Comunidad
El superterritorio del TLC est¨¢ unificado de facto tanto por el trasiego de drogas, armas y personas
Cada vez que pienso en la palabra Brexit me acuerdo del ni?o culero en el patio de la escuela que se llevaba el bal¨®n y terminaba el juego. O de la ni?a que, sentada con otros ni?os en torno a un conjunto de torres y puentes armados pacientemente con bloques de madera, sucumb¨ªa a la tentaci¨®n de derrumbarlo todo de un porrazo. El juego se acababa, o bien, degeneraba en pleitos y discusiones circulares sobre las reglas mismas de lo que se estaba jugando.
Ahora que el Brexit obliga a repensar, una vez m¨¢s, la idea de comunidad y el trasfondo de pensamiento humanista que la sostiene, valdr¨ªa la pena que Europa ¡ªese gran Narciso envejecido, que se sigue viendo s¨®lo a s¨ª mismo pero quiz¨¢ ya no se guste tanto como antes¡ª se volteara a ver un momento en el espejo de Norteam¨¦rica. Podr¨ªa ver ah¨ª un ejemplo de lo f¨¢cil que es empeorar si le ponemos ganas, de lo f¨¢cil que es que, una vez que se empiezan a debilitar los lazos comunitarios (si los hubo), ¨¦stos se rompan y desaparezcan por completo.
No s¨¦ si haya una zona del mundo en donde el sentido de ¡°comunidad¡± est¨¦ m¨¢s ausente que en Norteam¨¦rica. El Tratado de Libre Comercio que firmamos en 1994 permiti¨® un trasiego mucho m¨¢s amplio de productos comerciales y dinero, pero castig¨® a las zonas fronterizas ¡ªsobre todo entre M¨¦xico-Estados Unidos y ahora entre M¨¦xico y Guatemala¡ª, en las que se estableci¨® un control mucho m¨¢s firme, cuando no brutal e inhumano, para impedir el paso de personas. La primera premisa del insigne tratado de la ¡°comunidad¡± norteamericana: productos s¨ª, personas no.
El superterritorio del TLC est¨¢ unificado en parte y de iuris por el libre comercio de bienes de consumo. Pero est¨¢ unificado ¨ªntegramente y de facto tanto por el trasiego de drogas, armas y personas. Lo que ha producido las reglas de ese doble juego es una violencia sistem¨¢tica, cientos de miles de muertos, una supuesta guerra contra las drogas, en la que M¨¦xico es una especie de gran aduana custodiada tanto por criminales con pistolas como por criminales de cuello blanco. Se pelea el control del tr¨¢fico de drogas a expensas de todas esas personas que no tienen ni movilidad legal entre fronteras, ni movilidad social en general. Somos una gran comunidad comercial en la que en lugar de pagar impuestos, pagamos cuerpos.
Norteam¨¦rica es lo que pasa si le quitas a la idea de ¡°comunidad¡± el componente de comunidad.
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