El mercurio en el pa¨ªs de las maravillas
Uno de los iconos de los cuentos infantiles es el Sombrerero Loco, fruto de la imaginaci¨®n de Lewis Carroll. Toda fantas¨ªa necesita sembrarse y Charles Lutwidge Dodgson, nombre real de Lewis Carroll, no es una excepci¨®n, ya que utiliz¨® personajes cercanos como modelo de sus criaturas de ficci¨®n. La Alicia del cuento est¨¢ inspirada en Alice Liddell, hija del de¨¢n de Christchurch, en Oxford, donde coincidi¨® con Lewis Carroll, que era profesor. Para el personaje del Sombrerero Loco, Carroll se bas¨® en la expresi¨®n de la Inglaterra del siglo XIX mad as a hatter?(loco como un sombrerero), debido a que utilizaban vapores de mercurio para tratar las pieles y la exposici¨®n a ellos ocasionaba da?o neurol¨®gico, uno de los muchos problemas que puede provocar este elemento qu¨ªmico.
El mercurio es el ¨²nico metal que es l¨ªquido a temperatura ambiente. En esas condiciones es poco reactivo y, por tanto, muy poco t¨®xico. De hecho, en la antig¨¹edad era utilizado como purgante y formaba parte de muchos (y en su mayor¨ªa inefectivos) remedios tradicionales. No obstante, esta sustancia puede presentarse en otras formas. Sus sales son m¨¢s reactivas y bastante t¨®xicas, sobre todo para el ri?¨®n. Tambi¨¦n puede unirse a ¨¢tomos de carbono para formar el llamado mercurio org¨¢nico, y este es el verdadero peligro. Una de estas mol¨¦culas es el dimetilmercurio, que es un componente tremendamente venenoso y con una endiablada facilidad para absorberse a trav¨¦s de la piel. La profesora de qu¨ªmica Karen ?Wetterhahn falleci¨® cuando unas gotas de este compuesto atravesaron su guante de l¨¢tex. Otros derivados son m¨¢s benignos, como el dietilmercurio, que puede utilizarse como conservante en la industria farmac¨¦utica, pero est¨¢ en desuso. Y otros, aunque menos t¨®xicos, crean quebraderos de cabeza por su abundancia, como es el caso del metilmercurio.
Causas naturales y actividades humanas pueden producir su liberaci¨®n al medio ambiente.
Causas naturales como volcanes, incendios forestales, inundaciones o cursos de r¨ªos que atraviesan zonas ricas en mercurio pueden producir su liberaci¨®n al medio ambiente. Tambi¨¦n lo hacen actividades humanas como quemar carb¨®n o la miner¨ªa de oro a peque?a escala. Esta sustancia, en muchos casos, acaba deposit¨¢ndose en el mar. Si se compara el volumen y la cantidad de mercurio emitido, no tendr¨ªa que suponer un problema, ya que queda muy diluido, pero¡ existen m¨¢s factores.
La actividad de los microorganismos marinos convierte este elemento qu¨ªmico en metilmercurio y en esta forma puede incorporarse a la cadena tr¨®fica. A medida que el pez grande se va comiendo al pez peque?o, el mercurio va subiendo en la escala y se acaba almacenando en las especies que est¨¢n en la cima de la cadena. Cuanta m¨¢s edad tiene el ejemplar, m¨¢s expuesto ha estado a la sustancia y m¨¢s posibilidad hay de que la haya acumulado, sobre todo en el tejido graso. No obstante, ahora mismo hay en marcha varios programas mundiales coordinados por la ONU para la eliminaci¨®n de vertidos de este elemento qu¨ªmico y el control sobre los productos de pesca es exhaustivo. Todos tenemos en la mente las im¨¢genes de los afectados por la contaminaci¨®n de mercurio en la bah¨ªa de Minamata, en Jap¨®n, aunque conviene recordar que eso se debi¨® a un vertido continuado de la empresa Shin-Nippon Chisso Hiryo K.K. y no a un consumo corriente de pescado en condiciones normales.
La virtud del equilibrio
El mercurio tiene numerosas aplicaciones industriales y el problema de ser un contaminante ambiental. Actualmente hay programas para disminuir sus emisiones, ya que en forma de metilmercurio puede incorporarse a la cadena alimentaria por la v¨ªa del pescado. No obstante, las cifras y los muestreos que se hacen en las especies m¨¢s proclives a contaminarse no son alarmantes. Por otra parte, el pescado es rico en selenio, un oligoelemento que, adem¨¢s de ser un micronutriente esencial, puede impedir la absorci¨®n del mercurio. Por tanto, que nadie se preocupe por comer pescado varias veces por semana, tendr¨¢ una dieta equilibrada y no se convertir¨¢ en ning¨²n personaje de Alicia en el Pa¨ªs de las Maravillas.
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