Lucas Vidal, el maestro del pentagrama
LA GUARIDA madrile?a de Lucas Vidal es esta sala insonorizada en el s¨®tano del chal¨¦ donde creci¨®. Las paredes, pintadas de color vino, resultan asfixiantes. A ¨¦l le relajan. Vidal, de 31 a?os, es hiperactivo. Un tipo grandote y expansivo que dice a menudo ¡°macho¡±, ¡°qu¨¦ cachondo¡±, ¡°?un disparate!¡±. Piensa, habla y act¨²a a toda velocidad. Y su presencia deja una huella por donde pasa. Hace un instante ha desaparecido por la puerta que conecta el estudio con la casa, para ducharse y vestirse, y en la estancia a¨²n flotan las notas que acaba de improvisar al piano. Sobre el instrumento descansan dos premios Goya. Los gan¨® este a?o, en menos de cinco minutos: mejor canci¨®n por Palmeras en la nieve?y, acto seguido, mejor banda sonora por Nadie quiere la noche. ¡°?Jo¨¦, qu¨¦ fuerte!¡±, comenz¨® su segundo discurso. Y concluy¨®: ¡°?Yo, esta noche, al Toni 2!¡±. Acab¨® en el conocido piano bar madrile?o. Tampoco recuerda demasiado: no acostumbra a beber champ¨¢n. Lleva una vida rigurosa. Sobre todo en Los ?ngeles. All¨ª se encuentra su estudio principal, a un paso de Venice Beach. Trabaja de sol a sol. En Madrid, en cambio, tiene a su gente. A Curro S¨¢nchez, por ejemplo. Su vecino, su mejor amigo, el hijo de Paco de Luc¨ªa. De ni?o, el guitarrista escuch¨® a Lucas y dijo: ¡°Tiene talento¡±.
Vidal recibi¨® su primera lecci¨®n de solfeo a los tres a?os. El arte forma parte del ADN familiar. Su abuelo Jos¨¦ Manuel Vidal fund¨® la discogr¨¢fica Hispavox y por parte de madre est¨¢ la rama de la danza: sus t¨ªos y sus primos son y han sido bailarines de prestigio. De ni?o, a Vidal lo llevaban a menudo al Auditorio. Al acabar, corr¨ªa al backstage?para pedir aut¨®grafos. All¨ª, los acomodadores lo conocen ¡°desde peque?¨ªn; nadie ven¨ªa tanto¡±. De mayor, incluso le dejaban pasar sin entrada. Su hermano asegura que su madre fue ¡°muy insistente¡± con la m¨²sica. A mediod¨ªa, los recog¨ªan del colegio y los llevaban a casa. Uno com¨ªa mientras el otro daba clase de piano. Luego cambiaban. Les gustaba trastear con cables. Microfonaban el piano. Mezclaban canciones. Y Lucas mostraba una facilidad extraordinaria. Daba igual el instrumento. Seg¨²n su hermano, ¡°en el colegio estaba muy solicitado: con los primeros m¨®viles pod¨ªas crear melod¨ªas. Era complicad¨ªsimo. Ten¨ªas que introducir notas y su duraci¨®n num¨¦ricamente. Se lo ped¨ªa y le sal¨ªa perfecta. Lleg¨® a hacerlo con un m¨®vil en cada mano¡±.
Le gusta escribir m¨²sica a l¨¢piz y?para componer combina el teclado midi y el piano vertical. /THOMAS CANET
Vidal es zurdo. E iba enfilado a estudiar en ICADE. Pero un verano lo enviaron al Berklee College of Music de Boston. Y descubri¨® la carrera de composici¨®n para cine. Aterriz¨® all¨ª de nuevo a los 18 a?os. Se instal¨® en casa de su primo bailar¨ªn. Y su educaci¨®n solo fue interrumpida por un c¨¢ncer del que prefiere no hablar. Se gradu¨® cum laude. Pas¨® un tiempo en Nueva York y se mud¨® al epicentro del cine. Trabaj¨® para Espa?a (con Jaume Balaguer¨® y Daniel Calparsoro, entre otros) y para Hollywood: en 2013 compuso la banda sonora de Fast and Furious 6?y se convirti¨® en el m¨²sico m¨¢s joven en participar en una superproducci¨®n.
Cruza el Atl¨¢ntico a menudo y tiene ambos estudios conectados para trabajar desde cualquier orilla. En el de casa se despliega una doble pantalla sobre el escritorio. Se ven pistas de audio abiertas. De la mesa surge un teclado midi. Y hay un mueble con partituras, flautas y una bola de squash junto al piano de los goyas. Con las notas a¨²n flotando en la estancia, Vidal reaparece reci¨¦n duchado. Viste traje de Loewe. Esta tarde le conceden un premio al joven talento en el Auditorio. Sale de casa nervioso: all¨ª empez¨® todo cuando era ni?o. Vuela al volante. Y cuando aparca frente a la sala a¨²n no se ha dado cuenta de que lleva el dobladillo del pantal¨®n enganchado en el calcet¨ªn.
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