Mejores controles
El caso de los ERE revela que los pol¨ªticos no pueden desentenderse de la gesti¨®n
La decisi¨®n judicial que afecta a Manuel Chaves y a Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n, junto con otros 24 ex altos cargos de la Junta de Andaluc¨ªa, supone el paso decisivo hacia el enjuiciamiento de si hubo o no una decisi¨®n pol¨ªtica que favoreci¨® el desv¨ªo de parte de los fondos (855 millones de euros) dedicados a los ERE en Andaluc¨ªa entre 2001 y 2010. Los afectados sostienen que todo fue legal, pero el magistrado que ha decidido la continuidad del procedimiento sospecha que se mont¨® un sistema opaco y arbitrario, y acusa a ambos de prevaricaci¨®n. A Gri?¨¢n le imputa tambi¨¦n malversaci¨®n, a diferencia del instructor del Supremo durante la fase en que la causa estuvo en el alto tribunal, que descart¨® ese segundo delito.
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Chaves y Gri?¨¢n han hecho lo que cab¨ªa esperar de ellos en cuanto a responsabilidad pol¨ªtica. Ambos abandonaron la vida p¨²blica hace un a?o y, adem¨¢s, se han dado de baja en el PSOE. No hay el menor indicio de lucro por su parte y su honorabilidad personal no est¨¢ en juego. Pero les toca defenderse como ciudadanos privados en lo que sin duda va a ser un juicio con fondo pol¨ªtico.
Nadie pod¨ªa esperar que semejante esc¨¢ndalo terminara olvidado en los vericuetos procesales, y tras un enorme retraso en la tramitaci¨®n judicial, las decisiones sobre los expresidentes de la Junta de Andaluc¨ªa llegan en un momento pol¨ªticamente muy sensible, a 25 d¨ªas de unas elecciones generales.
Lo sucedido puede tener efectos en el voto, porque las biograf¨ªas de Chaves y de Gri?¨¢n se confunden con las del PSOE y el Gobierno andaluz. La imbricaci¨®n es tan grande que el Partido Popular, en trance de ahogarse en casos de corrupci¨®n, pretende utilizar el problema de los expresidentes socialistas como si fuera una tabla de salvaci¨®n. Y los activistas del populismo, los defensores del pueblo contra las ¨¦lites, est¨¢n tentados de aprovecharse de la situaci¨®n para cebar sus armas electoralistas contra el PSOE.
Sin entrar en el juego est¨²pido de calibrar qu¨¦ partido pesa m¨¢s en la balanza de la corrupci¨®n, lo cierto es que centrar la indignaci¨®n en la exigencia de cuentas por el pasado o alegrarse de equilibrar la balanza de los asuntos turbios no servir¨¢ para recuperar la confianza ciudadana. Los gobernantes tienen que asegurarse de que la administraci¨®n del dinero p¨²blico se hace con profesionalidad y diligencia, para lo cual es indispensable mantener actitudes vigilantes y activar controles institucionales de la gesti¨®n. Los hechos tienen que demostrar que se ha cerrado una larga etapa de impunidad y esto no se va a conseguir lanz¨¢ndose los trastos a la cabeza.
Tanto el l¨ªder del PSOE, Pedro S¨¢nchez, como la presidenta de la Junta, Susana D¨ªaz, parecen haber aprendido la lecci¨®n. De ah¨ª proceden sus compromisos para dejar fuera del partido a todos los implicados en asuntos sospechosos de corrupci¨®n pol¨ªtica. Esto no es condici¨®n suficiente, pero s¨ª necesaria, para regenerar fuerzas pol¨ªticas desgastadas por haber prescindido de controles rigurosos del dinero del contribuyente y de la limpieza en el manejo de los asuntos p¨²blicos.
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