Lego en J¨²piter
La sonda 'Juno' llega al planeta m¨¢s grande (y peligroso) del Sistema Solar
A casi mil millones de kil¨®metros de nosotros, tres figuritas de Lego se preparan para aventurarse en el entorno m¨¢s letal del Sistema Solar: los cinturones de radiaci¨®n de J¨²piter.
Los tres pasajeros llevan unos cinco a?os de viaje y est¨¢n hechos a semblanza de los protagonistas de la misi¨®n Juno: uno representa a J¨²piter, el padre de los dioses, con su haz de rayos dispuestos para exterminar a todo bicho viviente; otro es Juno ¨Co Hera-, su sufrida consorte, armada esta vez con una lupa con la cual pretende escudri?ar las nieblas en las que se envolv¨ªa J¨²piter para ocultar sus frecuentes aventuras extraconyugales. El tercero es el retrato de un humano real: Galileo Galilei, con su telescopio, el primero en estudiar el planeta gigante y sus cuatro sat¨¦lites principales.
Las figuritas no son de pl¨¢stico sino de aluminio, procesado y refinado para que su presencia no interfiera con los equipos de a bordo. No son los primeros Legos en viajar el espacio. Uno subi¨® en un globo hasta la estratosfera y otros han estado en la estaci¨®n espacial internacional. Pero estos tres son, probablemente, los que han llegado m¨¢s lejos. Y los m¨¢s caros. Lego ha invertido en su fabricaci¨®n unos 15.000 euros. Una ganga si se tiene en cuenta su impacto publicitario.
El viaje de la sonda ha sido largo y relativamente anodino, salvo por un encuentro con la propia Tierra, cuyo tir¨®n gravitatorio se utiliz¨® para acelerarlo hacia su destino final. Pero la llegada a J¨²piter ser¨¢ terror¨ªfica. Para minimizar el impacto de las bandas de radiaci¨®n, Juno se zambullir¨¢ casi sobre el polo norte de J¨²piter, pasando a poqu¨ªsima distancia de sus nubes: unos 5.000 kil¨®metros, mucho menos que la altura a que se mueven el Meteosat y los sat¨¦lites de comunicaciones. Se estar¨¢ moviendo a 250.000 kil¨®metros por hora con respecto a la Tierra, una de las mayores velocidades jam¨¢s alcanzadas.
El viaje de la sonda ha sido largo y relativamente anodino. Pero la llegada a J¨²piter ser¨¢ terror¨ªfica
Sobre J¨²piter, Juno disparar¨¢ su motor de frenado durante media hora. Lo suficiente para reducir su velocidad y provocar la entrada en una ¨®rbita inicial cuya altura m¨¢xima se ir¨¢ ajustando en las pr¨®ximas semanas. En total, a lo largo del a?o y medio que durar¨¢ su misi¨®n, Juno describir¨¢ s¨®lo 37 vueltas al planeta.
Juno es la primera nave que se aproxima a J¨²piter alimentada s¨®lo por c¨¦lulas solares. Aqu¨ª, sus enormes paneles generar¨ªan casi veinte kilovatios; en J¨²piter, cinco veces m¨¢s lejos del Sol, apenas llegar¨¢n a los 400 vatios. Y de esa cifra, la mitad se ir¨¢ en calefactar los equipos de a bordo, para protegerlos del intenso fr¨ªo del espacio.
Al contrario que naves anteriores (Pioneer, Voyager, Galileo) Juno no se utiliza generadores nucleares termoel¨¦ctricos simplemente por una raz¨®n: No quedaban. El ¨²ltimo disponible est¨¢ ahora en Marte, propulsando al robot m¨®vil?Curiosity. Dise?ar y construir uno nuevo hubiese disparado sus costes. Y los responsables del proyecto Juno se enorgullecen de haberse mantenido siempre dentro del presupuesto: alrededor de mil millones de d¨®lares, incluyendo lanzamiento y costes de operaci¨®n durante toda la duraci¨®n de la misi¨®n.
Para proteger sus equipos de la radiaci¨®n, toda la avi¨®nica va encerrada en una especie de caja fuerte de titanio, en el centro de la nave. Las c¨¢maras y sensores no, claro. Aunque se han construido con los materiales m¨¢s resistentes, todo el mundo da por hecho que algunos de ellos fallar¨¢n antes de las 37 ¨®rbitas previstas. Hasta sus grandes paneles de c¨¦lulas fotoel¨¦ctricas se ver¨¢n afectados: A lo largo de los pr¨®ximos meses y pese a llevar una doble protecci¨®n de cristal, la radiaci¨®n los ir¨¢ oscureciendo y haciendo m¨¢s opacos, con lo que su rendimiento bajar¨¢ a¨²n m¨¢s.
El objetivo de la sonda es explorar las caracter¨ªsticas de J¨²piter, en concreto, su composici¨®n y ¨Cpor ejemplo- la abundancia de agua en su atm¨®sfera
El objetivo de la sonda es explorar las caracter¨ªsticas de J¨²piter, en concreto, su composici¨®n y ¨Cpor ejemplo- la abundancia de agua en su atm¨®sfera. Lo har¨¢ mediante unos equipos llamados ¡°radi¨®metros¡±, que miran continuamente hacia las capas de nubes en diferentes longitudes de onda. Seg¨²n la absorci¨®n que sufran de unas u otras frecuencias es posible establecer la composici¨®n de las nubes: Hidr¨®geno o metano en las capas superiores; vapor de agua ¨Cquiz¨¢s- a m¨¢s profundidad.
Juno tambi¨¦n lleva una c¨¢mara de v¨ªdeo pero su objetivo principal son las nubes de J¨²piter, no sus sat¨¦lites. Su ¨®rbita polar de norte a sur, combinada con la r¨¢pida rotaci¨®n del planeta garantiza que en dos a?os podr¨¢ fotografiar el disco completo de J¨²piter y la evoluci¨®n de su atm¨®sfera en todas sus latitudes.
La c¨¢mara est¨¢ dise?ada s¨®lo para estudiar el planeta. Aunque es posible que tambi¨¦n recibamos alguna imagen de los cuatro sat¨¦lites galileanos (Europa, Io, Gan¨ªmedes y Calisto) su resoluci¨®n ser¨¢ muy baja, comparada con las que envi¨® la sonda Galileo hace veinte a?os. La exploraci¨®n de esos mundos ¨Cen muchos aspectos tanto o m¨¢s interesantes que el propio planeta- tendr¨¢ que esperar a una futura misi¨®n, ya en proyecto.
Cuando haya completado sus 37 revoluciones, en febrero de 2018, un ¨²ltimo encendido del motor de frenado llevar¨¢ el perigeo de la ¨®rbita por debajo de la capa de nubes m¨¢s altas. En cuesti¨®n de segundos, la brutal fricci¨®n de la atm¨®sfera joviana incinerar¨¢ la sonda y todos sus componentes. Es una forma de asegurar que no llegar¨¢ a impactar por accidente con alguno de los grandes sat¨¦lites impidiendo as¨ª toda posible contaminaci¨®n con organismos terrestres. Qui¨¦n sabe si alg¨²n d¨ªa se descubrir¨¢n formas de vida en el oc¨¦ano subsuperficial de Europa o en algunos de los glaciares de Gan¨ªmedes o Calisto.
Rafael Clemente es ingeniero industrial y fue el fundador y primer director del Museu de la Ci¨¨ncia de Barcelona (actual CosmoCaixa).
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