Antes de que llegara el meteorito
La idea de que nos debemos a la cat¨¢strofe que barri¨® a los dinosaurios es demasiado simple: los mam¨ªferos florecieron mucho antes de eso
Hay que simplificar todo lo posible, pero ni un mil¨ªmetro m¨¢s, dijo Einstein, y el relato que hemos interiorizado sobre el fin de los dinosaurios ¨Cque su extinci¨®n por un meteorito permiti¨® que florecieran nuestros ancestros mam¨ªferos¡ª ha empezado a resultar demasiado simple para describir la realidad prehist¨®rica. Primero, porque los dinosaurios ya hab¨ªan emprendido un largo declive antes de que les cayera del cielo el leviat¨¢n del descabello. Y segundo, porque los mam¨ªferos ya estaban floreciendo con vigor decenas de millones de a?os antes de todo aquello, como puedes leer en Materia. La idea de que nuestra evoluci¨®n se debe a un meteorito ha cruzado el mil¨ªmetro de seguridad de Einstein.
La paleontolog¨ªa est¨¢ a caballo de la geolog¨ªa y la biolog¨ªa, y la profesi¨®n incluye a cient¨ªficos de ambas inclinaciones. Los paleont¨®logos m¨¢s geo disfrutan con la deriva continental ¨Ca la que se debe buena parte de la historia natural del planeta¡ª, son felices con las variaciones del nivel de ox¨ªgeno y de la temperatura de la Tierra, y desde luego con los meteoritos y otras cat¨¢strofes que atropellan en un instante las sutilezas y complejidades que hab¨ªa tejido la evoluci¨®n en 50 millones de a?os. Stephen Jay Gould, el evolucionista neoyorkino muerto en 2002, hizo toda una carrera de ese peso fundamental de la contingencia y el accidente hist¨®rico en la historia de la vida.
Los paleont¨®logos m¨¢s bio, en cambio, aceptan, por supuesto, que hay cat¨¢strofes y contingencias, pero ponen el acento en la din¨¢mica interna de los seres vivos y sus ecolog¨ªas, sus cadenas tr¨®ficas y sus interacciones complejas. La nueva investigaci¨®n les da un gran espaldarazo. El florecimiento temprano de los mam¨ªferos tiene buenas explicaciones de tipo bio. Los primeros mam¨ªferos se alimentaban de semillas e insectos, y la evoluci¨®n de las plantas con flores y de los insectos que las polinizan, que estaba entonces en ebullici¨®n, pudieron ponerles en bandeja un continente de nuevos almuerzos que llevarse a la boca. Seg¨²n este estilo de pensamiento, la historia de la Tierra se explica dentro de la biolog¨ªa, y las cat¨¢strofes no son m¨¢s que una impertinencia. Aunque bien antip¨¢tica, desde luego.
A los geo y a los bio se les ha escapado hasta ahora el estilo evo-devo (evoluci¨®n y desarrollo, en su abreviatura inglesa). Los datos gen¨¦ticos y moleculares indican con fuerza que la invenci¨®n evolutiva clave en el origen de los mam¨ªferos, la placenta, es una genialidad de un retrovirus primitivo. Pero dejemos esto para posteriores entregas de Materia.
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