Brit¨¢nicos, nos interes¨¢is
Reino Unido recela de casi cada avance europe¨ªsta, pero aporta mucho y lo queremos dentro
A los ojos del europe¨ªsmo, Reino Unido no es el mejor socio de la Uni¨®n. Siempre receloso, suele ralentizar cualquier avance integrador: en lo social, en la Carta de Derechos, en pol¨ªtica de justicia e interior, en casi todo. Es el rey de las l¨ªneas rojas.
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Por su monoman¨ªa comercial, ha contribuido al desequilibrio entre una Europa m¨¢s amplia pero menos cohesionada, al anteponer el tama?o del mercado a su articulaci¨®n interna. Todo eso es cierto, pero a los dem¨¢s europeos nos conviene radicalmente su continuidad en el proyecto com¨²n. Por muchas razones:
1. El ejemplar parlamentarismo brit¨¢nico no solo es el m¨¢s antiguo, sino modelo actual del sistema de Estado de derecho (rule of law) y de equilibrio de poderes (checks and balances). No es lujo, sino virtud, acrisolada en los momentos m¨¢s graves, como mayo de 1940. La sumisi¨®n de Winston Churchill a Westminster en aquella crisis (tan bien narrada por John Lukacs, Cinco d¨ªas en Londres), es contrapunto b¨¢sico para las actuales tendencias autoritarias en otros Estados miembros (de Polonia a Hungr¨ªa o Austria) basadas en la preeminencia del ejecutivo sobre el legislativo y el judicial, que supuestamente primar¨ªa la eficiencia.
2. La defensa: en una Europa inquieta por su seguridad, prescindir de su primera potencia nuclear, de su patrimonio cultural-defensivo, de su acreditado servicio de inteligencia y de su potente diplomacia ser¨ªa un mal negocio. Si la UE es un gigante econ¨®mico pero carece ¡ªenano pol¨ªtico¡ª del correlativo poder internacional, a¨²n se agravar¨ªa m¨¢s esa asimetr¨ªa.
A la locomotora europea, o sea, el d¨²o Francia/Alemania, le conviene un contrapunto
3. A la locomotora europea, o sea, el d¨²o Francia/Alemania, le conviene un contrapunto. Reino Unido lo es, como se ha demostrado a veces: los acuerdos defensivos franco-brit¨¢nicos de Saint-Malo, en 1998. Con Reino Unido dentro se dificulta que cualquier poder continental pueda recaer en locuras hegem¨®nicas, como sucedi¨® a lo largo de la historia.
4. La relaci¨®n especial con EE?UU es un activo que a todos aprovecha (y que Reino Unido no tendr¨ªa garantizada si optase por la secesi¨®n) en un mundo globalizado. Es un caso singular de exmetr¨®poli que mantiene un v¨ªnculo tan intenso con su antigua colonia¡ y actual superpotencia.
5. La profunda tradici¨®n liberal, que ha sobrevivido incluso al neoliberalismo thatcheriano. Aportaciones como la de lord Cockfield al mercado interior de Jacques Delors no son ret¨®rica, sino contribuciones muy reconocidas. Y el liberalismo no equivale a desregulaci¨®n, sino a veces a mejores reglas, como las creadas por empe?o del brit¨¢nico William Beveridge, padre ¡ªtanto o m¨¢s que el canciller Bismarck¡ª de la Seguridad Social moderna y del Estado de bienestar europeo.
6. Al actual minifundismo de la UE, de peque?os Estados, le conviene articularse en torno a otros de mayor peso, igual que a las pymes las propulsa el entorno de la gran empresa. El efecto imitaci¨®n mejora, pero el efecto contagio ¡ªpor ejemplo, de una secesi¨®n¡ª perjudicar¨ªa.
Un 'Brexit' da?ar¨ªa m¨¢s a los brit¨¢nicos que a los dem¨¢s europeos
7. Europa es una marca mundial. Un Brexit da?ar¨ªa m¨¢s a los brit¨¢nicos que a los dem¨¢s europeos, porque son econ¨®micamente m¨¢s dependientes de la UE que a la inversa. Perjudicar¨ªa a sus miles de residentes en Espa?a, y a los trabajadores espa?oles en Gran Breta?a. Y mellar¨ªa tambi¨¦n el prestigio de la marca Europa en el mundo: ?c¨®mo explicar a los indonesios o a los neozelandeses la deserci¨®n de un pa¨ªs clave?
8. La rendici¨®n de cuentas (accountability) es ¨ªndice clave de la cultura de responsabilidad. Reino Unido suele recelar ante la inminencia de una nueva norma europea. Pero cuando una nueva directiva entra en vigor, la traspone al instante y aplica con rapidez los nuevos reglamentos, le gusten m¨¢s o menos. Es una actitud m¨¢s fiable que la de algunos que, al grito de ¡°m¨¢s Europa¡±, reclaman siempre m¨¢s regulaci¨®n y luego no le hacen caso.
9. El mundo anglosaj¨®n mantiene redes ling¨¹¨ªsticas, cient¨ªficas y culturales globales, m¨¢s all¨¢ de los pa¨ªses de habla inglesa. Esa red dispone de un n¨®dulo clave en Reino Unido, y este beneficia as¨ª a todos sus socios.
10. Jean Monnet dijo una vez que si volviese a empezar su construcci¨®n de Europa, lo har¨ªa por la cultura. Y los espa?oles sabemos que Shakespeare y Cervantes eran hermanos; que la historia moderna y contempor¨¢nea de nuestro pa¨ªs est¨¢ en deuda infinita con los hispanistas anglosajones, de John Lynch a Richard Herr, de Henry Kamen a John Elliott; que nuestro m¨¢s gran poeta desde la Guerra Civil, Jaime Gil de Biedma, no lo ser¨ªa si no hubiese sabido de memoria los Cuatro cuartetos de T.?S. Eliot.
Ciudadanos brit¨¢nicos, nos interes¨¢is.
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