La gran decepci¨®n

Londres amanece bajo un cielo encapotado y la pesadilla del Brexit contin¨²a. El viernes fue un golpe dif¨ªcil de digerir para una ciudad cosmopolita que nunca quiso cerrar sus puertas a Europa. Hoy, la tristeza y la decepci¨®n han dado lugar a un estado de caos y perplejidad. Nadie parece entender c¨®mo se ha podido llegar a esta situaci¨®n. Muchos de los votantes del Leave parecen estar arrepentidos de una decisi¨®n que tomaron sin pararse a pensar en las consecuencias. Los propios impulsores del divorcio, encabezados por el pol¨¦mico Boris Johnson, parecen confusos. El Brexit se les ha ido de las manos. Entre la comunidad de inmigrantes europeos, que en Londres alcanza el mill¨®n, la rabia se ha convertido en cinismo y humor amargo. Muchos est¨¢n plante¨¢ndose seriamente si quieren seguir viviendo en un pa¨ªs en el que la mayor¨ªa de la poblaci¨®n ha decidido que no son bienvenidos. Una buena amiga polaca, que ha visto su pa¨ªs ser blanco del discurso m¨¢s xen¨®fobo de la campa?a antieuropea, pronunciaba tras secarse las l¨¢grimas: ¡°Volver¨¢n a darse cuenta de que nos necesitan, pero para entonces, ya no estaremos aqu¨ª¡±.¡ª Irene Cantizano Besc¨®s. Londres.