La batalla de Nico Rosberg, el pr¨ªncipe de la F¨®rmula 1
Tres d¨ªas antes de acabar tirado en la cuneta del circuito de Montmel¨® durante el Gran Premio de Espa?a de F¨®rmula 1 celebrado el pasado 15 de mayo, el semblante de Nico Rosberg irradiaba una especie de inquietud premonitoria. Su metro con setenta y ocho y sus 67 kilos de pura fibra deambulaban por el paddock?enfundados en unos vaqueros grises, zapatillas deportivas blancas y camiseta a juego de la escuder¨ªa Mercedes AMG Petronas. El piloto de origen germano-finland¨¦s manten¨ªa su porte principesco estrechando la mano con firmeza y desplegando en varios idiomas su habitual simpat¨ªa para deleite de los centenares de cronistas acreditados. Pero en ambientes m¨¢s reservados, su voz nasal era incapaz de contener un halo de seriedad melanc¨®lica. Un derrame en el ojo izquierdo, a buen seguro fruto del estr¨¦s, certificaba que algo no iba bien.
Las ¨²ltimas noticias auguraban lo contrario. A punto de cumplir los 31, felizmente casado y con una paternidad reci¨¦n estrenada, ha rubricado el mejor arranque de temporada en sus 10 a?os en el gran circo?del motor. L¨ªder actual de la competici¨®n, con cuatro victorias seguidas en cuatro de los seis Grandes Premios disputados hasta ahora, parece al fin vislumbrar el camino de la gloria tras dos a?os seguidos, en 2014 y 2015, como segund¨®n a rebufo del brit¨¢nico Lewis Hamilton, su compa?ero de equipo y eterno rival desde la infancia. Tras una vida soportando que se refieran a ¨¦l como ¡°el blando¡± de este deporte respecto al desafiante Hamilton, su perfecto antagonista, 2016 hab¨ªa empezado a tomar la forma de a?o de la venganza. El de su posible proclamaci¨®n como rey de la f¨®rmula 1. Algo de lo que el aludido no quer¨ªa ni o¨ªr hablar antes de correr en Montmel¨®. ¡°Nada ha cambiado respecto a otros a?os¡±, argumentaba Rosberg en perfecto castellano alternando sorbos de agua con gas durante un receso al borde del circuito catal¨¢n. ¡°Lewis Hamilton es el mismo y va a tope. Pero sus cuatro primeras carreras han sido complicadas y yo he tenido un buen arranque. Este a?o va a ser para m¨ª como siempre: una lucha importante contra ¨¦l¡±.
¨C?Qui¨¦n es para usted Lewis Hamilton?
¨CUno de los mejores pilotos del planeta. Dif¨ªcil de adelantar. Alguien a quien resulta dif¨ªcil ganar. La ¨¦poca en que fuimos amigos queda muy lejos. Ser¨ªa muy complicado que sigui¨¦ramos si¨¦ndolo. Hay mucha gente pendiente de nosotros. Y mucho dinero en juego.
¨C?Puede que ¨¦l sea demasiado pasional, demasiado agresivo para usted?
¨CNo¡ No tengo ning¨²n problema con ¨¦l ahora mismo.
¨CUsted da, en cambio, la sensaci¨®n de intentar ser demasiado perfeccionista, demasiado calculador.
¨CNo me gusta esa etiqueta. Intento hacerlo lo mejor que puedo.
Entrada en 'boxes' de la escuder¨ªa Mercedes de f¨®rmula 1.
Mientras Rosberg paseaba su cara de p¨®quer por las inmediaciones del circuito de Montmel¨®, en el box de Mercedes a pie de pista se ultimaba la puesta a punto de los dos b¨®lidos de la escuder¨ªa que acabar¨ªan protagonizando un nuevo cap¨ªtulo del duelo m¨¢s feroz y excitante de la f¨®rmula 1 contempor¨¢nea. En esta ¨¢rea de acceso ultrarreservado, una decena de mec¨¢nicos e ingenieros que trabajan para Rosberg ensamblaban las piezas centrales del espectacular monoplaza W07 Hybrid: 5 metros de largo por 1,80 de ancho y 702 kilos de peso, con una carrocer¨ªa de fibra de carbono y un motor con sistema h¨ªbrido de recuperaci¨®n de energ¨ªa que le convierten en el m¨¢s r¨¢pido de la parrilla. En el lado opuesto del inmaculado garaje, separados por una isleta central de computadoras, los hombres de Lewis Hamilton, la otra gran estrella de la casa y triple campe¨®n mundial, los dos ¨²ltimos a?os con Mercedes, se afanaban con el hermano gemelo del W07 Hybrid. En una especialidad rendida a la tecnolog¨ªa, donde las piezas de los coches se modifican constantemente a lo largo de la temporada, una parte sustancial del ¨¦xito o el fracaso est¨¢ en manos de mec¨¢nicos e ingenieros que visten camisetas y pantalones cortos, dejando al aire piernas y brazos cincelados a golpe de gimnasio. Trabajan entre susurros en ingl¨¦s. Con la banda sonora de herramientas electr¨®nicas y el rugido de fondo de los motores de los rivales realizando pruebas al borde del pit lane.?Compa?eros y adversarios. Figurantes de un espect¨¢culo cargado de testosterona y recelos a partes iguales. Para a?adir m¨¢s le?a al fuego, el intercambio t¨¢ctico de mec¨¢nicos entre los dos pilotos antes de empezar la temporada ha coincidido con los problemas del brit¨¢nico durante el arranque del mundial. Rosberg no ha dudado en arrebatarle los cuatro primeros Grandes Premios de Australia, Bar¨¦in, China y Rusia. Hasta que lleg¨® la carrera de Montmel¨® del pasado 15 de mayo.
El sem¨¢foro se puso verde a las dos de la tarde de aquel soleado d¨ªa. Hamilton hab¨ªa salido en cabeza, pero Rosberg le arrebat¨® la primera posici¨®n antes de la primera curva. El brit¨¢nico tard¨® pocos segundos en contraatacar. Pis¨® a fondo el acelerador e intent¨® adelantar por el exterior a Rosberg, quien no dud¨® en cerrarle el paso envi¨¢ndole a la hierba. Hamilton perdi¨® el control y acab¨® arrollando a su compa?ero de equipo. Ambos quedaron fuera de combate al filo de la quinta curva. Las dos grandes estrellas contempor¨¢neas de esta inmensa hoguera de las vanidades salieron del percance por su propio pie, pero mandaron al traste el trabajo de un millar de personas en cuesti¨®n de segundos. Los dos fueron llamados a cap¨ªtulo en el cuartel general del equipo. All¨ª les esperaba Toto Wolff, jefe supremo de Mercedes, con cara de pocos amigos. El legendario Niki Lauda, director no ejecutivo de la escuder¨ªa, tild¨® de ¡°inaceptable¡± la agresividad de Hamilton y calific¨® su maniobra como ¡°una estupidez¡±. El aludido enton¨® un mea culpa?ante los mandamases. Toto Wolff advierte a sus cachorros de cara al siguiente Gran Premio de M¨®naco: ¡°Nuestros coches deben llegar a la meta¡±. Para seguir alimentando el monstruo, asegura ante los periodistas: ¡°Seguiremos echando a pelear a nuestros pilotos¡±.
Y as¨ª ocurri¨® dos semanas m¨¢s tarde en el circuito urbano de Montecarlo. Hamilton sali¨® como un toro salvaje en busca del segundo puesto de Rosberg y lo rebas¨® para despu¨¦s merendarse la pole position?de Daniel Ricciardo e imponerse en el podio monegasco. El monoplaza de Rosberg lleg¨® s¨¦ptimo a la meta, dejando la clasificaci¨®n tan ajustada como para haber puesto el liderato en liza este mismo domingo en el Gran Premio de Canad¨¢. Toto Wolff, el hombre que exige tigres para conducir sus m¨¢quinas, disfrutar¨¢ una vez m¨¢s lanzando al cuadril¨¢tero a sus gallos de pelea. Un destino que Nico Rosberg acepta sin pesta?ear. ¡°Toto Wolff quiere que Lewis y yo luchemos entre nosotros ah¨ª fuera. No s¨¦ si ¨¦l tiene tigres o gatos. M¨¢s bien parecemos conejos. ?l tiene dos conejos¡±.
Lewis Hamilton y Nico Rosberg son rivales desde las competiciones de karts de la infancia.
En eso consiste este juego. La rivalidad dentro del propio equipo alimenta un negocio que mueve varios miles de millones de euros, la mayor parte de ellos entre derechos televisivos y comerciales. Farina-Ascari, en los a?os cincuenta del siglo pasado. Villeneuve-Pironi, a principios de los ochenta. Mansell-Piquet, Prost-Senna, Hamilton-Alonso, Vettel-Webber¡ Y ahora, Hamilton-Rosberg. La historia de la f¨®rmula 1 est¨¢ plagada de duelos inolvidables entre compa?eros de escuder¨ªa. Y, por supuesto, de enfrentamientos entre miembros de escuadras enemigas como el que protagonizaron James Hunt y Niki Lauda a mediados de los setenta. Lauda, el actual director no ejecutivo de Mercedes, mito viviente que el 1 de agosto de 1976 sufri¨® un terrible percance en el circuito alem¨¢n de N¨¹rburgring del que hoy arrastra visibles secuelas en su rostro marcado a fuego, siempre ha resumido as¨ª su batalla con Hunt: ¡°Solo ¨¦ramos pilotos toc¨¢ndonos las pelotas. Para m¨ª era de lo m¨¢s normal¡±. Seg¨²n confes¨® Lauda al brit¨¢nico Peter Morgan para su guion de Rush, la pel¨ªcula que recrea su apasionante mano a mano con James Hunt, tan opuesto a ¨¦l, tan mujeriego, tan amante de las fiestas, del alcohol y el tabaco, fue de los pocos del circo?a los que respet¨®. ¡°Y la ¨²nica persona a la que envidi¨¦¡±. Nico Rosberg asegura haber aprendido muchas cosas de Niki Lauda que le ayudan a sobrellevar su historia de amor-odio con Hamilton. ¡°Si Niki me ha advertido sobre algo con respecto a los duelos es no hacer mierda a las personas, porque te vas a volver a encontrar con ellas¡±.
Erik Nico Rosberg coincidi¨® por primera vez con Lewis Hamilton en las carreras infantiles de karting.?Ya entonces representaban la noche y el d¨ªa. Hamilton, un brit¨¢nico negro, hijo de ferroviario, curtido a volantazos en busca de un futuro mejor. Rosberg, un rubianco con cara de pr¨ªncipe, ojos azules y piel clara, que naci¨® en la localidad alemana de Wiesbaden, pero fue criado en M¨®naco entre algodones. Siempre aferrado a la mano de su padre, el finland¨¦s Keke Rosberg. El mismo que conquist¨® el Campeonato Mundial de F¨®rmula 1 en 1982, amante del riesgo extremo y vividor confeso que apuraba cigarrillos hasta el mismo instante de subir al monoplaza. El mismo que hoy sigue la estela de su hijo desde un segundo plano, como mero espectador en compa?¨ªa de sus amigotes, sin admitir preguntas en el ?paddock?para no robar al v¨¢stago ni un ¨¢pice de ?protagonismo.
Nico Rosberg, en sus primeros a?os de corredor de karts y con su padre, el finland¨¦s Keke Rosberg, campe¨®n del mundo de f¨®rmula 1 en 1982.
El heredero dice haber recibido como legado de su padre ¡°la llama por el ¨¦xito¡±. No cree que naciera para correr, pero parec¨ªa dif¨ªcil que hubiera podido esquivar ese destino. ¡°Vengo de una familia con talento para manejar r¨¢pido los coches, aunque podr¨ªa haberme dedicado a otra cosa. A ser jugador profesional de tenis, por ejemplo¡±. Al final, ech¨® los dientes en este negocio. ¡°Es un buen deporte para aprender a vivir. De peque?o me fijaba mucho en Mika Hakkinen. Mi padre era su m¨¢nager, me gustaba mucho c¨®mo compet¨ªa ferozmente contra Michael Schumacher, con quien luego compart¨ª equipo y me contagi¨® la pasi¨®n por todo, no solo por conducir. De Schumacher aprend¨ª a respetar a otras personas. Y la disciplina. Estar cerca de ¨¦l me ayud¨® a comprender por qu¨¦ fue siete veces campe¨®n mundial¡±.
Cuenta la leyenda que, mucho antes de desembarcar en Mercedes como compa?ero del k¨¢iser Schumacher, Rosberg empez¨® a despuntar en las competiciones de karts al sur de Francia. Tras ganar la liga C?te d¡¯Azur en 1996, debut¨® en 1999 en la f¨®rmula A y en 2002 conquist¨® la f¨®rmula BMW con el equipo Viva Racing de su padre. De la f¨®rmula 3 dio el salto a GP2, antesala de la f¨®rmula 1. Su victoria en 2005 le llev¨® a fichar con Williams al a?o siguiente en la categor¨ªa reina del motor. En 2010 aterriz¨® en la casa de las flechas plateadas, donde asumi¨® un papel secundario a la sombra de Schumacher. La llegada de Hamilton en 2013 a su misma escuder¨ªa volvi¨® a unir a dos viejos rivales desde la ¨¦poca del karting.?¡°Probablemente Rosberg es m¨¢s inteligente que Hamilton¡±, tercia el barcelon¨¦s Pedro Mart¨ªnez de la Rosa, excorredor espa?ol de f¨®rmula 1 que ha luchado contra ambos y ahora ejerce de comentarista de este espect¨¢culo en las retransmisiones televisivas de la plataforma Movistar +. ¡°Quiz¨¢ se le ha infravalorado por haber estado al lado de Hamilton, la bestia, y por ser hijo de quien es, por considerarle un ni?o de pap¨¢. Pero es un pilotazo¡±.
Spa-Francorchamps, Austin, Melbourne y ahora Montmel¨®. Son solo algunos de los grandes circuitos del planeta donde este duelo a muerte ha brindado piques memorables. Hamilton es el impetuoso en esta guerra. Rosberg, el amante de la regularidad y el control. Hamilton pone cara de malote, tiene el cuerpo lleno de tatuajes y se rinde ante la est¨¦tica bling bling?de los negros que salen del gueto y logran hacer fortuna. Rosberg despliega modales exquisitos y un rostro angelical, aunque ya no es aquel petit prince?con el cabello rubio cortado a capas de anta?o. La barba de varios d¨ªas y las patas de gallo han endurecido sus facciones. Hamilton est¨¢ soltero y se le atribuyen turbulentas relaciones sentimentales. Rosberg se cas¨® con su novia de toda la vida y es padre de la peque?a Alaia. Los dos rivales viven en M¨®naco. En el mismo edificio. Ambos aseguran que, trat¨¢ndose de un gran bloque de apartamentos de lujo, les resulta f¨¢cil no tener que compartir inc¨®modas conversaciones de ascensor. ¡°M¨®naco es el mejor sitio del mundo para vivir¡±, proclama Rosberg, a quien le une una amistosa relaci¨®n con el pr¨ªncipe Alberto. ¡°Mi mujer y yo seguimos viajando a Ibiza, donde tambi¨¦n tenemos casa, pero todo ha cambiado desde que somos ?padres. No nos vamos tanto de fiesta como antes¡±.
A su mujer, Vivian Sibold, una dise?adora de interiores nacida en Hamburgo, la conoci¨® gracias a la amistad que su familia manten¨ªa con los padres de ella durante los veraneos en la residencia de los Rosberg en Ibiza. Fueron novios 13 a?os antes de contraer matrimonio. Juntos vislumbran un futuro en los negocios inmobiliarios m¨¢s all¨¢ de la f¨®rmula 1. ¡°Mi esposa y yo ya hemos empezado a comprar y alquilar o vender viviendas. Cuando deje de correr, me veo como un emprendedor en otros campos¡±.
Hasta que llegue ese momento, su horizonte m¨¢s cercano es dejar de ser pr¨ªncipe y coronarse rey. De que lo logre puede depender la prolongaci¨®n de su actual contrato, que acaba a finales de 2016. Hamilton ya ha rubricado, en cambio, una sonada renovaci¨®n para los pr¨®ximos tres a?os. Forbes?estima que los honorarios del brit¨¢nico pueden rondar los 42 millones de euros por temporada. El pasado mes de octubre, la publicaci¨®n Business Book, que investiga los negocios del circo, revel¨® un informe sobre los sueldos de los pilotos en el que se atribu¨ªan a Rosberg unas ganancias de 13,5 millones de euros anuales. ¡°Nico es parte de la familia Mercedes desde 2010¡±, proclama el gerifalte Toto Wolff desde su cuartel general. ¡°En su momento nos sentaremos a hablar sobre su futuro. Este equipo es m¨¢s grande que ninguna individualidad. Nico tiene el hambre del ganador, pero a¨²n es pronto para decir que este a?o ser¨¢ campe¨®n del mundo¡±. Mientras tanto, en los corrillos del paddock?se rumorea sobre un posible fichaje de Rosberg en Ferrari si Kimi Raikkonen no sigue corriendo en 2017 con il cavallino rampante.?Niki Lauda ya se ha pronunciado: ¡°?Por qu¨¦ iba a ir a Ferrari? Siempre ser¨ªa segundo [a la sombra del tetracampe¨®n mundial Sebastian Vettel]¡±. Rosberg no quiere entrar al trapo de la pol¨¦mica sobre su continuidad en Mercedes, pero asegura mantener al respecto ¡°una posici¨®n que refuerza el futuro¡±.
Tras la era de dominaci¨®n de los corceles del equipo Red Bull, Mercedes se ha impuesto los dos ¨²ltimos a?os en el mundial de constructores y en el de pilotos. Rosberg lidera ahora la clasificaci¨®n por un ajustado margen con respecto a su enemigo ¨ªntimo. Quedan 15 citas del torneo para saber si este ser¨¢ el a?o de la revancha. Hamilton seguir¨¢ pidiendo a Dios que le d¨¦ fuerzas antes de cada nueva batalla, mientras que Rosberg mantendr¨¢ su ritual previo de enchufarse los cascos en la habitaci¨®n del motorhome, decorada en tonos claros por su esposa, para escuchar beats?electr¨®nicos producidos por Calvin Harris y Swedish House Mafia.
Antes de ponerse la m¨²sica a tope en el circuito de Montmel¨® semanas atr¨¢s, Nico Rosberg exudaba tensi¨®n. Durante un encuentro con ¨¦l organizado por Hugo Boss, firma de moda a la que presta su imagen a cambio de engrosar sus ingresos, insist¨ªa en no sentirse identificado con el aura de perfeccionismo y elegancia que parece proyectar. ¡°No me veo como un hombre anuncio. Lo que de verdad me gustar¨ªa es convertirme en una especie de padrino al estilo de las grandes familias italianas. Me veo rodeado de hijos, aunque esto es algo en lo que mi esposa y yo no estamos de acuerdo. Tendremos que negociar¡±. Quiz¨¢ lo que terminaba de torcerle el gesto durante las horas previas a la agresiva maniobra con la que Lewis Hamilton le dej¨® tirado en la cuneta era algo tan sencillo como el miedo. Un sentimiento muy humano y razonable antes de ponerse a zumbar a 300 kil¨®metros por hora. ¡°No me gustar¨ªa que un hijo m¨ªo siguiera mis pasos. Llegado el caso, tratar¨¦ de apuntarle a clases de golf o de algo muy distinto a lo que yo hago. Este deporte es un peligro. No he sentido la muerte de cerca. Pero veo el peligro a cada instante¡±.
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