El reto de comer lo hecho en casa
La agricultura y ganader¨ªa de proximidad toman impulso en Espa?a. Sin embargo, la normativa sanitaria supone un obst¨¢culo para quienes venden carne o alimentos elaborados
S¨¢bado por la ma?ana en Barcelona. Los vecinos y turistas pasean por la pla?a de Sant Agust¨ª Vell, en pleno distrito barcelon¨¦s de Ciutat Vella. Mientras algunos optan por pasar la ma?ana en alguno de los caf¨¦s del lugar, otros se detienen en la plaza. ?La raz¨®n? El mercado ecol¨®gico al que acuden, cada fin de semana, agricultores, ganaderos y elaboradores. Es el caso de Mel, pastor de una explotaci¨®n cercana a Ripoll (Girona). Este italiano vende, en cierto sentido, una vuelta a los or¨ªgenes: quesos artesanos hechos con leche cruda y pasteurizada, de vacas que pastan por el Prepirineo. Nada de ganader¨ªa estabulada. Un modelo que, asegura, da para vivir el d¨ªa a d¨ªa. Pese a la legislaci¨®n. ¡°Yo tengo entre 25 y 30 vacas, que est¨¢n pastando d¨ªa y noche. Vienen a casa solo para mu?ir. El Departamento de Agricultura las considera semi-intesivas porque solo son lecheras y comen pienso. ?La ense?an a las nietas de Josep [Orra, propietario de la granja] que la ganader¨ªa extensiva no existe! La normativa est¨¢ hecha para una explotaci¨®n de 200 vacas estabuladas¡±, lamenta este pastor de 40 a?os.
La historia de Mel no es una excepci¨®n. Entre los agricultores y ganaderos que quieren optar por los canales cortos de distribuci¨®n ¨Cventa directa o comercializaci¨®n a trav¨¦s de un solo intermediario¨C, la cr¨ªtica a la normativa es habitual. M¨¢s a¨²n si optan por las carnes, o alimentos elaborados como los quesos. La normativa sanitaria, aseguran, est¨¢ pensada para la venta de grandes cantidades de alimentos, en explotaciones de un cierto tama?o. Justo lo contrario del modelo en el que trabajan estas empresas.
Los reglamentos comunitarios establecen la normativa base, con menos requisitos para los cultivos. Sin embargo, los Estados pueden establecer excepciones para ¡°la transformaci¨®n artesanal de alimentos¡±, explica Daniel L¨®pez, investigador de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla y miembro de ecologistas en Acci¨®n. El objetivo es conseguir que ganaderos y productores de alimentos elaborados cumplan con la normativa sanitaria sin asumir costosas inversiones, siempre que su actividad se limite a la venta en canales cortos: ¡°En pa¨ªses como Francia e Italia se han desarrollado excepciones, pero en Espa?a no¡±.
Abundan los ejemplos de esta diferencia. ¡°En Austria hay mataderos a pie de finca, cosa imposible en Espa?a¡±, menciona Ignacio Mancebo, investigador de la entidad Agroecolog¨ªa, Soberan¨ªa Alimentaria y Desarrollo Rural (ASACAM). El estudio Canales cortos de comercializaci¨®n en el sector agroalimentario del Ministerio de Agricultura, cita el caso de Italia, que admite excepciones para la producci¨®n de menos de 10.000 aves al a?o, y su venta en comercios locales de la provincia y el departamento lim¨ªtrofe.
Fernando Burgaz, director general de Ind¨²stria Alimentaria, explica que el Ministerio de Agricultura est¨¢ trabajando a trav¨¦s de la Agencia Espa?ola de Consumo, Seguridad alimentaria y Nutrici¨®n una normativa pensada para las explotaciones peque?as, ¡°con el objetivo de garantizar el cumplimiento de la normativa sanitaria¡± en estas. Recuerda tambi¨¦n que el Ministerio cuenta con ¡°l¨ªneas de ayuda espec¨ªficas para producciones ecol¨®gicas¡± donde, asegura, el uso de canales cortos de comercializaci¨®n es pr¨¢ctica habitual. Burgaz a?ade que la normativa estatal se tendr¨¢ que adaptar a un nuevo reglamento de la producci¨®n ecol¨®gica, en preparaci¨®n en la Uni¨®n Europea.
La legislaci¨®n auton¨®mica tampoco favorece a este tipo de explotaciones. ¡°Normativas de venta directa han salido algunas en Navarra y Catalu?a, pero son poco espec¨ªficas. Si bien intentan promover marcas [locales como Denominaciones de Origen], ninguna se mete en la normativa higi¨¦nico-sanitaria, que es la clave¡±, asegura L¨®pez.
Un ejemplo de esta pol¨ªtica es el distintivo de venta de proximidad que la Generalitat de Catalu?a lanz¨® en 2013. Su objetivo es proporcionar una marca que distinga a los productos comercializados de forma directa, o a trav¨¦s de un solo intermediario, del resto de la oferta. ¡°2.000 productores ya disponen de este¡±, asegura Joan Godia, subdirector del Departamento de Agricultura. Entretanto, el Departamento cuenta con ¡°una l¨ªnea de ayudas para circuitos cortos dentro de los planes de desarrollo rural, para que los payeses se puedan asociar¡± y comercializar sus productos.
Pese a estas dificultades, los ¨Cescasos¨C datos disponibles apuntan al crecimiento del sector en Espa?a. El estudio Canales cortos de comercializaci¨®n del Ministerio de Agricultura inclu¨ªa una encuesta a agricultores, ganaderos y elaboradores que optaban por la venta de proximidad. El 26% de ellas empezaron su andadura entre 2010 y 2013, fecha de publicaci¨®n del trabajo. En el caso de aquellos que optan por la comercializaci¨®n a trav¨¦s de internet, el 51% de ellos empezaron en 2010.
Un proyecto que ha optado por el comercio electr¨®nico es Punt de Sabor, iniciativa de la Uni¨® de Llauradors, sindicato agrario valenciano. ¡°En 2011 presentamos un proyecto al Ministerio de Agricultura para obtener una peque?a subvenci¨®n. Nos dieron 300.000 euros para desarrollar el proyecto, y comenzamos a dise?ar un centro log¨ªstico. R¨¢pidamente abrimos una tienda en el centro de Valencia, y en 2013 una tienda online¡±, explican fuentes de la organizaci¨®n. Paralelamente, el sindicato puso en marcha una red de ¡°puntos de recogida intermedios¡±, establecimientos independientes a los que los interesaba sumarse para atraer m¨¢s clientes. Gracias a esta combinaci¨®n de comercio electr¨®nico e infraestructura f¨ªsica, la iniciativa, que naci¨® para que los miembros del sindicato pudieran vender su producci¨®n a trav¨¦s de una plataforma log¨ªstica propia, ha crecido hasta incorporar a productores ecol¨®gicos de Valencia y otras partes del Estado. En paralelo, su n¨²mero ha crecido de 25 a 200 productores.
El n¨²mero de empresas implicadas en el sector de la agricultura y ganader¨ªa ecol¨®gicas, por otra parte, parece haber gozado de un crecimiento notable en los ¨²ltimos a?os, pasando de 17.688 a 33.539 operadores entre 2004 y 2014, seg¨²n datos del Ministerio, pese a sufrir un cierto estancamiento en los ¨²ltimos cuatro a?os. Este tipo de explotaciones, seg¨²n los expertos consultados para esta informaci¨®n, suelen optar en mayor medida por la venta en corto o de kil¨®metro cero.
?Qui¨¦n suele optar por la agricultura y ganader¨ªa de proximidad? Entre aquellos que lo hacen, y escogen adem¨¢s la producci¨®n ecol¨®gica, Mancebo distingue dos grupos de perfiles. De un lado est¨¢n ¡°personas que inician una actividad, gente joven y de entornos urbanos. O gente de entornos rurales que ha pasado mucho tiempo fuera y vuelve¡±, as¨ª como mujeres que ven en este tipo de producci¨®n un modelo m¨¢s accesible que la industria agroalimentaria convencional. El otro grupo lo componen ¡°agricultores y ganaderos ya en activo, que se dan cuenta que el actual modelo les lleva a dejar la actividad en unos a?os, por los precios¡±.
Existe una gran variedad de canales de comercializaci¨®n. Desde tiendas barrio hasta ¡°mercadillos de productores¡±, pasando por ¡°la venta a pie de finca, en el propio local, el servicio a domicilio, las cooperativas de consumidores¡± o la restauraci¨®n y la hosteler¨ªa, explica Mancebo. Algunos programas, como la iniciativa Agricultura de Responsabilidad Compartida de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, apuestan por varios de ellos, fomentando que productores y consumidores creen distintos tipos de relaci¨®n directa. ¡°En algunos sitios podr¨¢ ser un mercado de productores de fruta y hortalizas. En otros habr¨¢ un lugar de reparto [donde los consumidores puedan recoger el producto]¡±, explican fuentes de la organizaci¨®n.
?Qu¨¦ canal funciona mejor? L¨®pez apunta, sobre todo, a las cooperativas de producci¨®n y consumo, donde los miembros de la red ¡°pagan una cantidad fija al mes¡± para recibir una cesta de alimentos. Tampoco se pueden excluir los peque?os comercios y supermercados apoyados por redes de productores. ¡°Otros canales, que empiezan a ser importantes, son los mercadillos y las ferias de productores, sobre todo en Catalu?a y Euskadi. En Zaragoza tambi¨¦n¡±. El potencial de estos ¨²ltimos canales, explica el investigador de la Universidad Pablo Olavide, reside en que pueden ayudar a visibilizar la oferta, sobre todo ¡°cuando la Administraci¨®n local permite que se sit¨²en en zonas c¨¦ntricas, de tr¨¢nsito peatonal¡±.
Es el caso de mercados de pay¨¦s como los que hay, cada fin de semana, en los municipios del Prat y Cornell¨¤ de Llobregat (Barcelona). En estos mercados, organizados por el Parque Agrario de la comarca del Baix Llobregat, los agricultores del Parque y los municipios de la zona, los labradores comercializan directamente su producto. Este, que puede ser ecol¨®gico o no, tiene que proceder del recinto agr¨ªcola.
En Cornell¨¤, por ejemplo, las tiendas ocupan una soleada plaza de arena, en medio del parque de Can Mercader. Cientos de familias acuden al parque para disfrutar de la ma?ana. Y algunas de ellas aprovechan el momento para comprar. Decenas de zanahorias se alinean sobre la mesa de Arturo Arenols, junto a r¨¢banos, nabos, lechugas, coliflores y patatas. La luz de sol, que ya se acerca a mediod¨ªa, resalta los colores. La oferta es parecida al del resto de las seis paradas del lugar, con la excepci¨®n de un comerciante de cerezas y fresas. Un cliente de aspecto cercano a la cincuentena se le acerca con paso en¨¦rgico.
¨C?Tienes tomates cherry? ?C¨®mo estaban!
¨CSon muy peque?itos, pero est¨¢n muy bien. A lo mejor la semana que viene.
¨CMe has fallado nene. ?Les ech¨¦ un poco de sal, los prob¨¦ y c¨®mo estaban!
Arenols, de 35 a?os, bromea con el cliente. Asegura que ¡°la gente prueba, y vuelve a preguntar¡±. ?l, explica, ha optado por la ¡°agricultura tradicional, con adobe de caballo y de cabra¡±, evitando los pesticidas all¨ª donde no sean imprescindibles para la supervivencia del cultivo. Aunque reconoce que no cuenta con la certificaci¨®n de productor ecol¨®gico porque ¡°hay que dejar la tierra sin hacer nada durante a?os¡±.
En El Prat la localizaci¨®n es, si cabe, a¨²n m¨¢s c¨¦ntrica. Sergi Alegre, teniente de alcalde del municipio, asegura que su situaci¨®n ¨Cla plaza Pau Casals, en medio del n¨²cleo urbano y al lado de una estaci¨®n de la reci¨¦n inaugurada l¨ªnea 9 del suburbano¨C es fundamental. ¡°Es c¨®modo para ir a pie, y desde que inauguraron el metro viene gente de Barcelona. Para los comerciantes tambi¨¦n, porque pueden llegar sin problemas con sus caminos¡±, reflexiona. Los tenderos aprovechan para vender lo que queda ¨Chortalizas como alcacochofas o los primeros tomates de la temporada; pero tambi¨¦n huevos de las granjas locales¨C a la gente del lugar. Pronto apenas quedar¨¢n los restos. Y es que, seg¨²n fuentes del Ayuntamiento, los 10 tenderos reciben cada s¨¢bado ¡°entre 800 y 1.000 personas¡±.
De momento, asistir al mercado compensa a los payeses del Parque Agrario. Al menos, este es el caso de Agust¨ª Garc¨ªa. ¡°Estoy desde que esto empez¨® a funcionar, hace tres a?os. Cada vez ha ido a m¨¢s, y viene gente joven a comprar porque saben que lo que hay es bueno¡±, asegura satisfecho este pay¨¦s de tez morena. Como Arenols, ha optado por la agricultura tradicional, aprovechando la capacidad del ecosistema para autorregularse. ¡°Nosotros no matamos las mariquitas. Dejamos que estas se coman los pulgones¡±, comenta a modo de ejemplo Garc¨ªa, de 36 a?os.
El n¨²mero de empresas implicadas en el sector de la agricultura y ganader¨ªa ecol¨®gicas ha experimentado un crecimiento notable en los ¨²ltimos a?os
?D¨®nde han crecido m¨¢s estas iniciativas? Catalu?a, Andaluc¨ªa, Pa¨ªs Vasco y Pa¨ªs Valenciano son, seg¨²n las fuentes consultadas para esta informaci¨®n, las Comunidades donde el sector se ha expandido m¨¢s. En buena medida por la pol¨ªtica de los Gobiernos regional, asegura Mar Cabanes, investigadora de ASACAM. Sobre todo si va m¨¢s all¨¢ de la puesta en marcha de medidas aisladas. Pone el ejemplo de Andaluc¨ªa durante el pacto de Gobierno entre el PSOE e Izquierda Unida, donde el apoyo a la agricultura ecol¨®gica se acompa?¨® de campa?as para promocionar su consumo, al tiempo que la Administraci¨®n optaba por ¡°la compra p¨²blica¡± de este tipo de alimentos: ¡°Se introdujeron alimentos ecol¨®gicos locales en hospitales, y se trabaj¨® el tema de las alimentaci¨®n en los colegios¡±. L¨®pez le pone cifras: 150 centros educativos de primaria e infantil y dos centros hospitalarios en Ja¨¦n y Granada.
Que el territorio est¨¦ densamente poblado y cuente con una potente sociedad civil, como en Catalu?a y Pa¨ªs Vasco, tambi¨¦n ayuda. ¡°Es mucho m¨¢s f¨¢cil establecer relaciones entre agentes cuando hay tejido social, porque hablamos de proyectos basados en la participaci¨®n ciudadana¡±, a?ade Mancebo. El hecho de que la peque?a finca sea a¨²n habitual en estas Comunidades, asimismo, es otro factor, en tanto que los peque?os productores est¨¢n m¨¢s interesados en cultivar las relaciones de proximidad con los clientes, a?ade el investigador.
As¨ª sucedi¨® con la red Nekasarea de grupos de consumo, que el sindicato agrario Ehne puso en marcha en Bizkaia hace 10 a?os. Desde hace cinco ha crecido con mayor rapidez, en buena medida porque con la crisis mucha gente joven ha vuelto al campo, asegura Isabel ?lvarez, t¨¦cnica del sindicato: ¡°Hay una circunstancia, que es una densidad de poblaci¨®n elevada. Da una cercan¨ªa mayor entre la poblaci¨®n rural y urbana [y facilita que las personas se coordinen para poner en marcha iniciativas]¡±. Actualmente ¡°hay 900 familias o unidades de consumo¡± en la red, explica.
Sin embargo, tambi¨¦n estas iniciativas surgen en Comunidades con poco peso agr¨ªcola. En el caso de Madrid, el tama?o de la poblaci¨®n ha favorecido la puesta en marcha de proyectos de venta directa de los productos de la regi¨®n, est¨¦n o no los negocios certificados como explotaciones ecol¨®gicas. El Mercado de Productores, que se celebra cada mes desde hace dos a?os, cuenta con una afluencia cercana a las 30.000 personas. ¡°Estamos estudiando con el Ayuntamiento la creaci¨®n de otro mercado en la zona norte de Madrid¡±, avanza Jos¨¦ Manuel Jurado, presidente de la empresa organizadora del evento. Un ¨¦xito parecido se observa en el D¨ªa de Mercado que la C¨¢mara Agraria de Madrid organiza cada mes, desde hace cinco a?os. ¡°En la primera edici¨®n hab¨ªa 35 expositores. Ahora son entre 60 y 65, los que nos caben. Hemos tenido que organizar rotaciones porque no pueden venir todos¡±, explica Mar¨ªa Teresa Ni?o, secretaria de la C¨¢mara Agraria.
?Cu¨¢les son las perspectivas de futuro del sector? A juzgar por los datos, cabe esperar que este siga creciendo, pero la lista de retos es amplia. M¨¢s all¨¢ de la necesidad de adaptar la normativa, los expertos apuntan a otros retos. Uno de ellos, explica L¨®pez, investigador de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla, es el coste de mantener una red de distribuci¨®n poco tupida, con ¡°bastante distancia¡± entre los puntos de comercializaci¨®n.
Tambi¨¦n es importante avanzar en la pata de los mercados de abastos. L¨®pez cita el caso del de San Fernando, en el barrio madrile?o de Lavapi¨¦s: ¡°Mientras que lo habitual ha sido convertirlos en sitios chic [y pensados como lugares de recreo], la asociaci¨®n de comerciantes ha apostado por producto local, y por un enfoque social, con espacios para ni?os¡±. ¡°No todos los mercados pueden ser como el de San Miguel¡±, concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.