El ISIS como chivo expiatorio
Los ¡®neocons¡¯ y los liberales intervencionistas convergen en el dise?o de la nueva pol¨ªtica exterior de Estados Unidos. El punto crucial es escoger a Ir¨¢n como fuente de todas las ¡°tensiones regionales¡± y mantener las bases del Golfo
Luchar contra el llamado Estado Isl¨¢mico (ISIS, en sus siglas en ingl¨¦s), seg¨²n la versi¨®n que circula en Occidente y en los Estados sun¨ªes del Golfo, est¨¢ empezando a ser visto como algo ¡°abiertamente sectario¡±, como escribi¨® en el Financial Timesel comentarista sobre Siria, con base en Washington, Hassan Hassan. Los combates en Faluya y la previsible batalla para hacerse con Raqa, observ¨®, ¡°ofrecen al ISIS la oportunidad de presentarse como custodio de lo sun¨ª, especialmente en Irak, donde se ha establecido como el ¨²nico grupo de militancia sun¨ª capaz de hacer frente a las tropas que apoyan a un Gobierno dominado por chi¨ªes¡±.
Se trata de un relato que est¨¢ ganando terreno en Washington mientras la Administraci¨®n se esfuerza por disfrazar a sus aliados en el norte de Siria, bajo el predominio de las Unidades de Protecci¨®n del Pueblo kurdas (YPG), como algo nacional y no sectario. De hecho, EE?UU se muestra sumamente susceptible a esa acusaci¨®n. El ISIS, en su guerra contra la apostas¨ªa, sustancialmente est¨¢ siguiendo la doctrina de Muhammad ibn Abd al-Wahab, uno de los fundadores de Arabia Saud¨ª.
Luchar contra el ISIS no es antisun¨ª. Luchar contra el ISIS es estar contra las resucitadas doctrinas de Wahab. El influyente comentarista iraqu¨ª Hayder al-Joei lo recalc¨® en un reciente editorial: ¡°La punta de lanza en Faluya no es un grupo paramilitar respaldado por Ir¨¢n, sino el Servicio Contraterrorista, creado en Estados Unidos, con sus cuerpos especiales de ¨¦lite entrenados all¨ª, y conocidos localmente como la Golden Division. Estas fuerzas, adem¨¢s de ser una unidad mixta compuesta por sun¨ªes y chi¨ªes, est¨¢n encabezadas por un mando kurdo¡±. En resumen, esa ef¨ªmera narraci¨®n global se compadece mal con los hechos sobre el terreno, donde hay mucho menos sectarismo del que pretende la versi¨®n Golfo-occidental.
Pero dej¨¦moslo pasar. Esta versi¨®n sirve a otro prop¨®sito m¨¢s oscuro. Tiene mucho que ver con la b¨²squeda y la articulaci¨®n, como apunta Jim Lobe, del punto de intersecci¨®n entre el intervencionismo liberal y el neoconservadurismo. Esta intersecci¨®n es el tema de un informe del pasado 16 de mayo del Centro para la Nueva Seguridad Americana (CNAS).
Es, en cierto modo, la r¨¦plica de las dos alas intervencionistas de la pol¨ªtica estadounidense a la iconoclastia de Trump en pol¨ªtica exterior. Y, escribe Lobe, ¡°es razonable predecir que el informe antes mencionado sea probablemente la mejor gu¨ªa hasta la fecha de la que una presidencia de Hillary Clinton quiera dotarse para la pol¨ªtica exterior del pa¨ªs¡±.
Arabia Saud¨ª es tibiamente reprendida por ayudar a radicalizarse a los islamistas sun¨ªes
El informe versa sobre c¨®mo mantener la hegemon¨ªa de Estados Unidos, lo que implica mantener y expandir el orden geofinanciero tanto como el orden pol¨ªtico. Vuelve a plantear, con un lenguaje m¨¢s matizado, muchas de las ideas que subyacen al concepto del siglo americano y al orden mundial unipolar dirigido por EE?UU.
?Qu¨¦ tiene esto que ver con la propagaci¨®n del meme de que la guerra contra el ISIS es una disfrazada guerra sectaria contra el islam sun¨ª? Pues mucho. Consideremos lo que dice el informe:
¡°EE?UU deber¨ªa adoptar una estrategia integral, empleando una adecuada mezcla de recursos militares, econ¨®micos y diplom¨¢ticos para debilitar y vencer las ambiciones hegem¨®nicas de Ir¨¢n en el Gran Oriente Pr¨®ximo. Ya sea en L¨ªbano, Yemen, Siria o Bahrein, las ambiciones a largo plazo de Teher¨¢n deber¨ªan tenerse en cuenta como una amenaza a la estabilidad, que est¨¢ en el inter¨¦s de EE?UU afrontar y disuadir. La pr¨®xima Administraci¨®n tiene que dejar meridianamente claro que no tiene inter¨¦s en proseguir con una estrategia que contempla un significativo repliegue militar estadounidense en la regi¨®n. Al contrario, el Golfo P¨¦rsico deber¨¢ ser considerado una regi¨®n de inter¨¦s vital para la seguridad de Estados Unidos. (...) Tambi¨¦n rechazamos el intento de Ir¨¢n de culpar a otros por las tensiones regionales que ellos est¨¢n agravando, as¨ª como sus campa?as p¨²blicas para demonizar al Gobierno de Arabia Saud¨ª¡±.
La ¨²ltima frase es realmente sorprendente. ?As¨ª que la extensi¨®n del wahabismo cultural y militante no tiene nada que ver con la tensi¨®n en la regi¨®n? Aqu¨ª vemos que el punto crucial de la pol¨ªtica exterior conjunta de neocons y liberal-intervencionistas para Oriente Pr¨®ximo es el de escoger a Ir¨¢n como fuente de todas las ¡°tensiones regionales¡± y, en segundo lugar, mantenerse en las bases estadounidenses del Golfo: para ¡°hacer una demostraci¨®n de fuerza mediante una serie de diferentes misiones, e imponerse¡±.
Arabia Saud¨ª es tibiamente reprendida en el informe del CNAS por haber ayudado a radicalizarse a los grupos islamistas sun¨ªes en el pasado, pero el reino es aplaudido por su cooperaci¨®n policial y de inteligencia. Queda muy claro que est¨¢ en marcha una remodelaci¨®n del estatus de Arabia Saud¨ª como aliado de EE?UU y que esa rehabilitaci¨®n es vista como integral.
Los Estados del Golfo est¨¢n listos para una normalizaci¨®n de relaciones con Israel
Puede, sin embargo, que tengamos todo el derecho a preguntarnos por qu¨¦ esas eminencias de la pol¨ªtica exterior deber¨ªan adherirse a lo que muchos ven como una posici¨®n un tanto retr¨®grada. Promover a Arabia Saud¨ª y a los Estados del Golfo como aliados clave de EE?UU parecer¨ªa ir a contracorriente de las pulsiones actuales, incluidas las del Congreso. Lo mismo que mantener el collar de (costosas) bases militares estadounidenses alrededor del globo para poder proyectar el poder militar norteamericano. ?No est¨¢n cansados los norteamericanos de una guerra inacabable?
No es que los autores del informe no capten esos argumentos, pero si esos neocons han demostrado alguna constancia esa ha sido la de su inquebrantable apoyo a Israel. Creen que los Estados del Golfo est¨¢n listos para una normalizaci¨®n de relaciones con Israel y desean hacer un provechoso negocio con ello. Lo que se interpone en el camino de ese acercamiento, en opini¨®n de los neocons, es la vehemente oposici¨®n de Ir¨¢n, Siria y Hezbol¨¢, as¨ª como su capacidad de inflamar a la opini¨®n p¨²blica de todo el mundo musulm¨¢n en favor de los palestinos.
As¨ª que ?cu¨¢l es la conclusi¨®n final de todo esto? La de que el ISIS es el consensuado chivo expiatorio para que todos lo vapuleen sin excepci¨®n, pero que su esp¨ªritu ¡ªel neowahabismo¡ª no ha de ser erradicado. Es muy ¨²til para los intereses de Arabia Saud¨ª, de Turqu¨ªa y de Occidente para debilitar a El Asad, as¨ª como para contener a Ir¨¢n y luchar contra Hezbol¨¢.
?Llegar¨¢ el informe, como el neocon Proyecto para el Nuevo Siglo Americano, a formar la base de la pol¨ªtica exterior estadounidense si un dem¨®crata gana las pr¨®ximas elecciones? Posiblemente, s¨ª.
Pero hay tambi¨¦n un intangible sentimiento de algo demod¨¦ en esas prescripciones pol¨ªticas, una sensaci¨®n de que pertenecen a una era anterior. La actual campa?a presidencial, con toda su iconoclastia y su evidencia de un extendido miedo popular hacia el statu quo, sugiere que semejante repetici¨®n del pasado no es sostenible.
Alastair Crooke es antiguo agente del MI6 y autor de Resistence: The Essence of Islamic Revolution.? 2016 The Worldpost/Global Viewpoint Network. Distribuido por Tribune Content Agency, LLC.Traducci¨®n de Juan Ram¨®n Azaola.
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