Opiniones en la Red
Recuerdo una conversaci¨®n con el paleont¨®logo Eudald Carbonell en la que mencionaba a los padres que recriminan a sus hijos cuando estos juegan con el m¨®vil. ¡°?Qu¨¦ quieren que haga un ni?o con el tel¨¦fono, negocios? Los ni?os, por naturaleza, juegan con lo que tienen entre sus manos; antes era con un palo y una piedra, y hoy es con una tablet¡±.?Lo cierto es que las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n han cambiado nuestra forma de vivir, d¨¢ndole la vuelta a muchas de nuestras pr¨¢cticas rutinarias como si se tratase de un calamar para rellenar, aunque nosotros en esencia no hemos variado tanto. Internet, la conexi¨®n a la Red global, nos permite llegar a cualquier parte en cualquier momento, facilitando tareas y coordinaci¨®n para que trabajemos mucho m¨¢s r¨¢pida y eficientemente. Sin embargo, los medios y mejoras tecnol¨®gicas que posibilitan la transmisi¨®n de informaci¨®n tambi¨¦n facilitan la difusi¨®n de la an¨¦cdota y el cotilleo, como suced¨ªa en el patio en la ¨¦poca de nuestras abuelas, pero con extensi¨®n universal.
Hasta hace unos a?os, la opini¨®n sobre un men¨², producto o tema relacionado con el comer llegaba a trav¨¦s de la prensa escrita tamizada por el juicio de un periodista especializado o, si era el sentir de un aficionado, a trav¨¦s de la secci¨®n de cartas al director, siendo tantos los veredictos sobre un restaurante o asunto culinario concreto como medios period¨ªsticos o gu¨ªas se encontraban en los quioscos. Pero desde que existe Internet, y por extensi¨®n las redes sociales y su viralidad, cualquier individuo es un prescriptor en potencia. Esto ha democratizado el parecer establecido y formal que evaluaba las propuestas culinarias, ampliando las opiniones que las delimitaban, pero tambi¨¦n ha abierto la puerta a cualquier dictamen o sentir, sea este equitativo, objetivo y sincero, o injusto, inexacto y parcial.
Ahora, juzgar que la responsabilidad de lo que ocurre en Internet es de Internet es como culpabilizar al fuego del incendio en el bosque en vez de a la mano que lo prendi¨®. La Red no deja de ser una herramienta, un instrumento con posibilidades amplificadoras extraordinarias al alcance de cualquiera y de sus creencias. De este modo, a pesar de portar todo el saber del mundo en el bolsillo, sigue habiendo gente de miras cortas, con miedo a lo desconocido y sin voluntad de querer aprender de lo distinto, que prolongar¨¢ en el mundo virtual, bajo un nombre real, seud¨®nimo o an¨®nimamente, su desasosiego y nerviosismo. Porque, nos guste o no, el fanatismo, el sectarismo, la envidia o la intransigencia no son algo que acontezca exclusivamente en el ¨¢mbito de la pol¨ªtica o la religi¨®n, sino que se dan en todos los aspectos de la vida, incluida la alimentaci¨®n. Y si no, que se lo pregunten a los que hayan sufrido el acoso de los palizactivistas.
At¨²n medio asado
Ingredientes
La olivada
- 250 gramos de aceitunas tipo aragonesas
- Una yema de huevo duro
- Un diente de ajo peque?o
- 36 gramos de aceite de oliva virgen extra
- 4 lomos de anchoa
La pasta de perejil
- Una cabeza de ajos
- Un manojo de perejil
- 36 gramos de aceite de oliva virgen extra
El pan
- Una hogaza de pan de trigo
- 2 tomates de colgar (variedad que se consume sobre todo en Catalu?a)
- 36 gramos de aceite de oliva virgen extra
- Sal
El at¨²n
- 400 gramos de at¨²n rojo (en un solo taco)
Instrucciones
1. La olivada
En un vaso, y con ayuda de una batidora de mano, triturar las aceitunas previamente deshuesadas con la yema de huevo, el ajo y los lomos de anchoa. Agregar el aceite poco a poco hasta obtener una emulsión. Rectificar de sal si fuera necesario. Reservar en una manga pastelera.
2. La pasta de perejil
Envolver la cabeza de ajos en papel de aluminio y asarla al horno a 180 ºC hasta que los ajos estén tiernos y caramelizados. Extraer la pasta de ajo asado pisando los dientes ligeramente mientras aún están calientes. En un vaso, y con ayuda de una batidora de mano, triturar la pasta de ajo con el perejil y el aceite de oliva hasta obtener una pasta fina. Poner a punto de sal.
3. El pan
Pelar los tomates de colgar y triturarlos con el aceite de oliva y un poco de sal. Cortar la hogaza en rebanadas de dos centímetros de grosor. Tostarlas por una sola cara. Repartir el tomate triturado sobre la cara no tostada y dejar unos minutos que el pan se embeba del tomate.
4. El at¨²n
Cortar el taco de atún en lonchas de un centímetro de grosor. Atemperar fuera de la nevera.
5. Acabado y presentaci¨®n
En una sartén bien caliente, y con una pizca de aceite, marcar el atún por una sola cara, dejando media loncha cruda. Servir el atún sobre el pan empapado con la cara cruda hacia arriba. Terminar cubriendo la parte cruda con puntos de la olivada y la pasta verde alternativamente.
El pan de trigo
Calor¨ªas. El pan de trigo aporta 267 kilocalor¨ªas por 100 gramos. Tiene minerales como el calcio, el hierro y el f¨®sforo.
Macronutrientes. Entre estos, destaca especialmente su contenido en hidratos de carbono complejos (almid¨®n).
Vitaminas. Las m¨¢s rese?ables son las del complejo B, como la tiamina (B1), riboflavina (B2), niacina (B3) y folatos.
Prote¨ªnas. El gluten es la m¨¢s representativa, por lo que no es apto para celiacos. Tiene un alto contenido en sal.
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