?Eres un padre permisivo o controlador? Depende de tu entorno

Utilizar n¨²meros ayuda a entender la dimensi¨®n de un problema. Un art¨ªculo reciente de El Pa¨ªs contaba que menos de 100 personas controlan la misma cantidad de riqueza que los 3.500 millones m¨¢s pobres del planeta.

Creado en 1959, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es la principal fuente de financiaci¨®n multilateral de Am¨¦rica Latina y el Caribe. Tiene como miembros a 48 pa¨ªses, 2.000 empleados y su principal misi¨®n es reducir la pobreza en la regi¨®n a trav¨¦s del apoyo de proyectos de desarrollo econ¨®mico, social e institucional, en forma de pr¨¦stamos, donaciones y asistencia t¨¦cnica. Su sede central est¨¢ en Washington.

Y hablando de desigualdad, en otro interesante art¨ªculo publicado recientemente, le¨ª sobre c¨®mo este factor es en realidad uno de los principales determinantes del estilo de crianza de los padres. Siempre hab¨ªa cre¨ªdo que algunos padres son m¨¢s relajados o m¨¢s estrictos dependiendo de sus personalidades, sin embargo, parece que el contexto socioecon¨®mico juega un rol mucho m¨¢s importante de los que creemos.

En econom¨ªas o entornos donde la desigualdad es alta, las probabilidades de ser extremadamente rico o extremadamente pobre son m¨¢s altas que en econom¨ªas m¨¢s igualitarias, donde hay m¨¢s personas con ingresos similares.

Seg¨²n este estudio, los padres se relajan m¨¢s y son m¨¢s permisivos en entornos de baja desigualdad, donde las posibilidades de terminar mendigando en las calles o siendo multimillonarios son bajas.

Por el contrario, en entornos m¨¢s desiguales (donde los retornos a mayores niveles de educaci¨®n y esfuerzo son m¨¢s altos) los padres, particularmente los m¨¢s educados, est¨¢n m¨¢s ansiosos y tienden a llevar a sus hijos a todo tipo de actividades que aumenten sus posibilidades de ¨¦xito en el mercado laboral en el futuro. La realidad es que los padres con un estilo de crianza m¨¢s estricto o controlador sienten que pueden influir en qu¨¦ lugar de la distribuci¨®n de los ingresos caer¨¢ su hijo en el futuro.

En su art¨ªculo, los autores definen tres estilos de crianza.

El primero es el estilo relajado o permisivo, en el que padres y madre se dejan a sus hijos elegir libremente sus actividades seg¨²n sus inclinaciones naturales...

El segundo es el estilo autoritario leve, que es aquel en el que el padre o madre trata de moldear las preferencias de sus hijos con el objetivo de inducir decisiones que ven como propicias para el ¨¦xito futuro, como en el caso de los denominados ¡°hiper-padres¡±.

Por ¨²ltimo, estar¨ªa el estilo autoritario alto, en el que los padres restringen directamente las opciones de sus ni?os, es decir, les imponen directamente sus preferencias en lugar de intentar moldear a sus ni?os como en el estilo autoritario leve.

Los autores de este estudio argumentan que la tendencia hist¨®rica en los estilos de crianza muestra que ha habido una disminuci¨®n del estilo autoritario debido al incremento en los retornos econ¨®micos a la independencia. De hecho, datos de EE UU muestran que por ejemplo en la ¨¦poca de la postguerra, que fue justamente un per¨ªodo caracterizado por una menor desigualdad econ¨®mica, se registr¨® un estilo de crianza m¨¢s relajado y permisivo.

Sin embargo, a medida que las brechas entre ricos y pobres aumentaron nuevamente en EE UU y el resto del mundo, los estilos de crianza volvieron a ser m¨¢s autoritarios e intrusivos. Hoy, a pesar de que los padres estadounidenses ahora trabajan m¨¢s horas que en el pasado, las horas que dedican al cuidado de sus hijos ha aumentado enormemente desde la d¨¦cada de 1980. Adem¨¢s, existen datos que sugieren que son justamente los padres pobres o m¨¢s vulnerables econ¨®micamente los que muestran actitudes m¨¢s hostiles e intrusivas con sus hijos, tal y como en las sociedades ancestrales.

Si las actitudes, creencias y preferencias en cuanto a la crianza dependen de la desigualdad del entorno donde se vive, no es sorprendente entonces que los niveles de desarrollo infantil tambi¨¦n presenten gradientes socioecon¨®micos m¨¢s pronunciados en sociedades altamente desiguales.

Los datos son muy claros en cuanto que el desarrollo cognitivo de ni?os y ni?as en sus primeros a?os de vida definir¨¢n sus oportunidades econ¨®micas en el futuro. Desgraciadamente, ahora vemos que la desigualdad econ¨®mica tambi¨¦n influye en el estilo de crianza reforzando este efecto desigualador para los m¨¢s peque?os.

?Florencia Lopez-Boo es economista senior en protecci¨®n social en la Divisi¨®n de Protecci¨®n Social y Salud del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)