?Cu¨¢ntos helados puedo darle a mi hijo en un d¨ªa sin pecar de irresponsable?

El calor est¨¢ a punto de hacer su entrada triunfal en nuestras vidas. Apenas quedan unos d¨ªas para el ¡¯40 de mayo¡¯, el momento en que podremos quitarnos el ¡®sayo¡¯ y comer cuantos helados queramos¡­ o no. Porque si bien es cierto que estos productos son deliciosos y refrescantes hasta el punto de poder alegrarle a cualquiera un mal d¨ªa, no tenemos tan claro si es recomendable incluirlos en la dieta diaria. Y es un dato importante para cuando empiece el inevitable momento en el que cada d¨ªa oigamos varias veces la siguiente frase: ¡°?Mam¨¢, pap¨¢, me puedo tomar otro helado?¡±. No hay ni?o que resista.

Para empezar, debemos saber que estos alimentos dulces que se consumen congelados se encuentran en el v¨¦rtice de la pir¨¢mide alimenticia recogida en La Gu¨ªa para Familias de Alimentaci¨®n Saludable, publicada por los ministerios de Educaci¨®n y Ciencia y Sanidad y Consumo, lo que significa que est¨¢ bien consumirlos, pero solo de vez en cuando, si queremos llevar una dieta equilibrada.

Los helados tienen todo el valor nutritivo de la leche, pero con mucho az¨²car, un componente que hay que moderar. No es adecuado comerse uno diario" (Abel Marin¨¦, doctor en Farmacia)

Lourdes Carrillo, coordinadora del grupo de trabajo de Alimentaci¨®n y Nutrici¨®n de la Sociedad Espa?ola de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), los encuadra en el consumo ocasional: ¡°Alguna vez a la semana o varias veces al mes, siempre en el contexto de una dieta equilibrada y, preferentemente, como postre de una comida principal y no como tentempi¨¦¡±. Jos¨¦ Manuel Moreno Villares, coordinador del Comit¨¦ de Nutrici¨®n de la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa (AEP), est¨¢ en la misma l¨ªnea: ¡°Aunque en su composici¨®n puede haber la leche, el helado tiene un elevado contenido en az¨²cares (20-30 gramos/100 gramos) y, por tanto, debe considerarse igual que otros productos de reposter¨ªa¡±. Tanto es as¨ª que la Gu¨ªa para las Familias Alimentaci¨®n Saludable los incluye en el apartado "Chucher¨ªas" y dice de ellos: ¡°Algunos se componen de agua, az¨²car y colorantes. Otros, adem¨¢s, tienen grasa l¨¢ctea o de otro origen. Aportan muchas calor¨ªas y grasas saturadas, por lo que su consumo debe limitarse¡±. En efecto, parece que el problema se encuentra en las grasas saturadas. Es la raz¨®n por la que la OMS recomienda reducir la ingesta de helados, que aparecen junto a otros alimentos con los que hay que tener cuidado, como las carnes grasas.

Hasta aqu¨ª, pareciera un crimen comerse una de esas g¨¦lidas delicias. Sin embargo, El libro Blanco de los Helados, un estudio realizado por el Departamento de Nutrici¨®n y Bromatolog¨ªa de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona para la Asociaci¨®n Espa?ola de Fabricantes de Helados, trata de acabar con su demonizaci¨®n. En ¨¦l, se afirma que el helado es un plato y no una chucher¨ªa: ¡°Desde un punto de vista nutricional, los helados de base l¨¢ctea representan una buena opci¨®n frente a otros dulces, ya que su contenido en leche los convierte en una fuente interesante de calcio y de prote¨ªnas de buena calidad¡±.

Abel Marin¨¦, doctor en Farmacia, catedr¨¢tico de la Universitat de Barcelona y uno de los autores de este informe, aclara su postura: ¡°Los helados tienen todo el valor nutritivo de la leche, pero con mucho az¨²car, un componente a moderar. No es adecuado comerse uno diario, pero s¨ª un par a la semana: el fin de semana y, por qu¨¦ no, otro entre semana; sobre todo si el consumidor no tiene diabetes ni obesidad y lleva una dieta completa¡±. Eso s¨ª, nunca debe sustituir otros alimentos b¨¢sicos como la fruta.

Siempre nos referimos a helados de leche, no a polos de hielo ni a sorbetes, que deben considerarse como un refresco. ¡°Este tipo de helados solo aportan calor¨ªas y ning¨²n nutriente¡±, comenta el catedr¨¢tico de la Universitat de Barcelona. Los de leche, pese a tener m¨¢s calor¨ªas (100 de aquellos frente a 300 de estos), tambi¨¦n contienen calcio, prote¨ªnas, grasas y az¨²cares, como enumera Luc¨ªa Bult¨®, nutricionista, dietista y autora del libro Los consejos de Nutrinanny. La clave est¨¢ en elegir aquellos con una menor cantidad de grasas y az¨²cares seg¨²n la etiqueta, si el helado es industrial, y si es de helader¨ªa artesana, Abel Marin¨¦ da unas pistas: "Los de fruta, si realmente tienen fruta y no solo aromas, aportan vitaminas y fibra. En cambio, los de chocolate son m¨¢s cal¨®ricos, aunque tienen antioxidantes. En cuanto a la leche, los elaborados con entera engordar¨¢n m¨¢s. Pero no nos enga?emos: los light tambi¨¦n engordan. Mi recomendaci¨®n es obviar todo esto y comer el que m¨¢s nos guste, pero con moderaci¨®n". La conclusi¨®n, en palabras de Bult¨®, resulta de lo m¨¢s evidente: ¡°La frecuencia de consumo es lo que dar¨¢ un valor positivo o negativo al helado¡±. Golosina o no, la nomenclatura es lo de menos: si su hijo le pide una segunda raci¨®n durante una de estas calurosas tardes de verano, su obligaci¨®n como padre es negarse en redondo y responder con un lac¨®nico "quiz¨¢s pasado ma?ana¡­".