No hay que obsesionarse con las recomendaciones de la OMS
El trabajo de organismos globales como la IARC no es menor, y de hecho, es crucial
Antes de llevarse a los labios una evaluaci¨®n de la IARC es conveniente dejarla enfriar medio minuto.
Luego uno puede sorberla con calma, apreciando sus matices. El primer sorbo es agradable: esta vez la Agencia de la OMS nos tranquiliza. Con fundamento. Sus expertos son investigadores de primer nivel, trabajan de forma sistem¨¢tica, exhaustiva, rigurosa, independiente y transparente. Han analizado a fondo m¨¢s de un millar de estudios, que se dice pronto; aproximadamente la mitad de ellos en laboratorios y el resto en poblaciones humanas que viven y consumen caf¨¦s de todo tipo en sociedades reales. El trabajo de organismos globales como la IARC no es chicoria, es crucial. Y pocas veces o nunca est¨¢ al alcance de los poderes locales.
Tambi¨¦n sabe bien que los conocimientos cient¨ªficos cambien. En las ¨²ltimas d¨¦cadas hemos aprendido un mont¨®n de cosas. Por ejemplo, c¨®mo hacer mejores estudios; con frecuencia, superando errores, como los que se cometieron con el caf¨¦ y el c¨¢ncer de p¨¢ncreas o el de vejiga urinaria. Tambi¨¦n, integrando mejor conocimientos biol¨®gicos, cl¨ªnicos y epidemiol¨®gicos. Mientras tanto tambi¨¦n han mejorado muchos cultivos, tuestes y, por ende, los caf¨¦s que compramos, c¨®mo los preparamos y consumimos. Podemos disfrutar de muchos cambios buenos. Aunque nada es perfecto.
Los conocimientos cient¨ªficos cambian. En las ¨²ltimas d¨¦cadas hemos aprendido c¨®mo hacer mejores estudios; con frecuencia, superando errores e integrando mejor conocimientos biol¨®gicos, cl¨ªnicos y epidemiol¨®gicos"
En la evaluaci¨®n de la IARC hay un poso de incertidumbre. La ciencia es lo que tiene. As¨ª la vida. Tranquilidad. Tampoco hace falta que cada d¨ªa estemos pendientes de cada nuevo estudio, podemos esperar a evaluaciones que cada cierto tiempo aquilatan lo que se ha aprendido.
No todo da c¨¢ncer: ?bien!. El caf¨¦, tampoco. Desde un punto de vista m¨¦dico y pr¨¢ctico tiene poco sentido cavilar si beber caf¨¦ disminuye o aumenta un poco este c¨¢ncer o aqu¨¦l (endometrio, h¨ªgado, vejiga).
Valorar lo pr¨¢ctico no est¨¢ re?ido con apreciar la belleza de lo cient¨ªfico; por ejemplo, la de los fascinantes mecanismos qu¨ªmicos y fisiol¨®gicos. ?La cafe¨ªna induce su propio metabolismo! E influye de forma asombrosa en docenas de procesos moleculares, celulares y fisiopatol¨®gicos: act¨²a sobre los controles del ciclo celular y la apoptosis (muerte celular programada), sobre la reparaci¨®n de lesiones del ADN, sobre el metabolismo y la excreci¨®n de cancer¨ªgenos y mil metabolitos. El encanto de los estudios mecan¨ªsticos no est¨¢ re?ido con la maravilla del d¨ªa a d¨ªa: nos levantamos, sorbemos un caf¨¦ y nos echamos al monte. Entremedias, si se tercia, un buen beso.
Y el sinf¨ªn de sustancias que contienen los centenares de caf¨¦s distintos que bebemos en el mundo, sus miles de aromas. Las fascinantes seculares culturas del caf¨¦ en el mundo, y esos gestos comunes que al beberlo nos hermanan en la aldea.
Saboreemos pues la noticia, sorbo a sorbo, con perspectiva. Pensando tambi¨¦n en otros trastornos cuyo riesgo el caf¨¦ tampoco aumenta. Y en los que s¨ª, pues suele potenciar el nerviosismo o la ansiedad subyacente. O una absurda dependencia psicol¨®gica (todos conocemos alg¨²n esclavo del caf¨¦), y malestar. En algunas personas, insomnio. Cuando dormir tantos males alivia. No nos obsesionemos con la salud, pensemos tambi¨¦n en el gusto, en la compa?¨ªa y en lo pr¨¢ctico: funcionar cada d¨ªa, despiertos. Si te place, bebe caf¨¦ con moderaci¨®n; ya eres mayor para saber cu¨¢ntas tazas y a qu¨¦ horas. Disfruta del oficio de vivir y de ese arte o rito ¨Ctomar caf¨¦¨C, a tu manera.
Miquel Porta es catedr¨¢tico de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona e investigador en el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones M¨¦dicas (IMIM).
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