. Añadir el zumo de medio limón, la salsa de soja y el vino blanco. Reservar dos cucharadas de la marinada para aliñar la guarnición.
2. Para los verdeles
Filetearlos cuidadosamente dejando los lomos libres de espinas. Una vez limpios, introducir en la marinada durante al menos 30 minutos.
3. Para la endivia
Cortarla finamente, obteniendo unos fideos de endivia largos. Reservar en agua con hielos.
4. Acabado y presentaci¨®n
Extraer los filetes de verdel de la marinada y servirlos en la vaporera sin quitarles el exceso del adobo. Cocinar al vapor durante 4 minutos. Cortar las cucharadas de marinada con un par de cucharadas de aceite de oliva. Agregar el perejil picado.
Escurrir la endivia y aliñarla en un bol. Servirla bien fría y aliñada. Sobre esta, disponer los lomos recién sacados de la vaporera. Terminar aderezando el verdel con un poco de aliño cortado.
Calor¨ªas: El verdel (o caballa) tiene un valor energ¨¦tico de 139 kilocalor¨ªas por 100 gramos./
Grasas: Este pescado azul tiene un alto contenido lip¨ªdico, con valores significativos en colesterol./
Nutrientes: Es rico en prote¨ªnas y en ¨¢cidos grasos omega 3. Tambi¨¦n contiene bastante yodo./
Vitaminas: Aporta vitaminas D, B6, B12. Entre los minerales de este pescado destacan el f¨®sforo y el potasio./
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