La misi¨®n de la universidad: formar profesionales y ciudadanos
La filosof¨ªa es la v¨ªa privilegiada para tomar conciencia de la dignidad. Y la universidad debe formar no solo profesionales, sino ciudadanos con dignidad
La pol¨¦mica de la filosof¨ªa
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A favor de la filosof¨ªa Por Carlos Andradas
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La cultura es, entre otras cosas menos importantes, aquello que nos despierta al sentimiento de nuestra propia dignidad. Y la filosof¨ªa es el momento de m¨¢xima conciencia de la cultura. De modo que la filosof¨ªa constituye la v¨ªa privilegiada para tomar conciencia de esa dignidad que todos sentimos pero que, sin la filosof¨ªa, raramente logramos aprehender.
La Universidad ha de formar profesionales competentes. Un desajuste excesivo entre la demanda del mercado y las cualificaciones de los graduados universitarios har¨ªa de esta instituci¨®n, como a veces ha ocurrido, una m¨¢quina de fabricar parados. Un profesional competente es alguien que, habiendo aprendido las reglas de un arte o de un oficio, es capaz de producir una mercanc¨ªa (un bien o una prestaci¨®n) que el mercado necesita o valora y por la que est¨¢ dispuesto a pagar un precio. De manera que la Universidad debe formar profesionales que se ganan la vida produciendo mercanc¨ªas a las que la sociedad pone precio.
Pero, paralelamente a esto, la Universidad ha de formar ciudadanos, una condici¨®n que no tiene precio sino dignidad. La Universidad es, pues, el lugar en el que el ciudadano adquiere una mejor comprensi¨®n, a trav¨¦s del conocimiento reglado, del valor incondicional de su dignidad no sujeta a precio. Precio y dignidad no son el par de un antagonismo insuperable pero mantienen una tensi¨®n eterna no susceptible de conciliaci¨®n definitiva. Porque cabe definir la dignidad como aquello que, en general, estorba y en particular estorba a la circulaci¨®n de mercanc¨ªa y a la velocidad de los negocios. De modo que el estudiante ha de salir de la Universidad con competencia para desempe?ar una profesi¨®n remunerada en el mercado y al mismo tiempo m¨¢s consciente que antes de un valor ¨ªntimo a su persona que se resiste a la racionalidad del mercado y que incluso se halla en un estado de potencial conflicto con ¨¦l.
Como corolario de lo anterior, la organizaci¨®n interna y administrativa de Universidad debe acomodarse a esa doble educaci¨®n del estudiante: la de profesional y la de ciudadano. Pero, de elegir una de las dos, prevalece la de ciudadano, por lo mismo que la dignidad est¨¢ antes y por encima del precio. La filosof¨ªa, v¨ªa privilegiada para tomar conciencia de ese valor superior, deber¨ªa colocarse en el pin¨¢culo del sistema de saberes acad¨¦micos.
Otra cuesti¨®n es si la filosof¨ªa coincide siempre o no con la Facultad de Filosof¨ªa. Y otra m¨¢s, si la filosof¨ªa ha sabido o no definir propiamente la dignidad. Ocasi¨®n habr¨¢ de hablar de ello pronto
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