La trascendencia del bien contra la banalidad del mal
Elie Wiesel encarna la principal advertencia que nos deja el siglo XX: el horror no avisa
Con Maus, Art Spiegelman no solo revolucion¨® la forma de contar uno de los hechos m¨¢s transcendentes del siglo XX, el Holocausto, al utilizar el formato del c¨®mic (una osad¨ªa que le llev¨® a ser el primer autor de tebeos en ganar el Pulitzer), sino que abri¨® una profunda reflexi¨®n sobre lo que significa ser un superviviente. El dibujante neoyorquino relata la historia de su padre, jud¨ªo polaco, superviviente de Auschwitz, donde perdi¨® a su familia, que luego se instala en Brooklyn y empieza una nueva vida.
Pero Spiegelman traza un retrato real y complejo de su padre, bastante negativo en muchos momentos, y as¨ª obliga al lector a enfrentarse a una inc¨®moda pregunta: ?El hecho de haber sobrevivido a los campos de exterminio nazis convierte a alguien en un referente ¨¦tico, en una buena persona? Elie Wiesel, el premio Nobel de la Paz fallecido el pasado s¨¢bado, se convirti¨® en una voz insoslayable, con una enorme fuerza moral.
En parte, era mucha la gente que le escuchaba porque fue un superviviente de Auschwitz y Buchenwald, porque conoci¨® el horror absoluto cuando s¨®lo ten¨ªa 15 a?os y fue capaz de reconstruir su vida despu¨¦s de que los nazis irrumpiesen en su aldea en lo que hoy es Ruman¨ªa. Pero su importancia va mucho m¨¢s all¨¢: su virulencia ante cualquier forma de intolerancia y racismo demostraron la transcendencia del bien (el opuesto a la "banalidad del mal" de los verdugos de la que habl¨® Hannah Arendt). En diciembre de 1992, visit¨® Espa?a para participar en un curso en El Escorial. Acababa de llegar de Sarajevo, que hab¨ªa visitado en uno de los momentos m¨¢s duros del asedio, cuando los ultranacionalistas serbios machaban con artiller¨ªa y francotiradores la capital bosnia. "Cuando veo lo que ocurre en la antigua Yugoslavia siento el ultraje de un hombre libre. Yo soy libre y ellos no lo son. He visto a la gente de los campos. No tenemos derecho a comparar, pero tampoco tenemos derecho a callarnos", manifest¨® entonces.
La profunda solidaridad que el premio Nobel demostr¨® entonces choc¨® con la realidad porque su voz no fue escuchada: Occidente no fren¨® la guerra de Bosnia hasta que se cometi¨® un genocidio, tres a?os despu¨¦s tras la masacre de Srebrenica, cuando ya era demasiado tarde para decenas de miles de v¨ªctimas. La comunidad internacional todav¨ªa no ha encontrado un mecanismo para frenar las matanzas que se producen ante sus ojos, como ocurre actualmente en Siria. En aquella entrevista de 1992, Wiesel asegur¨®: "En todas mis novelas siempre hay un loco, y mis locos no son c¨ªnicos, son locos m¨ªsticos. Quiero decir que a pesar de todo siguen so?ando con un futuro mejor, conf¨ªan todav¨ªa en el hombre". Su legado simboliza una lucha moral, pero tambi¨¦n un fracaso para frenar el horror. Tambi¨¦n encarna la principal advertencia que nos deja el siglo XX: en cualquier momento, lo que consideramos normal y seguro puede esfumarse, como les ha ocurrido a los cientos de miles de sirios que tratan de alcanzar la seguridad de las costas europeas. Y las voces que tienen m¨¢s fuerza moral para hablar de ello no siempre son escuchadas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.