El espionaje ruso, un lastre para Putin
Los servicios secretos de Mosc¨² libran una cruenta batalla interna para ganar influencia pol¨ªtica
Cuando el presidente Vladimir Putin contemplaba a sus tanques en la Plaza Roja durante el desfile del D¨ªa de la Victoria, no estaba mirando m¨¢s que una parte, tal vez la menos importante, de su arsenal. Dada la creciente vigilancia de la OTAN, las armas m¨¢s eficaces de las que dispone son sus esp¨ªas.
Tanto el Servicio de Inteligencia Exterior (SVR), como la inteligencia militar (GRU), como incluso el Sistema de Seguridad Federal (FSB), tienen sus propias redes de agentes en Europa, y por m¨¢s que en el mundo actual todos esp¨ªen a todos, ellos se distinguen por su gran n¨²mero, su actividad y su agresividad. A?o tras a?o, desde que Putin lleg¨® al poder en 2000, crecen las partidas presupuestarias de los servicios de inteligencia rusos. En los ¨²ltimos tiempos han robado secretos, plantado informaci¨®n falsa, creado turbulencias pol¨ªticas e incluso asesinado a recaudadores de fondos para los rebeldes chechenos y ¡°probablemente¡±, seg¨²n la investigaci¨®n oficial brit¨¢nica, tambi¨¦n al desertor Alexander Litvinenko.
Sin embargo, durante la elaboraci¨®n del informe publicado hoy por el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (La hidra de Putin: dentro de los servicios de inteligencia rusos) qued¨® claro que, aunque los servicios de inteligencia son sin duda activos y agresivos, tambi¨¦n est¨¢n divididos, son corruptos y probablemente supongan un lastre. La imagen occidental de Rusia es la de un pa¨ªs cuyos esp¨ªas gozan de gran influencia gracias a sus conexiones con Putin quien, despu¨¦s de todo, es un veterano del KGB sovi¨¦tico. Pero nuestras conversaciones con agentes del gobierno, tanto en activo como retirados, y con personas que les conocen, dan una imagen muy diferente: la de un gobierno disfuncional en el que los informes de inteligencia se redactan para complacer al Kremlin, ofreciendo una visi¨®n del mundo hostil y conspiratoria a un c¨ªrculo cada vez m¨¢s aislado de l¨ªderes.
Desde su regreso al Kremlin en 2012, Putin ha ido perdiendo tolerancia antes cualquier opini¨®n diferente. Los miembros m¨¢s liberales de su equipo han sido aislados o expulsados. Entre bambalinas, los esp¨ªas empiezan a temer que esto tambi¨¦n pueda sucederle a ellos.
Los gobiernos europeos deben adoptar una actitud m¨¢s dura contra la actividad de la inteligencia del Kremlin, porque los esp¨ªas pueden crear problemas en el exterior
As¨ª, los servicios rusos est¨¢n inmersos en una lucha constante y sangrienta por obtener influencia pol¨ªtica. Se duplican los trabajos, se niegan a compartir inteligencia, y est¨¢n m¨¢s interesados en ganar partidas a sus rivales que en servir a su pa¨ªs. Lo m¨¢s preocupante de todo es que por la necesidad de complacer al Kremlin los jefes de inteligencia dan forma a los hechos, los endulzan, para que le gusten al presidente y sus puestos no corran peligro. Como me dijo un entrevistado, han aprendido que ¡°no se traen malas noticias a la mesa del zar¡±.
He aqu¨ª, pues, la iron¨ªa. Putin tiene los servicios de inteligencia que quer¨ªa: poderosos, obedientes, agresivos. Pero mientras sobre el terreno muchas veces son astutos y eficaces, tambi¨¦n est¨¢n ensuciando la imagen de Rusia en el exterior y, lo que es a¨²n m¨¢s grave, confundiendo a Putin al reforzar su visi¨®n del mundo, en lugar de iluminarla y desafiarla.
Putin no es irracional, pero si la informaci¨®n que recibe es poco rigurosa y los an¨¢lisis que lee son de parte, puede terminar tomando decisiones peligrosas. Se anexion¨® Crimea creyendo que occidente lo aceptar¨ªa en pocos meses; Rusia sigue sufriendo sanciones econ¨®micas. Envi¨® a sus tropas a Ucrania pensando que Kiev abandonar¨ªa sus esfuerzos por acercarse a Europa; el conflicto contin¨²a y no muestra se?ales de concluir. ?Qu¨¦ ser¨¢ lo pr¨®ximo que le animen a hacer sus esp¨ªas?
Los gobiernos europeos deben responder adoptando una actitud m¨¢s dura contra la actividad de la inteligencia rusa, tanto para enviar una se?al a Mosc¨² como porque los esp¨ªas a¨²n son capaces de crear problemas en el exterior. Esto significa no solo invertir en contrainteligencia, sino tambi¨¦n atender a esas debilidades de gobernanza que facilitan las campa?as del Kremlin, cosa que incluye la aplicaci¨®n de controles m¨¢s estrictos sobre las fuentes del dinero sucio.
La actual campa?a espa?ola contra los criminales rusos y sus aliados pol¨ªticos dom¨¦sticos es un ejemplo excelente de lo que se puede hacer. Durante a?os Mosc¨² ha dado por sentado que occidente ser¨ªa reticente a la adopci¨®n de medidas duras contra sus esp¨ªas y criminales, y se ha confiado. Un poco de dureza ahora no s¨®lo sacar¨ªa de la circulaci¨®n ciertas influencias rusas problem¨¢ticas, sino que podr¨ªa tambi¨¦n atravesar el escudo de mentiras que protege a Putin del mundo real, para que se d¨¦ cuenta de que es hora de ser menos agresivo, no m¨¢s.
Mark Galeotti es profesor de asuntos globales en la Universidad de Nueva York, y profesor visitante en el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
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