Elena Benarroch, cocina a flor de piel
La misma mujer que reboza croquetas en la ¨²ltima pel¨ªcula de Pedro Almod¨®var, Julieta, me recibe para elaborar otra de sus recetas. El lugar en el que me da cita es exactamente el que se puede ver en el filme, una cocina dom¨¦stica espaciosa y tan equipada como la de un restaurante. Ella, la persona tras los fogones, tambi¨¦n se repite. Solo que mientras en la ficci¨®n se llama tata Rosa, en la realidad me encuentro ante la gran dama de la moda Elena Benarroch. ?ntima amiga del cineasta manchego ¨Cpara quien acept¨® ¡°con mucho orgullo¡± este cameo¨C y de tantos otros personajes fundamentales para comprender la historia y la cultura contempor¨¢neas ¨Cde Felipe Gonz¨¢lez a Chavela Vargas¨C, la peletera es capaz de demostrar con creces que es una avezada cocinera tanto dentro de la pantalla como fuera.
Nacida en T¨¢nger en 1955, sus recuerdos gastron¨®micos no pueden sino remontarse a sus ra¨ªces, ¡°al olor de mi infancia, que son las especias, el azahar, el jazm¨ªn. Todo lo que est¨¢ en Andaluc¨ªa o en el norte de Marruecos¡±. Con aquellos aromas, las im¨¢genes entre cazos y sartenes se multiplican en su memoria. Acumula, como enumera, reminiscencias de ¡°la cocina de Melilla, donde guisaba con mi abuela; o la de T¨¢nger, en la que estaba mi madre. Y luego la cocina de la calle de Fernando el Cat¨®lico, en Madrid, que era donde yo viv¨ªa. Y luego aqu¨ª¡±, en su espl¨¦ndida casa del centro de la capital donde ha conseguido levantar este aut¨¦ntico lujo de cocina.
La habitaci¨®n, llena a rebosar de platos y vasos, de especias e ingredientes, ha visto y escuchado tanto que ¡°si hablara¡ ?No te cuento lo que se ha dicho aqu¨ª!¡±, presume la modista con una gran sonrisa, sabedora de haber atestiguado en torno a su mesa algunos de los momentos clave de la pol¨ªtica y la sociedad espa?olas recientes. ¡°Aqu¨ª han estado cenando Mario Vargas Llosa, Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, Miguel Boyer, Pepe Barrionuevo, Miguel ?ngel Aguilar, Javier Pradera¡ Todos, gente absolutamente maravillosa y en un momento de la Transici¨®n muy interesante, no como el que estamos viviendo ahora, lamentablemente¡±.
Si bien asegura no echar de menos ni aquellos tiempos ¡°ni casi nada¡±, el origen del morcillo al vino tinto que prepara conmigo echa la vista atr¨¢s a los encuentros familiares de su ni?ez. ¡°Los viernes, por la tradici¨®n jud¨ªa del sabbat,?mi abuela siempre hac¨ªa una cena que se pudiera comer al d¨ªa siguiente, porque en s¨¢bado no se cocina¡±. De ah¨ª proceden sabores como el de la c¨²rcuma, incluida en esta receta, una planta muy utilizada en la gastronom¨ªa ¨¢rabe que para ella, sefard¨ª, representa ¡°esa mezcla de culturas extraordinaria¡±.
Despu¨¦s de haber viajado por todo el mundo con su marido, ¡°porque lo que ten¨ªamos que hacer era comprar pieles y aprender¡±, Benarroch acumula cierto cansancio por su trabajo, pero tambi¨¦n por las justificaciones que muchas veces tiene que dar sobre ¨¦l. ¡°Yo llevo ya 40 a?os en esto, y todav¨ªa tengo que explicar cosas que ya no explico, porque eso no es noticia¡±, protesta. ¡°Noticia es que la top model Naomi Campbell se pone delante de la tienda de Elena Benarroch desnuda con una pancarta que dice: ¡®Antes desnuda que con pieles¡¯. Y a la media hora, entra en la tienda y se compra un abrigo de vis¨®n. Yo le digo: ¡®T¨², esto, ?c¨®mo te lo comes?¡¯. Y me contesta: ¡®Es muy f¨¢cil, me pagan por hacer la campa?a, y yo con ese dinero vengo y me compro un abrigo¡±. Con las an¨¦cdotas que le brotan a borbotones, Benarroch ya tiene en mente plasmarlas en una autobiograf¨ªa. ¡°?Sabes c¨®mo la voy a llamar?¡±, inquiere p¨ªcara. Memorias de una tendera.?Y, por supuesto, tambi¨¦n voy a incluir las recetas de mi madre y de mi abuela¡±.
Morcillo al vino tinto
Ingredientes
Para 4 personas
- Dos kilos de morcillo
- Cuatro dientes de ajo grandes
- Seis clavos
- Aceite de oliva
- Sal
- Pimienta en grano
- Media cucharada de c¨²rcuma
- Laurel
- Un vaso grande de vino tinto
Instrucciones
Poner durante unos minutos el morcillo en un bol con agua fría para desangrarlo.
Retirar y secar con papel. Salpimentar.
Poner la olla al fuego con un poco de aceite y dorar suavemente la carne por las dos caras. Incorporar los ajos machacados y el resto de los ingredientes, excepto el vino.
Mantener unos minutos a fuego suave, dejando que el guiso empiece a tomar color. Incorporar el vino y agua, para dejar a fuego muy suave durante al menos dos horas. Vigilar la reducción de la salsa para que no se seque, y añadir más agua si es necesario. Con el tiempo, el morcillo se irá oscureciendo. Cuando se termine de cocinar, dejar reposar para conseguir una textura tierna y jugosa.
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