Reivindicar con lentejuelas
Los desfiles de hombre de La Semana de la Moda de Mil¨¢n reconocen que la moda es frivolidad, pero tambi¨¦n que la frivolidad puede ser un arma
Ahora que lo que se lleva es la autenticidad, ya no est¨¢ tan de moda vestirse mucho en los desfiles. En la primera fila hay m¨¢s Vans con vaqueros rotos que trajes. Es el signo de los tiempos y la influencia de creadores como Gosha Rubchinskiy: su presentaci¨®n la semana pasada, en la feria Pitti de Florencia, demuestra el momento dulce que vive la est¨¦tica de la rebeld¨ªa juvenil. Por eso resulta gracioso que los desfiles de hombre de La Semana de la Moda de Mil¨¢n, por ahora, est¨¦n siendo m¨¢s bien orgullosamente fr¨ªvolos.
Dsquared llevan varias temporadas reivindicando su capacidad de reinventar cualquier prenda del armario masculino, da igual si son trajes, camisetas o los vaqueros que empezaron, y sobre los que han construido un imperio que acaba de cumplir veinte a?os. Esta vez la inspiraci¨®n era skin de cintura para arriba y glam de cintura para abajo. Camisas ce?idas de cuadros y cazadoras militares con estampado de damero y, en los pies, unas botas de tac¨®n con plataforma que habr¨ªan hecho de Marc Bolan un hombre feliz.
Seg¨²n avanzaba el desfile la cosa crec¨ªa. Las parcas mods se cubr¨ªan de lentejuelas (una tendencia inesperada para la pr¨®xima temporada) y las botas, de purpurina; al final, Dan y Dean Caten, los gemelos id¨¦nticos que fundaron la marca, sal¨ªan a saludar del brazo, desfilando con sendas plataformas y tiras con la bandera gay que ondeaban al viento: una celebraci¨®n de la diferencia y el hedonismo en pleno luto tras el atentado de Orlando.
Donatella Versace, que tambi¨¦n sabe un par de cosas sobre la moda como evasi¨®n, supo poner a la audiencia a tono antes de su desfile con un v¨ªdeo de su amigo Bruce Weber: Gigi Hadid, Karlie Kloss y un nutrido casting de modelos bien alimentados, filmados con la habitual alegr¨ªa de vivir del fot¨®grafo y cineasta. La ropa tambi¨¦n era digna de celebrar: fluida, a veces elegante y a veces deportiva, discreta de colorido pero en ocasiones semitransparente. Al son de rarezas de Prince (una, con un estribillo que dec¨ªa: versace!), Donatella demostr¨® que la suya ya no es la ca¨®tica empresa familiar que una vez fue, y que su disciplina ha dado resultados a todos los niveles.
Un poco antes en el d¨ªa de ayer, Dolce & Gabbana hab¨ªan presentado su fantas¨ªa de cada temporada, esta vez, inspirada por una visi¨®n de jazz en Palermo. Entre l¨¢mparas doradas art d¨¦co, hubo estampados de saxof¨®n y teclas de piano, sastrer¨ªa para todos los gustos, grandes abrigos tipo g¨¢nster y esm¨®quines de lentejuelas (?ven lo que les dec¨ªa?).
El punto de partida ten¨ªa cierta similitud con la inspiraci¨®n a?os cuarenta de Tomas Maier en Bottega Veneta, solo que los pantalones anchos del alem¨¢n, o sus delicadas chaquetas de patchwork de piel, pod¨ªan parecer de lujosa segunda mano, y nada en la carrera de Dolce & Gabbana ha parecido jam¨¢s ni remotamente usado.
Bottega Veneta no ha desfilado esta temporada (ha mostrado la ropa en citas privadas en las oficinas) porque har¨¢ un espect¨¢culo conjunto, el pr¨®ximo septiembre, para celebrar los 15 a?os de Tomas Maier a bordo de la casa. Desde la firma se asegura que es algo puntual, pero su ausencia en el calendario se a?ade a las de Zegna (que acaba de cambiar de dise?ador) o Calvin Klein (que todav¨ªa no tiene). Esta es una temporada at¨ªpica, y por eso desfiles como los anteriores, o como la belleza conceptual, pero amable, que vimos en Marni, reconfortan. Cada uno hace lo que le corresponde. En Mil¨¢n, todo cambia, pero todo sigue en su sitio.
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